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DESDICIÉNDOME II. EL CEMENTERIO DEL ESPÍRITU SANTO

Acaba de pasar la festividad de TODOS LOS SANTOS, y quería matizar algo que yo mismo conté hace tiempo sobre esa gran puerta que podemos ver junto al edificio de los juzgados, que en muchos casos se asocia al cementerio del Espíritu Santo, el primer gran cementerio que existió en la ciudad extramuros, porque en 1787 el rey Carlos III de España  prohibió los enterramientos en las iglesias del entramado urbano y ordenó crear necrópolis en las afueras de las ciudades, porque los cadáveres en putrefacción eran origen de enfermedades y malos olores. 

El Cementerio Del Espíritu Santo se levantó a finales de ese mismo siglo en las traseras de esta preciosa iglesia, cerca de la ribera del Marco, era de pequeño tamaño y estaba adosado al templo. La portada que en tantas publicaciones se relaciona con este camposanto era realmente la entrada de una finca, y en ningún caso el acceso del cementerio. El pequeño tamaño del recinto llevó a la construcción del actual camposanto en 1844 y del que ya os he hablado, Al Detalle. Hoy solo quería desmontar una de esas mentiras que plagan las redes, y algunos libros, y que se van replicando y calando en el conocimiento colectivo de la ciudad. 






Comentarios

  1. Hola. Soy un lector asiduo de tu magnífico blog, normalmente con entradas muy curradas y documentadas. Sin embargo en la presente entrada no aportas ningún dato sobre las fuentes que te han llevado a desdecirte sobre la puerta existente junto a los Juzgados.
    ¿Podrías ampliar la información aportada, por favor?

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    1. Gracias por seguir el Blog. Yo formularía la pregunta al contrario... ¿en qué documento se habla de ese cementerio? ¿si era tan grande como se apunta en algunas páginas por qué trasladarlo en tan poco tiempo? Toda la documentación de la parroquia habla del uso del cementerio del Espíritu Santo, que estaba en las traseras de la propia ermita y al no poder ubicar todos los enterramientos solicitados tuvieron que edificar el actual. El supuesto cementerio de la puerta no aparece en ningún sitio. Solo se puede documentar su no existencia por la inexistencia de documentación sobre él y sí sobre el camposanto del Espíritu Santo, algo lógico además.

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    2. A propósito de esta puerta el profesor Enrique Cerrillo indica en la página 230 del libro Noticias históricas de Cáceres de Simón Benito Boxoyo: "En 1814 se mencionan enterramientos en el cementerio provisional de la villa y pocos años después en el cementerio permanente, en ambos casos en el Espíritu Santo. De éste sólo se conserva actualmente la portada, formada por un arco de medio punto y su correspondiente reja de hierro instalado en una isleta de tráfico como única referencia de su existencia, obra que fue resultado del encargo que realizó el Ayuntamiento a Narciso Gallardo, y la capilla costeada por Cayetano Golfín (494).
      Y en la nota 494: AMCC, Libros de Acuerdos, 24 de noviembre de 1814.

      Creo que con eso se responde a sus dudas.

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  2. El periodista e investigador Germán Sellers de Paz en su libro titulado "Cáceres visto por un periodista", en su tercera edición, página 375, nos dice: Bajo el título Cáceres, en 1828. Datos históricos, estadísticos y otras curiosidades. Tomados de un manuscrito que existe en la Biblioteca del Instituto de Segunda Enseñanza de la misma, editado en Cáceres, en la Imprenta de Santiago Fernández, en 1874. Pues bien, entonces Cáceres tenía dos Cementerios: Uno, en las proximidades de la ermita del Espíritu Santo, al Mediodía de la población, y a una distancia de 300 pasos. El otro, que se levantó en 1815, por insuficiencia del primero, situado al Norte, a la misma distancia.
    La profesora María del Mar Lozano Bartolozzi, en su obra titulada El desarrollo urbanístico de Cáceres (s. XVI-XIX), página 107, nos cita esta misma referencia, pero de la primera edición del año 1964.
    En 1828 el convento de San Francisco estaba poblado por monjes franciscanos, por lo que el límite de la población de Cáceres lo marcaba el cercado de la huerta de dicho convento (véase el plano de Baier de 1813 en la página del SIG del Ayuntamiento de Cáceres). Dicho muro se encuentra hoy entre el aparcamiento del complejo San Francisco y el colegio del mismo nombre. Cuento trescientos pasos hasta la parte más cercana de lo que era la cerca del cementerio del Espíritu Santo, que coincide con la medianera de separación de los actuales Juzgados y el centro de diálisis, y seiscientos cuarenta hasta la ermita del Espíritu Santo.

