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Mostrando las entradas etiquetadas como dehesa

MOLINO, BUJÍO Y ZAHÚRDAS EN ALDEA DEL CANO

Una vez escuché decir que un adulto es del lugar donde está su madre. Yo desde hace tiempo siento un cariño especial por la localidad de Aldea del Cano, aunque ahora más que nunca, puedo decir que es parte de mí, que lo siento como mi pueblo de adopción. Hace unos días en un paseo en bici por allí decidí desviarme de los caminos de siempre, por los que estoy acostumbrado a transitar, para dirigirme a investigar por los alrededores del río Ayuela. Aquí la naturaleza pasa del llano a la dehesa, de lo seco a la humedad, del amarillo al verde, del ruido de la A-66 al sonido del otoño entre encinas y el canto escandaloso de las grullas, de la prisa esclava del reloj, al lujo de sentarse en una cerca a contemplar el rumor del agua. En definitiva, un viaje de pocos metros que te transporta mucho más allá de lo que esperas. En el río el esqueleto de un ruinoso molino nos recuerda un pasado perdido, pero que mantiene la intención de recordarnos en cada una de sus piedras

ENTRE BUJÍOS Y TURQUESAS

Una de las zonas que más me gustan de los alrededores de Cáceres es la umbría de la Montaña, el valle formado por al arroyo Valhondo. La vegetación es exuberante, el bosque mediterráneo se yergue con majestuosidad y nos regala los colores verdes apagados de encinas y alcornoques, los olores de la jara y los sonidos de las aves que lo habitan. Un verdadero espectáculo a sólo unos minutos del centro de la ciudad. Además el interés de la zona no queda ahí, restos de las actividades humanas como el cortino colmenero (que ya os enseñé), bujíos o las minas de Valdeflores, hacen de esta zona un lugar aún más atractivo. Hoy os voy a hablar de dos bohíos que podemos disfrutar en este valle y de un mineral abundante en la zona y del que muchos cacereños desconocen su existencia en la ciudad: lo que parece ser turquesa, pero que realmente no lo es, en verdad se tra ta de Montebrasita. En la zona alta de las minas abandonadas de esta zona, podemos encontrar un pequeño

EL AZUQUÉN DE LA VILLETA III. ALQUERQUES

Hoy quiero acabar esta trilogía sobre el "Azuquén de la Villeta" mostrando un detalle situado fuera de los límites de la ciudad bereber. En el lado sureste del recinto amurallado se encuentra la mayor concentración de alquerques de le Península Ibérica, según mucha de la bibliografía. Sobre uno de los pocos esquistos que presenta una superficie más o menos lisa y algo inclinada, sobreviven desde hace más de diez siglos estos juegos de tablero. Debido a la suciedad y el musgo seco, algunos no se ven del todo claros, pero es muy posible que sean más de 12 los alquerques que podemos observar en un pequeño espacio.  Pero la emoción al contemplar estos grabados no se basa sólo en su cantidad y en la belleza del entorno, sino en que se encuentran en su ubicación original. Estamos más o menos acostumbrados a ver alquerques reutilizados en fachadas, espacios públicos, en el suelo de iglesias... pero tenemos muy pocas ocasiones de disfrutarlos en el mismo lugar par
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