Hay muchas formas de acercarse a la realidad, desde un punto
de vista lineal y revisionista, o intentando descubrir la verdad poliédrica de
los acontecimientos, objetos, o como en este caso, de las edificaciones. Hoy
pondremos la particular lupa de Cáceres Al Detalle en la pequeña presa, y el
molino adosado, en la charca del Barrueco de Arriba, en el Monumento Natural de
los Barruecos. Seguramente este lugar pasó desapercibido para muchos hasta que
unos metros más arriba se rodó la famosa batalla de Juego de Tronos.
Nos encontramos con una presa de contrafuertes que recoge el
agua de los arroyos Tocón y Naranjillo, con una escasa capacidad de unos 0.6
hm3. El muro alcanza una altura máxima de 9m. y una longitud de unos 75m. que,
junto con la impermeabilidad del granito, permite el almacenamiento del agua.
La primera duda que se nos plantea es su datación, porque si nos fijamos en el
cubo encalado superior, en un esgrafiado podemos leer “Se edificó el 1892”. Es
curioso cómo el artista no calculó bien el tamaño de los números y el 2 lo tuvo
que sacar del espacio dedicado para la inscripción. Así es que según esto
podría ser de finales del XIX. En cambio, el prestigioso ingeniero José Antonio
García-Diego en su obra Presas antiguas de Extremadura afirma tras su análisis,
que se edificó antes del 1800. Si nos fijamos en el Interrogatorio de la Real
Audiencia en 1790 tras hablar de los molinos del río Casillas, se dice: “hai
otros dos que pertenecen a la testamentaria de Don Álvaro Mª de Ulloa, vezino
que fue de Caceres, sitos también en la Zafrilla a el mediodía y al sitio que
se dice de los Berruecos, que son de poco surtido, a excepción de un año mui
abundante de aguas…” No olvidemos que el molino del que estamos tratando se
encuentra en la finca llamada Zafrilla, al igual que el lavadero donde se sitúa
el Vostell. Como la Charca de Frasco Díez es posterior a esta fecha, ya podemos
decir que la charca y molino del Barrueco de Arriba es anterior a esta fecha y
que la que aparece en el esgrafiado debe de ser de alguna reforma o ampliación.
Los molinos proliferan gracias a un cambio en los hábitos
alimenticios de la población una vez superada la Edad Media, que pasó de estar
fundamentada en la carne a dar un papel más importante a los cereales. En los
lugares con cursos de agua constantes y abundantes, estos ingenios para moler
el grano se ubicaban en las orillas e incluso algunas veces con desvíos
parciales del curso para hacer pasar o dejar caer el agua para obtener la
energía cinética suficiente para mover las pesadas ruedas de moler.
En los lugares donde en la época estival los cauces se
secaban, había que optar por construir pequeñas presas para “atrapar” el agua y
así procurarse mas tiempo el uso del molino. Por esta razón, y la ventaja que
da un suelo casi inexistente y una roca madre granítica muy extendida, hace de
Extremadura un ejemplo de variedad y abundancia de presas con molinos o, mejor
dicho, molinos con presa. Hay autores como José Antonio García, que aventuran
que la construcción donde el molino forma cuerpo con el muro de la presa, nace
en Extremadura y que desde aquí se extiende por el resto del mundo.
El molino es de gravedad con una zona dedicada a la molienda
unida a las estancias propias del molinero que tenía hasta su propia chimenea.
Hace unos años se podía acceder al interior del edificio, pero con buen
criterio, se cerró para preservarlo de gamberros y proteger a los visitantes de
posibles accidentes.
Pero la mirada poliédrica no puede quedarse en la mera
descripción del conjunto arquitectónico o en un baile de fechas; tenemos que
buscar elementos que nos hablen del universo simbólico de un oficio y de un
tiempo pasado. Grandes estudiosos (la mayoría franceses) nos hablan de las
supersticiones y el mundo mágico que rodeaba al oficio de moler el grano, y que
en ocasiones quedaba plasmado en las propias construcciones. Llegar al molino,
que hubiera suficiente agua o que “el mal no entrase en la muela” era las
preocupaciones constantes que, junto con asegurar la molienda suficiente para
sobrevivir y pagar los impuestos, formaban parte del día a día de este duro
oficio.
En este molino del Barrueco de Arriba, al menos en su
exterior, vemos acumulados varios signos protectores comunes en la arquitectura
vernácula. Comencemos por la parte inferior de los sillares que enmarcan la
puerta de entrada. A ambos lados podemos apreciar sendas cruces con silueta de
Calvario con una típica función de “espantabrujas” y propiciatoria de una buena
maquila. Estas cruces, tan presentes en los edificios con un marcado carácter popular,
se popularizaron entre los siglos XVII y XVIII, algo que nos ayuda a apoyar la
datación del propio edificio.
A la izquierda, además, a media altura vemos otra cruz con
Calvario que se ha “fusionado” con el símbolo mariano de AM (Ave María), muy habitual también en los edificios y puertas de las casas de los pueblos y que se hizo
muy común en toda España en el siglo XVII alcanzando su máxima difusión en el
siglo XVIII aunque se han seguido utilizando hasta épocas relativamente
recientes. Lo que más me llama la atención es la unión de los dos símbolos, el
de la Cruz que representa a Cristo y el de su madre, el Ave María, algo que
hemos visto en otras ocasiones, pero no con la cruz como elemento, sino con el
monograma IHS o JHS, sin ir más lejos en el edificio donde ahora se sitúa el
hotel y restaurante Atrio de Cáceres y que ya os enseñé hace tiempo.
Al otro lado del camino, casi oculta entre las rocas y la vegetación, se esconde una pequeña fuente que advertimos gracias a la cartelería que la acompaña. Es la fuente de "Los Burgaños". Recibe su nombre de los ahora solemos conocer como murgaños, esos arácnidos de patas muy, muy largas que se concentran alrededor de lugares con mucha humedad, y que, a decir verdad, no he visto nunca en esta fuente precisamente. Es una manera sencilla pero práctica, de aprovechar las emanaciones de agua provocadas por las filtraciones y características del sustrato rocoso.
Hoy solo os quería enseñar este precioso lugar desde un
punto de vista poliédrico, mirándolo con ojos curiosos que nos llevan a
descubrir aspectos arquitectónicos, históricos y culturales, porque de esta
manera fueron concebidos y utilizados.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Presas antiguas de Extremadura. José Antonio García-Diego
Análisis y significado de la cruz en la cultura popular del occidente salmantino: El Abadengo. Javier Cruz Sánchez
Comentarios
Publicar un comentario