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  3. En el Archivo Histórico Municipal del Ayuntamiento de Cáceres encontramos la primera caja del cementerio de Cáceres, de fecha 1787 a 1919. Además de La Real Cédula del rey Carlos III de 1787, referente a la construcción de cementerios en las afueras de las poblaciones enviada a dicho ayuntamiento, del plano del cementerio proyectado en 1805 por el alarife Narciso Gallardo en las Eras de los Mártires y que no se llegó a ejecutar, vemos dos interesantes documentos que nos dan pistas valiosísimas para la investigación en curso. El primero de fecha 26 de noviembre de 1813, que se refiere a la disposición de los cementerios provisionales mientras se establece el cementerio permanente, por lo que aún no se había realizado ningún cementerio al amparo de dicho mandato: "El Ayuntamiento Constitucional de esta villa acaba de recibir el decreto de las Cortes Generales por el que se manda que en el preciso término de un mes se guarden exactamente las Leyes del Rey no que prohíba los enterramientos en poblado, en la inteligencia de que se exigirá rigurosamente la responsabilidad de qualquiera que lo impidiese, para cuyo fin se dispongan cementerios provisionales en el ínterin que se construyen los permanentes con arreglo a las órdenes de la materia. En su virtud, contribuyendo el Ayuntamiento a la mayor decencia y religiosidad con que deben hacerse los enterramientos, mientras se establece el cementerio permanente ...". Por tanto el mandato era muy claro: Hasta que se haga el cementerio o cementerios permanente/s, pongan a disposición cementerios provisionales en las afueras de la población, en lugares bien ventilados y protegidos de las aguas, cercanos a las ermitas exteriores que sirvan de capilla hasta que se ejecute la del cementerio. Una vez que el cementerio permanente esté establecido, no tienen sentido los provisionales, por lo que dejaron de usarse.
    El segundo de fecha 18 de enero de 1806, en el que se elige, en el sitio llamado cerca antigua de los muertos, el lugar para construir un cementerio capaz y suficiente para las cuatro parroquias de la villa a doscientos pasos de la ermita de San Blas; con anterioridad se eligieron facultativos para elección de paraje y tasación de las obras necesarias, se tasaron otras obras y la ocupación del terreno privado que se ocupaba y se dio el visto bueno por el representante del Consejo de Su Majestad y del comisionado del Obispado comunicándose en 27 de julio de 1805: "Habiéndose de construir un cementerio capaz y suficiente para las quatro parroquias de esta villa, en el sitio llamado cerca antigua de los muertos, a distancia de doscientos pasos de la hermita de San Blas, con arreglo a la Real Cédula 3 de abril de 1787, 26 abril de 1804, 28 de junio del mismo y la de 17 de octubre del año próximo pasado...". Parece que la distancia de los doscientos pasos a las ermitas exteriores fue una norma que se impuso en todos los cementerios posteriores que se realizaron, puesto que éste no parece que llegara a buen término, como se verá más adelante en próximas entradas. Así hoy mismo cuento doscientos pasos desde la puerta antigua del actual cementerio de Cáceres a la ermita de San Blas, otros doscientos desde esta ermita a la puerta de entrada del edifico de la Fundación Valhondo (hoy con dependencias del Ayuntamiento de Cáceres) y los mismos doscientos pasos desde la puerta del cementerio del Espíritu Santo hasta la ermita de dicho nombre.

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  4. Siguiendo de nuevo al profesor Enrique Cerrillo en el libro titulado Abreviatura histórica de la villa de Cáceres, del Licenciado Juan Rodríguez de Molina y de él mismo, nos indica en su página 150: "Casi con toda seguridad, el sitio que hoy ocupa el edificio construido por la Fundación Valhondo y sus alrededores ha de corresponder con el llamado "cerca de los muertos", citado en 1814 como lugar para ubicar el cementerio nuevo, rechazado por el médico y aparejador del Ayuntamiento por no reunir los requisitos de salubridad ante su proximidad a la Rivera del Marco (331). Este nombre es frecuente presencia en la microtoponimia local, ya que junto a la ermita del Espíritu Santo hubo otra cerca con tal denominación y en ambos casos coincide con lugares en los que se sabe existieron necrópolis romanas que han ofrecido hallazgos de inscripciones sepulcrales. Nota 331: AHMCC, Libros de Acuerdos, 4 de marzo de 1814 y 17 de marzo de 1813, respectivamente."

