Una de las señas de identidad de la arquitectura vernácula extremeña son los bujíos o bohíos o esas construcciones que en cada pueblo se denominan de una forma distinta. En el paseo de esta mañana, junto a la presa de Valdesalor, me pareció distinguir uno a lo lejos y quise acercarme a verlo. Sin pretensiones ni alardes se han convertido en un símbolo de los paisajes culturales de la región. Hogar, normalmente no permanente, de los pastores, les permitía a estos tener un lugar donde guarecerse de las inclemencias del tiempo, guardar objetos personales, sentarse o tumbarse un rato a descansar, o pasar algunas temporadas al cuidado del ganado. Muchas veces se hacían con materiales perecederos, como madera y escoba, pero se hicieron otros muchos más avanzados y permanentes, como los fabricados con la técnica de la piedra seca, y otros más elaborados como el que aquí vemos. La intemperie ha derrumbado una parte, pero se mantiene en pie como testigo del paso del tiempo
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.