Ir al contenido principal

TRADICIÓN DEL TUERO EN ALDEA DEL CANO. 2016

Probablemente ellos no lo sepan, pero lo que hacen es de gran importancia




Como cada mes de agosto, el día 15 se volvió a cumplir con una vieja tradición de quintos que va mucho más allá de lo concerniente al servicio militar. Estas fiestas, que posteriormente se asociaron con la mili, son la demostración actual de los ritos de iniciación a la edad adulta que se han hecho y se hacen en casi todas las civilizaciones. En los pueblos prerromanos era costumbre enviar a los chicos que se estaban haciendo mayores a pasar unos días de convivencia solitaria en el campo, tras la que debían aportar a la comunidad una prueba de su capacidad de supervivencia y de dominio sobre el medio. Gallos, machos cabríos, enramás, pinos, ramos o tueros, son la manifestación actual de un comportamiento atávico que permanece en nuestra cultura con no pocas modificaciones.





Cada vez que asisto a esta fiesta me viene a la cabeza cómo, sin saberlo, y sin darle mayor importancia, en Aldea del Cano (como en otros muchos pueblos) cumplen con una tradición mucho más antigua y profunda de lo que muchos piensan. Son un eslabón más, y totalmente imprescindible, de la cadena de transmisión de la cultura tradicional. No sólo celebran una fiesta más o menos vistosa, sino que hacen una inestimable contribución al mantenimiento de las antiguas culturas y a la identidad actual de un pueblo. No es sólo plantar una encina seca en medio de la plaza, sino que es la manifestación de un dominio sobre el medio natural de un grupo de chicos y chicas que se acercan, sin saberlo, a la edad adulta. Es una manifestación pública del paso de niños a ser miembros de pleno derecho de una sociedad que les deja ser protagonistas unos días.













Si esto no fuera poco, la tradición del Tuero de Aldea del Cano culmina cuando este gran tronco de encina arde en la tarde de la Nochebuena. Aquí encontramos asociado otro antiquísimo y universal ritual de purificación del solsticio de invierno, que posteriormente se cristianizó, cerrando así un ciclo de más de 4 meses en los que el Tuero descansa en una posición de honor junto a la Iglesia de San Martín y la Casa Consistorial.

Probablemente ellos no lo sepan, pero lo que hacen es de gran importancia, porque la cultura tradicional no nos pertenece, sólo somos unos meros transmisores de lo que lleva siglos celebrándose. No podemos ser nosotros los que traicionemos o destruyamos los ritos que nuestros antepasados ya hacían y que esperemos se sigan haciendo durante mucho más tiempo.


P.D. Aclarar mi defensa de las antiguas tradiciones de forma adaptada, en la que no se maltrate a ningún animal o planta. El Tuero es seleccionado entre árboles muertos o muy enfermos. No todo vale en nombre de la tradición.

Comentarios

  1. Genial!!! lo comparto en La Colmena http://www.lacolmenacultural.com/municipios/100120001

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares de este blog

EL CALLEJÓN DE LOS HUESOS

Cuando uno viaja se encuentra lugares y rincones misteriosos, con leyendas truculentas, fantasmas del pasado, apariciones nocturnas o viejos cementerios que desatan historias muy atractivas para el turismo. Pues aquí en nuestro Cáceres, aunque casi nadie lo conoce, tenemos un callejón cuyos muros están plagados de huesos posiblemente humanos y que pasan inadvertidos a los visitantes. Es cierto que existen por el mundo capillas construidas con huesos, como ocurre con la " Capela dos Ossos " de Évora, no muy lejos de aquí. Hay otras en Austria, en Italia, la República Checa, o en el mismo Cáceres, donde hay una sacristía cuyo suelo está formado por huesos de cordero que ya os enseñaré otro día. Pero en este caso no hablamos de una construcción con huesos, sino que entre los materiales usados para la construcción de un muro aparecen numerosos fragmentos de huesos.  Desde la cuesta de la Compañía, que une la plaza de San Jorge con la de San Mateo, parte un pequeño calle

UN AMULETO ISLÁMICO POR LAS CALLES DE CÁCERES: LA MANO DE FÁTIMA

A todos nos es familiar la imagen de un llamador con forma de mano en casas más o menos antiguas, e incluso en las modernas, pero quizá no seamos consciente del origen y evolución de este símbolo y todo el significado que encierra. Hoy os quiero enseñar, Al Detalle, este curioso elemento que salpica toda nuestra ciudad y que encierra un gran significado profundo y simbólico. Esas aldabas con forma de mano son una evolución de otro símbolo que aún pervive, y que por estas cosas de la globalización, es cada vez más común: La Mano de Fátima. Este icono es la representación de una mano abierta con los dedos juntos y colocada de forma plana. Y aunque a nosotros nos llega como herencia islámica, la imagen y simbolismo de la mano puede encontrarse en el propio origen de la humanidad, no olvidemos las pinturas de manos con dedos “amputados” que en nuestra cueva de Maltravieso representan las pinturas rupestres más antiguas del mundo con una edad de, al menos, 66700 años. Pero también

LA CASA DE CAMPO, Y VIDA, DEL CAMARERO MÁS FAMOSO DE CÁCERES.

Hoy os quiero mostrar, Al Detalle, una de esas construcciones de actual uso agropecuario, pero que encierra entre sus agrietados muros la historia de un pasado floreciente, casi olvidado, y episodios destacados de la historia de nuestra ciudad, que se sepultan entre rebaños, uralita y abandono. Si atendemos al Registro Catastral, nos marchamos a la finca Torre Camarero, polígono 18, parcela 3, del término municipal de Cáceres. También se la conoce como "casa a la torre" o simplemente como la casa del camarero. ¿Pero quién era este camarero? Cuando visitamos la casa, con actual uso agropecuario como decía, y si los perros permiten que nos acerquemos un poco a la fachada, lo que más llama la atención es un precioso escudo enmarcado de alfiz con las armas de la familia de los Golfines, lo que nos da la primera pista de la identidad de ese famoso camarero. No obstante, el reto no es demasiado complicado a poco que se conozca ligeramente la historia de la ciudad de Cáceres. Nos