    Con relación a la primera puede consultarse la obra del mismo profesor: La villa romana de las Eras de San Blas Cáceres.
    En cuanto a la segunda, que es la que nos concierne, se puede consultar el libro titulado: Epigrafía romana y cristiana del Museo de Cáceres, de Julio Esteban Ortega y José Salas Martín, en concreto sus páginas 35 y 36, donde encontramos con el número: "22. Cáceres. Placa funeraria de mármol blanco de calidad excepcional partida en el lateral izquierdo. ... Se descubrió en el movimiento de tierras para la construcción de la nueva Audiencia Territorial. El lugar del hallazgo parece indicar la presencia allí de una necrópolis de la colonia Norba Caesarina, de las que hasta el momento no se tenían ningún indicio. Nº de inventario: D-3020, en prensa." Este libro se editó en el año 2003 y el del Lº Juan Rodríguez de Molina en el año 2018. Cuando apareció la placa funeraria se editaron varios reportajes en la prensa local, que también indicaban la presencia en el lugar del hallazgo, en la Ronda de San Francisco frente a la Huerta del Conde, de restos óseos humanos.

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  5. Hasta finales de 1813 no se habilitó el cementerio provisional en la zona del Espíritu Santo y es a principios de 1814 cuando comienzan los primeros enterramientos en el mismo, después de comprar el Ayuntamiento un carro y varios ataúdes para la conducción de los cadáveres desde la población hasta su entierro y regular como se debía realizar todo el proceso. Hasta entonces los menos pudientes se enterraban en el camposanto exterior a las iglesias de las cuatro parroquias y la nobleza, clero y más pudientes en el interior de iglesias y conventos, excepto en épocas de epidemias que se habilitaron los exteriores de las ermitas como cementerios y en el caso de la ermita del Espíritu Santo cuando se habilitó como hospital militar, los muertos del mismo se depositaron en los espacios aledaños exteriores a la misma a escasos centímetros de la superficie dado lo costoso de abrir una fosa en condiciones por encontrarse la piedra caliza muy somera. Este cementerio provisional sería para las clases menos pudientes, pues las otras seguían enterrándose en el interior de iglesias y conventos, hasta que a partir de 1844 en el primer reglamento del actual cementerio de Cáceres, se regularon los enterramientos permanentes o perpetuos. Una vez descompuestos los cadáveres y limpios los huesos, las fosas eran reutilizadas para nuevos entierros y los restos anteriores se depositaban en los osarios habilitados al respecto, también en el cementerio del Espíritu Santo, que debía estar por prescripción técnica y sanitaria cercado, a salvo de los perros y jabalíes que solían desenterrarlos para comérselos. El espacio circundante a la ermita libre era de escasas dimensiones, estaba rodeado de cercas destinadas a huertas, viñas y olivares, de propietarios particulares, ya no pertenecían al antiguo ejido del común.

    Todo esto se verá detenidamente, exponiendo el libro o documento del que se extrae, en las próximas entregas. Donde se intentará dilucidar los malentendidos surgidos en las últimas fechas.

