Una mañana soleada con ese fresco agradable que ofrecen las estaciones de transición a los extremos, decidí cambiar mis rutas habituales e ir a la zona del Casar de Cáceres; pasar por su ermita de San Blas y San Benito (que ya os enseñaré más adelante) para dirigirme a un bujío que siempre me llamaba la atención cuando transitaba por la autovía A66 en mis trayectos diarios al trabajo. En un alto, paralelo a la carretera se ve, junto a un mastodóntico y horrible depósito, un blanco y solitario bujío. Cada vez que pasaba por él pensaba en las buenas vistas que debía de tener y en mi mente planeaba la ruta para el siguiente fin de semana, pero por unas cosas o por otras, ese momento se fue demorando sin ninguna explicación racional. Finalmente un día decidí preparar la ruta con los mapas, como suelo hacer, para comprobar los caminos, su titularidad pública, o no, y posibles puntos de interés cercano. Me subí a la bici, y antes de lo que podría parecer fui ascendiendo por el "camino
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.