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VISITANDO EL ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CÁCERES I


Hace unos días, gracias a la intercesión de Serafín Martín y la amabilidad de Esperanza, su directora, pude conocer el Archivo Histórico de Cáceres, Al Detalle. Como la información es mucha, así como las imágenes, dividiré el artículo en dos partes, una dedicada al archivo propiamente dicho y sus funciones, y otra al edificio.

El Archivo Histórico Provincial de Cáceres se creó por Orden del Ministerio de Educación Nacional el 28 de septiembre de 1950 (B.O.E. de 20 de noviembre), a propuesta del Excmo. Ayuntamiento de Cáceres. Su primera finalidad fue reunir los fondos documentales de la Provincia. Entonces se creó la “Biblioteca Pública y Archivo Histórico de Cáceres”, bajo la protección de un patronato que funcionaba como una sección del Patronato Provincial para el fomento de los Archivos, Bibliotecas y Museos Arqueológicos, pero con independencia del pleno y con autoridad propia para los asuntos referidos a la Biblioteca y al Archivo Histórico. En sus primeros años, el archivo recibía dotaciones económicas de las cantidades consignadas en los presupuestos del Estado y del Excmo. Ayuntamiento de Cáceres.

Su primera sede fue el Palacio de la Isla, debido al constante incremento de los fondos documentales, en el año 1980 se inician las gestiones para el traslado de los fondos a un nuevo edificio. Así, en el Plan de Inversiones de la Subdirección General de Archivos, se programa la construcción o adaptación de algún edificio para Archivo Histórico Provincial de Cáceres. El Delegado de Cultura en Cáceres informa que la solución podría estar en la cesión por parte de la Caja de Ahorros de Cáceres del llamado Palacio Toledo Moctezuma, ya cedido al Ministerio de Información y Turismo, para la construcción de un Parador Nacional que renunció posteriormente al proyecto, con la consiguiente desafectación del inmueble. Como quiera que este edificio seguía siendo aún pequeño para poder albergar todos los fondos, que presumiblemente ingresarían, se solicita información urbanística al Ayuntamiento para un solar anexo sito en las calles del Obispo Álvarez de Castro, adarve del Cristo y Calle Tiendas con vistas a su edificación y construcción posteriormente de un paso elevado que comunique el Palacio de Moctezuma con el nuevo edificio. En 1986 se inicia la incoación del expediente de cesión gratuita de dichos solares municipales al Estado para ampliación del Archivo Histórico Provincial. El 17 de octubre de 1989 el Excmo. Ayuntamiento de Cáceres hace donación de dicho solar y se produce el acta de afectación del inmueble que se hace efectiva el mismo día.

El archivo inició el traslado al Palacio Moctezuma en el año 1992. En el solar colindante se construye un edificio anexo de nueva planta que fue recepcionado el 27 de noviembre de 1996, dotado de modernas instalaciones, que supuso la disponibilidad del edificio de titularidad estatal y, en consecuencia, que en 1997 se procediera a trasladar el resto de documentación depositada en el Palacio de la Isla al nuevo depósito, dejando definitivamente el viejo edificio.

Entre las funciones del archivo están la de recibir por transferencia los Protocolos Notariales centenarios y los documentos de las delegaciones provinciales de la Administración del Estado y por donación, legado, depósito o compra cualquier otro fondo de carácter privado o público. Organizar y describir los fondos documentales que conserve. Realizar la conservación preventiva de los fondos documentales custodiados y restaurar aquellos que lo precisen. Digitalizar los fondos documentales conservados. Permitir a la Administración y a los ciudadanos el acceso a los documentos y a la información que contienen con las restricciones que marca la ley. Difundir por cualquier medio (exposiciones, publicaciones, visitas guiadas, cursos etc.) los fondos documentales conservados.


Una vez contada la parte más formal, que nos da una idea del importante y complicado trabajo que se hace en el archivo, os voy a contar mi visita. Tras una pequeña y agradable charla con la directora pasamos a ver la sala de consulta de documentos con un total de 21 puestos y varios ordenadores, con unas pantallas enormes, en los que se pueden consultar los fondos digitalizados, que cada vez son más. Pasamos a la sala de reprografía y otra donde suelen acceder las excursiones y visitas para no molestar a los investigadores en sus trabajos. Y aunque ya no se utilizan, evidentemente, conservan una vieja y preciosa estantería con las típicas cajoneras con sus fichas escritas a máquina, como un recordatorio de la antigua forma de trabajar y para que sirva para que los estudiantes se imaginen la labor de un archivo cuando no existían los ordenadores. Pasamos entonces ya a salas con los archivos en las que me sorprenden viejos frescos que se han mantenido.




Atravesamos decenas de salas en las que se controla la temperatura y la humedad y me permiten abrir un momento las ventanas para hacer las fotos, pero que normalmente se encuentran protegidas del sol para no dañar los viejos legajos que atesoran.  Todavía no hemos pasado al precioso, funcional y polémico edificio nuevo. Cuando llegamos él me entusiasma sus volúmenes, sus detalles y la luz tamizada por el alabastro de sus ventanas. Recorremos los pasillos disfrutando de la ingente cantidad de documentos que esconde cada uno de los estantes.






Llegamos entonces a la zona de recepción de documentos, restauración, digitalización… y mi admiración por el trabajo callado que desde aquí se hace, va aumentando por momentos. Pude disfrutar de antiguos planos, o documentos del siglo XIV, fotografías restauradas y de una cantidad de tesoros documentales que me sobrecogen. En el laboratorio, donde me encuentro más como en casa, veo el proceso de restauración del papel, de los encuadernados... Contemplo el mimo con el que se trata cada página y el mimo con el que se trata cada uno de los volúmenes o documentos que me muestran.




Cuando leemos cualquier referencia bibliográfica, datos de compras, de ventas, de muertes, de batallas… no sabemos el enorme trabajo que tienen detrás. Sostienen cada uno de esos datos, la conservación, restauración y análisis exhaustivo de cada párrafo, de cada línea. No nos podemos imaginar la labor que hacen y de las que el resto nos nutrimos. La emoción de los documentos que veo y el reconocimiento a una labor callada, me llenan de emoción.



Entonces pasamos a recorrer otras partes del edificio… pero eso os lo contaré, Al Detalle, en el siguiente post. 


P.D. Cualquier ciudadano puede visitar el archivo solicitándolo previamente.

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