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  6. Así por Publio Hurtado sabemos que el cementerio del Espíritu Santo estaba cercado y era el cementerio público de las gentes menos acomodadas, nos lo relata en la página 133 del libro Recuerdos cacereños del siglo XIX, de dicho autor y un biznieto suyo. Así refiriéndose al 1º de noviembre, festividad de Todos los Santos, nos relata: " Los templos, desde la hora de vísperas se empezaban a poblar de hacheros, velas y faroles, y los mismos aparatos se veían en la cerca del Espíritu Santo, entonces cementerio público de las gentes menos acomodadas (7). Y en la nota 7, en página 135, su biznieto Alfonso Artero Hurtado comenta: Del cementerio del Espíritu Santo sólo se conserva la portada en medio de la moderna avenida de la Hispanidad que atraviesa su solar. Y en la página 132 muestra la foto de dicha portada."
    Dos de los biznietos, el referido anteriormente y Miguel Hurtado Urrutia, poseen el extenso archivo familiar, tanto documental como recuerdos orales transmitidos de generación en generación, que han puesto a disposición de algunos investigadores, como es el caso del profesor Enrique Cerrillo en las obras citadas con anterioridad.
    A dicha familia pertenecieron, con anterioridad, al menos dos antepasados que tienen mucho que ver con los primeros cementerios realizados al amparo de la Real Cédula de 1787 del rey Carlos III de España, tanto con el provisional como con el permanente. Al consultar los Libros de Actas de 1813 a 1815, en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres, nos aparecen: Jacinto Hurtado (Jacinto R. Hurtado y Villegas), primer procurador síndico personero del Ayuntamiento de Cáceres en esas fechas, que llevó los expedientes de dichos cementerios. El Conde de Torre-Arias (D. Pedro Cayetano Golfín y Colón), primer Regidor perpetuo y corregidor provisional de la Villa de Cáceres, comisionado por el Ayuntamiento en dichos expedientes. Narciso Gallardo, albañil del Ayuntamiento en varias ocasiones, maestro de obras y alarife, que informa como técnico en la elección del lugar de los cementerios, la tasación de las obras, la realización de los planos y redacta el plan de obra, supervisa algunas obras y realiza las obras de la pared y arco del cementerio permanente. Juan Rivero, enterrador del primer cementerio provisional en el Espíritu Santo. José Rodríguez Hurtado, administrador del señor Duque de Abrantes, al que se le ocuparon terrenos en el Arroyo de la antigua Cerca de los Muertos al realizar el cementerio permanente. Tanto Jacinto Hurtado como José Rodríguez Hurtado estaban emparentados con el abuelo de Publio Hurtado según se recoge en Ayuntamiento y familias cacerenses, página 439.

    Esto pone en claro que el lugar del cementerio del Espíritu Santo estaba cercado y el entorno del cementerio de la ermita del Espíritu Santo no lo está, aunque sí lo están los predios colindantes hacia el cementerio antes referido. Ello se puede observar en las ortofotos de los vuelos aéreos de los años 1945, 1956 y 1966.

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  7. En sesión del Ayuntamiento de 24 de noviembre de 1813 se acordó: "Que mediante a la imposivilidad que hay para hacer el cementerio provisional, y a que de presente el convento de San Francisco no es avitado por persona alguna, y que es capaz su iglesia, y sus claustros, pasese oficio al R.P. Guardian, que este Ayuntamiento con intervención de los señores curas parrocos, ha acordado elegir para cementerio provisional el convento de San Francisco..."

    En sesión del Ayuntamiento de 2 de diciembre de 1813 se dio cuenta : "de la contestación que da el R.P. Guardian del convento de San Francisco fray Ignacio Barroso, a el oficio que se le paso con fecha veinte y seis de noviembre anterior en que manifiesta tiene dispuesto trasladarse con su comunidad al convento, y espera que el Ayuntamiento exonere a el convento de la eleccion que de el se a hecho para el cementerio provisional, ..."

    Finalmente no se eligió este lugar como cementerio provisional, pero de ello se concluye que pasó a estar habitado hasta su desamortización (se puede consultar a varios autores que hablan de dicho tema). Como los frailes franciscanos eran parte de la población (ver padrón de habitantes), debemos tomar este enclave como límite de la población en 1828, y desde aquí se cuentan los trescientos pasos anteriormente citados hasta el cementerio del Espíritu Santo, desde los puntos más cercanos entre cerca y cerca de los mismos. Por tanto queda demostrado que sí hay documentos que indican la posición exacta del cementerio del Espíritu Santo (Cáceres en 1828), aunque de momento no sabemos si es el cementerio provisional o definitivo en el Espíritu Santo (referencia a un entorno y no a la ermita) que comenta el profesor Enrique Cerrillo.

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    1. Una sola pregunta para dejar claro: ¿Durante las obras de edificios construidos en el cercado a que daba acceso la puerta de carros existente, han aparecido siquiera restos humanos que indiquen que en ese cercado hubo un cementerio? Sin embargo, sí aparecieron en el entorno de la ermita del Espíritu Santo cuando se construyó la urbanización de unifamiliares, y más concretamente en la zonas más próxima a los muros de la iglesia. Y sí, hubo corralenes en ese sitio, de varios tamaños. Y Pascual Madoz certifica en su Diccionario de 1846 la existencia del cementerio del Espíritu Santo.

