Como ya os prometí en artículos anteriores, os voy a enseñar los hornos de cal de Sierra de Fuentes, también conocidos como los "Hornos del Tío Pascual", cuyo origen es incierto pero que, según distintas fuentes, pueden corresponderse al siglo XVI cuando la localidad alcanzó una entidad suficiente como para construir su iglesia parroquial, como reflejo de una población notable y con un relativo esplendor económico, aunque los primeros datos sobre el origen del pueblo se remonten al siglo XIV. Estos antiguos hornos de cal están asentados en terrenos de
la dehesa Boyal de Sierra de Fuentes, en uno de los collados de la Sierra de la
Mosca formado por el cerro del Risco y el cerro del Milano y sobre el camino
viejo que une Cáceres con Sierra de fuentes y por el que llevaban el material desde el calerizo cacereño.
La cal es uno de los materiales más nobles que el hombre ha utilizado desde hace milenios, sin embargo con el desarrollo de materiales más modernos, desde el siglo pasado, ha caído en desuso siendo sustituido por resinas, cementos.... Los hornos se construyeron semienterrados para facilitar la carga y en pendiente para protegerlos del viento. De planta circular con muros de unos tres metros de altura y una boca que se usaba para atizar el fuego. La repisa (1), a un metro del suelo, dividía en interior en dos partes: la caldera (2) donde ardía la leña y la zona superior donde se colocaban las piedras de cal sobre la bóveda (3).
El encañador colocaba la piedra de cal en el horno formando las encañaderas sobre la repisa, apoyadas por detrás con otras llamadas calzas (4). Entre las encañaduras introducían los trasquiles (5) que servían para sujetarlas y dejas subir el calor. Se remataba la bóveda con una piedra llamada cuño (6) y sobre esta se disponía el resto. Para finalizar se echaba el reblo (7), piedras menudas que evitaban la pérdida de calor. Todo el proceso era verdaderamente complicado, siendo imprescindible la presencia de un maestro encañador ya que la bóveda podría derrumbarse durante la cocción y arruinarla. Una vez acabado el proceso de colocación se añadía la leña, formada principalmente por escobas o brezo (8). La cocción duraba días y se hacían turnos para vigilar el proceso constantemente alimentando el fuego. Cuando el humo pasaba de negro a blanco indicaba que el proceso se había terminado. De una sola cocción se solía obtener unos 12000 kg de cal que se cargaba en carros y se vendía en las localidades cercanas.
Os dejo unas fotos del conjunto donde me ha parecido contar un total de 12 hornos, lo que nos da una idea de la importancia que tuvo que tener este enclave. Además pude encontrar unas "orquídeas abejas" (Ophrys tenthredifinera) que también os enseño. Espero que os guste este lugar y os acerquéis a disfrutar de esta sierra.
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