En estos días se suceden actos y homenajes conmemorando el cuarto centenario de la muerte de D. Miguel de Cervantes. Esto me hizo recordar que hace tiempo leí en el libro Ventanas a la Ciudad, de D. Fernando García Morales, un artículo que relacionaba a Cervantes con nuestras tierras cacereñas, así es que quise releerlo y ampliar algo la información para contároslo, y así, desde este humilde blog, rendir un homenaje a este gran autor y sus obras.
CERVANTES Y CÁCERES
D. Fernando
en su artículo contaba que el investigador Tomás Martín Gil afirmaba haber
encontrado la partida de nacimiento de una supuesta hija "secreta" de Cervantes en Casar
de Cáceres y que se hallaría en los archivos de su iglesia parroquial, aunque a
decir verdad, nadie ha tenido conocimiento posterior de dicho documento.
Desde el
día de su bautismo, D. Miguel ha estado relacionado con Cáceres, aunque sea de
forma indirecta, ya que el sacerdote que le bautizó en Alcalá de Henares el 9
de octubre de 1547, D. Pedro Serrano Téllez, llegó a ser obispo de
Coria-Cáceres y permanece enterrado, frente al altar, en la catedral cauriense,
donde murió poco después de alcanzar su obispado.
También hay
evidencias documentales que relacionan a Cervantes con Montánchez, según la
carta de recomendación publicada en 1884 por D. Pascual de Gayangos, en la que
dice que D. Miguel “sirvió muy bien en Montánchez en 1584”. Por lo tanto es
indudable su relación, y estancia, en tierras extremeñas, por donde realizó un
intenso viaje en su regreso desde Lisboa, y tras pasar por Badajoz, llegó a
Trujillo donde pasó unos días en casa de su amigo Juan Pizarro Orellana en
1582. Se alojó en su casa-palacio, lo que ahora es el colegio del Sagrado
Corazón de Jesús. Se sabe además, que allí escribió los capítulos IV, V y VI de
su libro Los trabajos de Persiles y
Sigismunda. Aprovechó su estancia en la ciudad para realizar un auto cómico
en la Plaza Mayor, como agradecimiento a los vecinos por la buena acogida que
le dieron.
Continuó
viaje a Guadalupe, lugar donde prometió viajar al ser liberado de su cautiverio
en Orán en el 1580, al ser apresado por los corsarios turcos. En el libro Los trabajos de Persiles y Sigismunda,
a través de sus personajes, se refiere a la Patrona de la Hispanidad en los
siguientes términos:
“Libertad
de los cautivos, lima de sus hierros, alivio de sus prisiones; la Santísima
Virgen que es salud de las enfermedades, consuelo de los afligidos, madre de
los huérfanos y reparo de las desgracias”
Debemos
recordad que en esta obra póstuma de Cervantes, los protagonistas, en su larga peregrinación, recorren Extremadura, siguiendo el mismo itinerario que hace el
autor en 1582, llegando a describir el paisaje de las Villuercas a través de
ellos y la visión a lo lejos del Monasterio de Guadalupe:
“en una de
las dos entradas que guían al valle que forman y cierran las altísimas sierras
de Guadalupe, cuando con cada paso que daban nacían en sus corazones nuevas
ocasiones de admirarse; pero allí llegó la admiración a su punto cuando vieron
el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas encierran la santísima imagen
de la Emperadora de los cielos”
Continúa
describiendo la entrada al Real Monasterio:
“...donde
pensaron hallar, por sus paredes pendientes por adorno, las púrpuras de Tiro,
los damascos de Siria, los brocados de Milán, (los peregrinos de su novela
autobiográfica) hallaron en lugar suyo muletas que dejaron los cojos, ojos de
cera que dejaron los ciegos, brazos que colgaron los mancos, mortajas de que se
desnudaron los muertos… Les parecía venir por el aire volando los cautivos
envueltos en sus cadenas a colgarlas en las santas murallas y a los enfermos
arrastrar las muletas, y a los muertos las mortajas, buscando lugar donde
ponerlas porque ya en el sacro templo no cabían; tan grande es la suma que las
paredes ocupan”.
La tradición además nos cuenta que en esa peregrinación, para cumplir la promesa realizada años atrás, como cualquier peregrino, hizo Cervantes una parada en la Ermita del Humilladero, donde los caminantes depositaban sus ofrendas, dejando allí las cadenas que le habían mantenido maniatado en su cautiverio en Orán. El paso del escritor por este recinto se destaca en una azulejo visible en el edificio (quiero agradecer la información y las dos fotos siguientes al autor de Extremadura: caminos de cultura).
Como ya
hemos dicho, el interés de Cervantes por la Virgen de Guadalupe comienza en el
tiempo que permanece preso en Orán, donde escribió Comedia de la Soberana Virgen de Guadalupe y sus milagros y grandezas
de España, que pudo llegar al país gracias a que su compañero de cautiverio.
Jerónimo Rodríguez, pudo traerse el original. Esta obra la presentó Cervantes a
un premio literario en Sevilla en el 1594, que no ganó, por eso la obra no se
publica hasta 1607, y se reedita en 1617.
Y también
queda constancia de la relación del autor con nuestra tierra en la obra El Celoso Extremeño, que narra la
relación de un celosísimo señor de 68 años, con su esposa, prácticamente una
niña, llamada Leonora, que se deja seducir por un joven apuesto, músico y aventurero
llamado Loaysa. La elección de este nombre no es casual, porque los Loaysa
fueron personas muy influyentes en nuestra región en la época, y con personajes
importantes también en la conquista de América, lo que denota conocimiento en
nuestros personajes ilustres.