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  8. Dirigido a todo aquel que quiera obtener respuestas sobre los cementerios del Espíritu Santo

    Para las personas que quieran obtener respuestas a sus propias preguntas e incertidumbres sobre los cementerios en la zona o barriada del Espíritu Santo, de la ciudad de Cáceres, la pueden obtener investigando por ellos mismos. Existe documentación dispersa en varios lugares disponibles al público en general, aunque les puede llevar bastante tiempo sacar unas conclusiones acertadas. Por mi parte seguiré informando acerca de lo que investigue al respecto en el presente blog, si su autor me lo permite y al cual agradezco, aunque mis intereses no estén relacionados con la localización de los huesos de los cadáveres que allí se enterraron, y sí con la protección del patrimonio material e inmaterial de la zona de la Ribera del Marco, y en general, con la de Cáceres.

    Se publicaron en los periódicos Hoy y Extremadura los hallazgos de la placa romana y de restos óseos humanos, que aparecieron durante las obras del Palacio de Justicia. Dicho edificio se encuentra en la zona noreste de la cerca, que para el profesor Enrique Cerrillo, fue cementerio permanente en esa zona de Cáceres. Se puede consultar en la Biblioteca Pública del Estado de la ciudad de Cáceres y en los archivos de los respectivos periódicos.

    Del resto de construcciones realizadas, más de un siglo después de la desacralización de ese espacio, no tengo constancia de que hayan o no aparecido restos óseos, puesto que es difícil que allí se encontraran cuando se permitió a los familiares de los enterrados trasladar sus restos al cementerio actual de la ciudad de Cáceres, y supongo que el Ayuntamiento haría lo mismo con los restos contenidos en los osarios y en tumbas de los que no tuvieran familiares, como hoy día obliga la normativa aplicable al respecto. De ello nos habla el archivero municipal Fernando Jiménez Berrocal en el documento del mes de agosto de 2016 del Archivo Histórico Municipal de Cáceres, y se puede consultar en las varias cajas de documentación obrante en el mismo del Cementerio.

    Hasta el momento la documentación consultada para la zona del Espíritu Santo solo habla de cercas o cercados, no de corral, corrales, corralones o corralenes. Sus usos eran agrícolas y no ganaderos, bien como olivares, viñas, huertas o ya más alejados haceras. En el caso de la Huerta del Conde, la edificación existe en el mismo en 1813 era un molino de aceite, no una zona residencial como en la actualidad.

    Con relación a la obra de Pascual Madoz y de otros autores, que parecen entrar en contradicción con algunos postulados, se verá en próximas entradas.

    No hay duda de que antes y después de ser cementerio, la cerca en cuestión, tuvo usos agrícolas y muy posteriormente ganadero. El Ayuntamiento sólo compró un carro para el traslado de cadáveres al cementerio provisional, y puede que sirviera también para los permanentes. Con relación a la puerta que nos queda no hay otra igual en el entorno de Cáceres, tanto por monumentalidad como por simbología, aunque de una factura sencilla por escasez de recursos. Solo hay una un tanto equiparable junto a la ermita del Amparo pero mucho más pequeña y con simbología distinta, en el resto de fincas de uso agrícola en su inmensa mayoría inicialmente, en las inmediaciones de Cáceres, la tipología constructiva de accesos a los cercados es otra y se repite continuamente. Ya se hablará, más adelante, de la misma explicando sus características constructivas y su simbología, que es signo de identidad desde muchos siglos antes de su construcción.

