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Mostrando entradas de diciembre, 2015

EL POZO DE LAS NIEVES DE CÁCERES

Uno de los productos que actualmente usamos a diario, y al que no le damos demasiada importancia por su bajo precio y accesibilidad, en otros momentos  de la historia fue de gran importancia y existía un verdadero negocio alrededor de él: el hielo. Durante siglos este negocio fue muy importante en zonas donde la nieve o el hielo no estaban disponibles la mayor parte del año. Desde Béjar, Hervás o Piornal, se trasladaba la nieve en burros hasta zonas donde se acumulaba en estos pozos de las nieves, y nuestro Cáceres no podía ser menos y poseía (y posee) uno de medianas dimensiones, desde donde se abastecía a las familias pudientes para que refrescasen sus bebidas y alimentos. Esto sucedió hasta finales del siglo XIX, cuando Joaquín Castel Gabás (el fundador de la perfumería y droguería Castel), abrió en Cáceres una fábrica de hielo en Aguas Vivas. En ese momento el pozo dejó de tener sentido y cayó en desuso y abandono. Este pozo sigue resistiendo el paso del tiempo en la ladera norte

Y VAN OCHO¡¡¡ NUEVO ALQUERQUE EN LOS MUROS DE CÁCERES

Parece mentira, pero siguen apareciendo más alquerques en los muros de Cáceres. Con este ya son ocho los que he podido encontrar y os he enseñado en el blog. La particularidad de este, es que se encuentra a escasos 5 metros de los dos primeros que descubrí, y aunque he pasado miles de veces por delante de él, hasta ayer no lo vi y porque me indicó por dónde estaba mi amigo Patxidifuso. En esta zona la muralla romana se derribaría y se reutilizarían sus sillares y por eso aparecen tantos alquerques en esta plaza: La Plaza del Socorro, justo en el arco, por encima de una lápida romana, que también os mostré hace tiempo, aparece este alquerque, yo creo que de 9, semitapado por el lucido de la pared. Ahora yo os invito a hacer un recorrido por la ciudad buscando estos pequeños tesoros de nuestra historia, y así mirar AL DETALLE las piedras y la historia de nuestros muros. Hagamos recuento, además de este alquerque, podemos encontrar: 2 en la propia Plaza del S

LAS TUMBAS DEL PANTANO. ALDEA DEL CANO

La verdad es que en casi cada pueblo se presume de lo que llaman en algunos "tumbas de moros", en otros "tumbas celtas"... Y ya casi ni sorprende verlas, pero os invito a dar un paseo por la orilla del pantano de Aldea del Cano, con un perfecto acceso desde la N-630, porque además de unos paisajes excepcionales, podrán observar aves, ver interesantes setas y contemplar tumbas, presumiblemente tardorromanas o visigodas, de gran interés.  La primera que querría destacar se encuentra muy cerca de la orilla, pasando el muro de la presa. Tiene algo excepcional en la región: aún conserva su cubierta. Había diferentes modalidades de cubrimiento de las tumbas; podía ser una cubierta simplemente de tierra, o de una o varias piezas de granito o pizarra, dependiendo de la zona. En este caso encontramos una gran pieza de granito con la característica típica de su sección en forma de D. Realmente en los alrededores de Cáceres no conozco otro tumba que conserve al lado su

LA PIEDRA QUE NOS MANTUVO ENGAÑADOS

No hace mucho os mostraba AL DETALLE la cacereña Ermita del Amparo y os contaba que es de los lugares sobre los que más mentiras e inexactitudes se han escrito a lo largo de los años, y que aún hoy plagan las webs y blogs que hablan de ella. Una de esas mentiras hace referencia a su origen. Esta ermita se sitúa en lo que se conocía como el camino del Calvario, porque era allí donde acababa el sendero original que posteriormente se prolongó hasta la Montaña. Como es de suponer, todo su recorrido estaba flanqueado por las cruces del Vía Crucis, que era masivamente frecuentado en los trece días en los que Nuestra Señora de la Soledad pasaba al año en dicha ermita del Calvario. Una de aquellas cruces se situaba donde hoy está el Amparo y fue mandada construir por Francisco Jiménez y su mujer Juana Pérez en el año 1619. Esto lo sabemos porque lo dejaren escrito en la base de la cruz que posteriormente fue utilizada en la construcción (o una de las reconstrucciones) de la actual ermita.

BUJÍO JUNTO AL SALOR Y EL PUENTE DEL AGUIJÓN

A veces crees conocer los caminos, todos los ramales de los lugares por los que transitas habitualmente, crees conocer el paisaje, los sonidos... Viajas con la certidumbre de saber hacia donde se dirigen tus pasos en cada momento, pero esto es sólo producto de la costumbre, de la cotidianidad, y en cuanto descubres que hay caminos frente a los que pasas y por los que nunca has intentado ir, te das cuenta de lo adormecida que está nuestra curiosidad, de las prisas que tenemos hasta para obtener el sosiego en un paseo reconfortante, que no todo está explorado ,y que si despertamos de  la anestesia autoimpuesta, podemos descubrir nuevas vías, nuevas rutas y descubrir algo nuevo a cada paso.  Algo así me ocurrió al tomar un camino frente al que había pasado decenas de veces, pero que siempre dejaba de lado, en las cercanías del Puente de la Sardina, próximo a Malpartida de Cáceres. Ese día por azar, o por dios sabe qué, decidí desviarme y pude descubrir este precioso bujío
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