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LAS CUPAE DE LA PARTE ANTIGUA DE CÁCERES

Las cupae (en singular cupa) son monumentos funerarios de planta alargada y parte superior semicilíndrica, que fueron muy comunes entre los siglos I y III d.C. Se dividen es dos grandes grupos: las STRUCTILES, realizados con mampostería, también conocidas como “de obra”, que interpretan a su manera la forma de un túmulo; y las CUPAE SOLIDAE. Éstas se fabricaban de cantería y son posteriores a las structiles, poniéndose de moda entre el siglo segundo y la primera mitad del tercero de nuestra era. Solían recibir un revestimiento rojo y en ocasiones se acompañaban de una inscripción, que en la mayoría de las veces no se conserva por el desgaste de las piezas, o no están visibles al encontrarse empotradas en muros.

En ningún caso son contenedores de restos funerarios, sino que, como las lápidas, son señalizadores de sepulturas. Las solidae son de menor tamaño que las de obra y eran usadas por ciertas clases sociales no muy elevadas, como libertos o esclavos, aunque también se han encontrado algunas de militares o comerciantes.

Fueron muy comunes en Augusta Emerita y en la zona de influencia de la Vía de la Plata, llegando esta “moda”, por lo tanto, a nuestra ciudad. Las primeras cupae descritas en nuestra provincia datan del principio del siglo XX, aunque pasaron bastante desapercibidas hasta que en los años 80 comenzó su estudio más detallado y científico, momento desde el que comenzaron a documentarse gran número de ellas. La mayoría del tipo solidae, talladas en piedra local, preferiblemente en granito con esa característica forma semicilíndrica superior. Se solían situar sobre un plinto que sobresalía del cuerpo del sepulcro, aunque en otras ocasiones, se hacía en la base una moldura que imitaba a un pedestal que no existía. Las que os voy a enseñar en nuestros muros no presentan esa moldura, por lo que podemos suponer su disposición sobre un plinto.

Lo normal en la zona de influencia de Mérida, es que midan 1 metro de largo, por medio de ancho y alto, aunque esto es bastante variable. De las encontradas en nuestra provincia únicamente 6 conservan la inscripción. En el caso de las de Cáceres capital no sabemos si la conservan al encontrarse empotradas y por lo tanto, la posible inscripción, inaccesible. 




En la bibliografía consultada, se describe la que se encuentra en el arco del Cristo, según bajamos por él, a la izquierda. De menor tamaño que lo detallado anteriormente, se encuentra empotrada formando parte del arco, lo que parece apoyar las teorías que ponen en duda que esta puerta sea verdaderamente de época romana como se ha venido afirmando desde siempre. Espero documentarme un poco más del tema y ampliarlo en futuras publicaciones.





Algo más complicada de localizar fue la siguiente cupa. Aparece en la documentación que existe una cupa en las “inmediaciones” de la Torre de Espaderos, sin adjuntar descripción o imágenes. Así es que agarré la cámara y para allá me fui con la esperanza de encontrarla. En realidad, me extrañaba esa ubicación porque los edificios que rodean la torre son actuales y no queda mucho que pudiera tener un origen romano, por lo que busqué en toda la plaza… y ahí estaba, a unos 10-12 metros de la mencionada Torre de los Espaderos. Yo no puedo asegurar que sea la misma que aparece en la bibliografía, pero sí estoy seguro de estar frente a una verdadera cupa. Varios motivos avalan esta hipótesis: el primero es que se encuentra empotrada en la base de una torre junto con otros sillares reutilizados, en esta ocasión, circulares, lo que nos indica que eran antiguas columnas o miliarios “reciclados” de origen romano. 




En esta zona son comunes estos restos romanos al conservarse un lienzo de la muralla de esta época y dos alquerques a pocos metros. Y por supuesto, la morfología y las medidas coinciden con las que se esperan de una cupa de esta zona. Por lo tanto, hay pocas dudas de su autenticidad. Por otro lado, ir a visitarla nos sirve como excusa para disfrutar de la oculta torre en la que se encuentra, adosada a la Casa de Trespalacios y formando parte de la propia vivienda. Las investigaciones evidencian que es una torre de época almohade, cuadrangular de 7m de lado y de muros de 1 metro de espesor, con un paso albarrano de 10x6 metros, algo que autentifica este origen almohade, porque los romanos raramente utilizaban torres albarranas. En la construcción de la torre, por lo tanto, se reutilizaron materiales de época romana como queda ahora evidenciado.


Como siempre, si miramos nuestra ciudad Al Detalle, encontramos retazos de nuestro pasado que siempre han estado frente a nuestros ojos, aunque la mayoría de las veces, no los veamos.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Las cupae de CáceresJOAQUÍN L. GÓMEZ-PANTOJA, Universidad de Alcalá de Henares. ANTONIO GONZÁLEZ CORDERO, Fundación Antonio Concha (Navalmoral de la Mata, Cáceres). MARIA DEL ROSARIO HERNANDO SOBRINO, Universidad Complutense de Madrid. JOSÉ VIDAL MADRUGA FLORES,Archivo Epigráfico de Hispania.
Las cupae de la Hispania Citerior: reflexiones sobre su origen y sobre el caso de BarcinoJULIA BELTRÁN DE HEREDIA, Museu d’Història de Barcelona – MUHBA. ISABEL RODÀ DE LLANZA, Institut Català d’Arqueologia Clàssica – ICAC

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