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  9. El historiador Antonio Rodríguez González en su trabajo Los orígenes del Cementerio Municipal de Cáceres, en el barrio de San Blas, inserto en el libro Entorno a San Blas, viene a concluir lo mismo que el profesor Enrique Cerrillo en cuanto a los cementerios del Espíritu Santo, así nos lo dice en la página 183: "... el proyecto para acondicionar un camposanto en la cerca de los muertos, en la ladera del Teso de San Blas, va a quedar de momento en suspenso, a favor de otro emplazamiento en el extremo opuesto del casco urbano: en las inmediaciones de la ermita del Espíritu Santo. En 1814 se mencionan enterramientos en el cementerio provisional de la villa, y poco después en el cementerio permanente, pero en ambos casos debía tratarse de este otro que acabamos de citar."
    En la página 184 nos muestra la imagen de la portada del antiguo cementerio del Espíritu Santo, único testimonio arquitectónico que se conserva, en el cruce de la Avda. de la Hispanidad con la Ronda de San Francisco. También nos muestra cifras y datos de los incrementos de la mortalidad y de sus consecuencias en los cementerios existentes: "La primera mitad del siglo XIX se va a caracterizar por un incremento de la mortalidad, a veces rozando la categoría de catastrófica, por las causas más diversas: amén de la Guerra de la Independencia (1808-1814), siguen las malas cosechas de 1816-1817, los desórdenes políticos del período constitucional (1820-1823), las pérdidas de los sembrados entre 1823-1825 y 1829-1830, la epidemia de viruela de 1835, la plaga de langosta de 1844 y el cólera de 1855-1857. En 1831 se alcanza la cifra récord de 437 fallecidos en un año, lo que supone una tasa bruta de mortalidad de más del 40% para una población que entonces rondaba los 7.400 habitantes. Por estas circunstancias, los cementerios de la villa pronto se vieron saturados, viéndose obligadas las autoridades a clausurar el del Espíritu Santo por falta de espacio."
    Este historiador y arqueólogo es uno de los componentes del equipo formado para realizar el Inventario del Marco Histórico dentro del proyecto Cáceres Creativa, que lleva fecha de abril de 2011, y que queda expuesto en la página digital del SIG de Cáceres. Las otras componentes son: Cecilia Martín Pulido, Laura Muñoz Encinar y Dolores Mejías del Coso. Dicho inventario se realiza en colaboración con la oficina del ARI municipal y autonómico, cuyo arqueólogo era José Antonio Estévez, posteriormente también arqueólogo del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica y en la actualidad jefe de Patrimonio de la Junta de Extremadura en Cáceres.
    En la ficha de dicha puerta figura al final la bibliografía consultada. Entre ella la "Memoria de la prospección arqueológica intensiva para el proyecto de intervención de la Ribera del Marco en el entorno de la ciudad de Cáceres", realizada por el arqueólogo Fernando Sánchez Hidalgo en 2010, de la empresa de arqueología Arqueocheck S.L., y cuyos elementos se inscriben en la Carta arqueológica de Extremadura, por ello dicha puerta cuenta con protección arqueológica, aunque no figure dicha protección en el catálogo del Plan General Municipal, al aprobarse definitivamente con anterioridad en dicho año. Sin embargo el mismo plan contiene los elementos arqueológicos que estaban inscritos en la Carta arqueológica de Extremadura, llevados a la misma tras depositarse en la DGPH de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura la "Memoria de la prospección arqueológica realizada sobre la Ribera del Marco (Cáceres). Proyecto de encauzamiento integral de la Ribera del Marco, 2ª fase", encargado por la Confederación Hidrográfica del Tajo, cuyos autores son los arqueólogos Vicente Contreras Sánchez y Víctor M. Gibello Bravo, en el año 2004

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  10. Por insuficiencia de espacio en anterior entrada, se completa con la siguiente:

    Las otras componentes son: Cecilia Martín Pulido, Laura Muñoz Encinar y Dolores Mejías del Coso. Las dos últimas participantes en el proyecto de Primeros Pobladores. En el caso de Dolores participa como arqueóloga en varias intervenciones en la Ribera del Marco, entre ellas en la primera fase de construcción de viviendas dentro de la Huerta del Conde, donde documenta el interior de la cueva de la Rana que allí se encontraba hasta que la llenaron de hormigón, a pesar que dicho entorno viniese recogido en la Carta arqueológica de Extremadura por su valor prehistórico y romano.
    ... cuyos autores son los arqueólogos Vicente Contreras Sánchez y Víctor M. Gibello Bravo, en el año 2004. Este último director de la empresa Arqueocheck y proveniente de la barriada del Espíritu Santo de Cáceres.