EXTREMADURA Y EL QUIJOTE.
Hasta en un
total de cinco ocasiones se nombra a Extremadura en el Quijote, a lo que
debemos sumar una de las leyendas de las que se hacen eco sus personajes, que
se desarrolla en nuestras tierras. Vamos a enumerar estas menciones por
capítulos:
CAPÍTULO IV. Un mercader habla, con cierta
ironía de la belleza de las mujeres extremeñas, cuando el Quijote defiende la belleza de Dulcinea del Toboso:
“Señor
caballero, replicó el mercader, suplico a vuestra merced en nombre de todos
estos príncipes que aquí estamos, que, porque no carguemos nuestras
conciencias, confesando una cosa por nosotros jamás vista ni oída, y más siendo
tan en perjuicio de las emperatrices y reinas del Alcarria y Extremadura, que
vuestra merced sea servido de mostrarnos algún retrato de esa señora, aunque
sea tamaño como un grano de trigo, que por el hilo se sacará el ovillo.”
CAPÍTULO X. Capítulo donde se habla del
Bálsamo de Fierabrás, que forma parte de leyendas por toda Europa, pero que en
nuestra versión española, centra su acción en la Torre de Floripes, actualmente
bajo las aguas del Tajo.
CAPÍTULO
XX. Dos menciones en un cuento que Sancho relata a su señor: una historia de
amor y celos entre el pastor Lope Ruíz y la pastora Torralva, hija de un rico
ganadero.
“Digo, pues, prosiguió Sancho, que en un lugar de
Extremadura había un pastor cabrerizo, quiero decir, que guardaba cabras, el
cual pastor o cabrerizo, como digo de mi cuento, se llamaba Lope Ruiz, y este
Lope Ruiz andaba enamorado de una pastora que se llamaba Torralva…”
“Sucedió, dijo Sancho, que le pastor puso por obra su
determinación, y antecogiendo sus cabras, se encaminó por los campos de
Extremadura para pasarse a los reinos de Portugal: la Torralva, que lo supo,
fue tras él, y seguíale a pie y descalza desde lejos con un bordón en la mano y
con unas alforjas al cuello…”
CAPÍTULO XXXII. En este capítulo se habla de la
Vida de Diego García de Paredes, el Sansón Extremeño, nacido en Trujillo en
1466.
“ Y este Diego García de Paredes fue un principal
caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Extremadura, valentísimo
soldado, y de tantas fuerzas naturales, que detenía con un dedo una rueda de
molino en la mitad de su furia, y puesto con un montante en la entrada de un
puente, detuvo a todo un innumerable ejército que no pasase por ella, e hizo
otras tales cosas, que si como él las cuenta y escribe él asímismo con la
modestia de caballero y de cronista propio, las escribiera otro libre
desapasionado, pusieran en olvido las de los Héctores, Aquiles y Roldanes.”
CAPÍTULO XLIX. Se vuelve a mencionar al Sansón
extremeño, hablando de la existencia de héroes no sólo en Roma, Cartago o Grecia,
sino en Extremadura, Castilla o Valencia:
“Y si todavía, llevado de su natural inclinación,
quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el
de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos
como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania; un César, Roma; un Anibal, Cartago;
un Alejandro, Grecia; un conde Fernán González, Castilla; un Cid, Valencia; un
Gonzalo Fernández, Andalucía; un Diego García de Paredes, Estremadura; un Garci
Pérez de Vargas, Jerez; un Garcilaso, Toledo; un don Manuel de León, Sevilla,
cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y
admirar a los más altos ingenios que los leyeren”
Espero que
este post os haya servido para conocer un poco más la relación de Cervantes y
El Quijote con nuestra tierra, y que sirva de homenaje a este insigne escritor
y su obra cuando se cumplen 400 años de su muerte.
BIBLIOGRAFÍA
CONSULTADA
Ventanas a la ciudad. Fernando García Morales
Relación de Cervantes con el Brocense y Extremadura.
Francisco Rivero
Don Quijote no pasó por Extremadura. Eugenio Fuentes
Interesantísimo y muy bien documentado. Mis felicitaciones
ResponderEliminar¡Hola Rubén! Un honor y un placer haber podido poner un pequeño grano de arena en esta tan interesante y completa entrada. Como siempre, no dejamos de aprender contigo. Sigue así. ¡Un abrazo!¡Nos vemos!
ResponderEliminarEn el.día del IV centenario de la muerte de Cervsntes, mi enhorabuena.. Francisco Rivero.
ResponderEliminarUn verdader placer que usted lea este post¡ Muchas gracias¡
EliminarImpresionante. Gracias por difundir.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir este valioso documento.Es un orgullo para Extremadura que El Genio de Nuestra Literatura tuviera contacto y admiración por nuestra tierra.
ResponderEliminarTambién menciona nuestro maestro Cervantes en "El Licenciado Vidriera", a un pueblo de Extremadura , concretamente Descargamaria haciendo elogio de sus vinos, entre otros muchos, dice así pues:
ResponderEliminar"Y habiendo hecho el huésped la reseña de tantos y tan diferentes vinos, se ofreció de hacer parecer allí, sin usar de tropelia ni como pintados en mapa, sino real y verdaderamente a Madrigal, Coca, Alaejos y a la Imperial mas que Real Ciudad, recámara del Dios de la risa; ofreció a Esquivias, a Alanis, a Cazalla, Guadalcanal y La Membrilla, sin que se olvidase de Ribadavia y de Descargamaria. Finalmente , más vinos nombró el huésped, y mas les dio que pudo tener en sus bodegas el mismo Baco..."