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  11. Cuando una persona investiga puede llegar a conclusiones equivocadas por distintos motivos, pero no me parece lícito que se le trate de mentiroso y menos en público. Cosa distinta es que se diga que esa otra persona llega a conclusiones diferentes y se exponga su porqué. Ha llegado ese momento en algunas de las cuestiones planteadas.
    ¿Dónde se encontraba la Cerca de los Muertos?. El profesor e investigador Serafín Martín Nieto en su trabajo "La cacereñísima ermita de San Blas, desde sus orígenes a la Guerra de la Independencia" inserto en el libro Entorno a San Blas, nos la sitúa en las páginas 295-296, en torno al año 1763: En la plazuela de San Blas, se estableció un hospital de convalecientes y "el Campo Santo que nuebamente se hizo en el exido de esta villa, junto a la fuentes del Hoso, por bajo de la hermita de San Blas para enterrar los muchos soldados españoles y franzeses que morían", por cuyo motivo, a dicho terreno se le denominaría desde entonces la Cerca de los Muertos. Alfonso Soler en su página https://alfonsosolerhistoria.blogspot.com/2013/03/las-fuentes-de-caceres.html, nos dice: "Y más abajo detrás del cuartel infanta Isabel, justo al lado del cementerio árabe nos encontramos con la fuente o charca del Oso". Por tanto la casi total seguridad del profesor Enrique Cerrillo de situar la Cerca de los Muertos en el entorno del edificio de la Fundación Valhondo en la barriada de San Blas queda contradicho, tal vez llevado a equívoco por la obra de Pascual Madoz Diccionario histórico-artístico de Extremadura, tomo II de la C a la F, en la página 75 hablando de las ermitas: "... y San Blas; e inmediato a la última el cementerio... hubo otros cementerios frente al anterior, y en la arruinada ermita del Espíritu Santo, que dejaron de usarse por insuficientes". Más que frente sería a la espalda del Cementerio, pues su entrada daba al Este y la fuente del Oso al oeste del mismo. Así el historiador Antonio Rodríguez González en su trabajo citado en anterior entrada, página 181, nos transcribe un documento del AHMCC del año 1805 relativo a dicha Cerca de los Muertos: "...por hallarse ésta a la distancia de trescientos pasos poco más o menos de la hermita de S. Blas", pero la identifica con la parte antigua y primera del actual Cementerio, y recordemos que la puerta se encuentra a doscientos pasos de dicha ermita, el primer patio nos indica que tiene 78 metros de profundo, por lo que la Cerca de los Muertos debía estar a continuación de dicho Cementerio inicial o en su última parte.

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  12. En la entrada anterior se pudo observar que tres personas que manejan la misma documentación llegan a conclusiones distintas. Lo importante no es quién tiene razón, más bien, lo es, el trabajo que hay detrás de cada investigación ofreciendo datos de interés para que a otros les puedan servir.
    Y ahora preguntemos: ¿Cuándo se hizo el cementerio actual de Cáceres en la falda noreste del Teso de San Blas, en su fase inicial? Según el autor del presente blog hablando del Cementerio del Espíritu Santo, el pequeño tamaño del recinto llevó a la construcción del actual camposanto en 1844. Según el profesor e investigador Serafín Martín Nieto en su trabajo "La ermita cacereña del Espíritu Santo" nos dice hablando de la misma: "Años después, en 1798, se habilitó como hospital general para los soldados acantonados en la raya de Portugal, por lo que se trasladaron las imágenes a la parroquia, salvo el Santísimo Cristo del Espíritu Santo que fue a un domicilio particular. Durante la invasión francesa fue incendiada por las tropas ocupantes. Sólo quedó en pie la bóveda de la capilla mayor, pues el encañado de las naves desapareció. Desde entonces hasta 1820, en que se construyó el actual cementerio, se utilizó como Camposanto." Y en la "La cacereñísima ermita de San Blas, desde sus orígenes a la Guerra de Independencia", esto otro de la de San Blas: "Poco a poco, la ermita vio instalarse, a su alrededor, nuevos servicios y vecindario: el Cementerio a partir de 1814..." Y en la publicación "Cáceres en 1828" refiriéndose al actual cementerio: "...se levantó en 1815, por insuficiencia del primero..."
    Conclusión: Nadie es infalible, pero de las distintas publicaciones hay que recordar los datos que nos aportan. Sobre todo para las próximas entradas.

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  13. Ahora veamos lo que dicen los Libros de Actas a los que aludía el profesor Enrique Cerrillo:

    "Ayuntamiento del día 17 de marzo de 1813. En la villa de Cáceres a diez y siete de marzo de mil ochocientos treze, rehunidos los señores de Ayuntamiento acordaron los particulares siguientes: Se dio cuenta de un memorial de D. Julián Sarmiento y Corpa, en el que haze presente que una de las fincas de que se compone su vinculación lo es una zerca llamada de los muertos, la que tenía dada en arrendamiento, hasta que la despidió su colono en enero del año pasado de ochocientos doze, que por más que a buscado nuevo colono no a sido posible hallarle escusándose todos con el motivo de haverse enterrado en dicha cerca, varios cadáveres, haviéndose executado lo mismo haze cosa de ocho días con el de un soldado que murió en el hospital militar, con cuio motivo está abandonada dicha finca sin producirse nada, por lo que no podía menos atraerlo presente a este Ayuntamiento para que dicha cerca se destine únicamente para cementerio, a lo que está pronto dándosele el arrendamiento que se conzeptue justo, cuia determinación haría cesar los perjuicios que estaba esperimentando, y en su vista se acordó que pase a los procuradores síndicos."

    "Ayuntamiento del día 4 de marzo de 1814. En la villa de Cáceres a cuatro de marzo de mil ochocientos catorce, rehunidos los señores de Ayuntamiento con asistencia de los señores curas párrocos y médicos de villa D. Manuel de Amaya, y D. Pedro Carrasco, se trató del particular siguiente: En este Ayuntamiento y rehunido se examina con detención la elección del terreno en que construirse el cementerio permanente, y se señaló como más a propósito desde el Cerro del Rollo, hasta San Blas; convinieron los facultativos en que si se hacía enterramientos en nichos, podía hacerse con la mayor proximidad, y comodidad para el pueblo en el terreno que está a espaldas de la misma hermita de San Blas, pero que si los enterramientos havían de ser en el suelo tenía el incombeniente de que la filtración de las aguas deszenderían a la Rivera de las huertas; y para conciliar todos los extremos en lo posible se acordó después de una larga discusión que por el señor presidente, el síndico D. Jacinto Hurtado, el cura de Santiago D. Francisco Martín Colmenar, y el médico D. Manuel Amaya, con asistencia del maestro de obras Narciso Gallardo, se reconozca todo el terreno que media entre la hermita de San Blas y la Cerca de los Muertos y encontrándose, donde con más proximidad del pueblo y pudiendo quedar en comunicación con dicha hermita por medio de una calle de árboles, sin el incomveniente de la corriente de las aguas a las huertas, lo señalen; y levante el expresado maestro el diseño correspondiente con nota de sus costos para deliverar en su vista."

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  14. Ya podemos sacar algunas conclusiones:
    La primera fase del Cementerio actual se realizó en el Cerro del Rollo donde se localizaba la Cerca de los Muertos, entre ésta y la ermita de San Blas, por tanto no se realizó en la Cerca de los Muertos, como indicaba el historiador Antonio Rodríguez González. y tampoco estaba la Cerca de los Muertos en la parcela que ocupa actualmente el edificio de la Fundación Valhondo en la avenida de San Blas, como indicaba el profesor Enrique Cerrillo.
    Dicha primera fase del actual Cementerio es el que se nombra como cementerio permanente, no aparece otro cementerio permanente en la zona del Espíritu Santo en los Libros de Actas desde 1813 a 1815, posteriormente a esta última fecha se deberá investigar detalladamente.
    No aparece otra Cerca de los Muertos en la zona del Espíritu Santo en dichos Libros de Actas de 1813 a 1815, el profesor Enrique Cerrillo tal vez llega a dicha conclusión al nombrarse el enterramiento del soldado que murió en el hospital militar que se situaba en la ermita del Espíritu Santo, pero dicha cerca pertenecía a D. Julián Sarmiento y Corpa, capitán de milicias que se nombra como tal dueño de dicha cerca: "...en el sitio llamado Cerca antigua de los muertos" próxima a la ermita de San Blas y no a la del Espíritu Santo, en el documento del 18 de enero de 1806 existente en la caja 19/417 de 1787-1919 del expediente del Cementerio en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres. A los que se indemniza por las tierras que ocupaban la primera fase del actual Cementerio son el Duque de Abrantes como propietario de las tierras y a dos labradores por la perdida de la cosecha de las tierras que tenían en arriendo, no a D. Julián Sarmiento que al final se le indemniza por la reclamación que hizo al utilizarse su cerca como lugar de enterramiento de las tropas y causarle cuantiosos perjuicios, no por la compra de dicho terreno.
    Y la pregunta ahora es ¿por qué enterraron a dicho soldado que murió en el hospital militar (Ermita del Espíritu Santo) en la Cerca de los Muertos del Cerro del Rollo si había en las inmediaciones de dicho hospital un camposanto?. Ahora entramos en las distintas hipótesis: Por tradición, porque murió de una enfermedad infecciosa y convenía alejarlo del hospital, o porque dicho camposanto estaba ya completo de enterramientos y no cabían más. Esto último no quita que posteriormente en dicho camposanto se volviesen a enterrar otros cadáveres al levantar los huesos ya limpios y llevarlos a un osario, una vez que se hubiesen consumido las partes que se pudren con el paso del tiempo.

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