En este blog estamos acostumbrados a hablar del estado
ruinoso de muchos monumentos y a lamentarnos del estado de abandono que presentan
muchos de los elementos más atractivos y curiosos de nuestro patrimonio. Solo
en contadas ocasiones, como hoy, damos buenas noticias sobre intervenciones que
aseguran que esta riqueza patrimonial se conserve y restaure. El 30 de julio de
2020 aparecía en prensa el siguiente titular: “Luz verde a la rehabilitación de
la ermita barroca de los 'ángeles malos' en Talaván” donde se anunciaba que la “Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Extremadura ha resuelto
favorablemente el proyecto de restauración de la ermita barroca del Santo
Cristo”.
Esto ha ocurrido gracias a la Asociación TALAVÁN HISTORIA
VIVA que lleva años dando a conocer la riqueza y singularidad de este lugar, y
peleando para que este pedazo de la historia de nuestra tierra no se venga
abajo. Desde aquí quisiera agradecerles su esfuerzo y darles las gracias por
haber peleado para, finalmente, conseguir su objetivo.
En noviembre de 2019 tuve la oportunidad de participar dando
una charla en las Jornadas Góticas de Cáceres, en la que hablé, entre otros
monumentos en peligro, de la Ermita del Santo Cristo de Talaván. He querido
actualizar la entrada que hice hace años sobre ella, así es que aprovecharé
esta feliz ocasión para hacer un resumen de aquella ponencia y presentaros las
conclusiones de un interesante estudio de José Julio García Arranz que arroja
mucha luz sobre el verdadero origen de los “ángeles malos”, desterrando fantasiosas teorías y demostrando con un trabajo de una alta calidad, lo que
muchos ya pensábamos, o al menos intuíamos. Vamos a recorrer juntos esta Ermita
del Santo Cristo y verla, esperemos que por última vez, en el estado de ruina
en el que se encuentra. Para dar una visión completa y general del monumento os presento este vídeo grabado en otoño de 2019:
COMENCEMOS CON UN POCO DE SU HISTORIA
La mayor “pista” para conocer su fecha de construcción la
encontramos en la propia cúpula de la capilla, en la que en una inscripción se
puede leer la fecha de 1628, por lo que podemos situarla a comienzos del siglo
XVII. Fue levantada bajo las directrices del Barroco, con mampostería de piedra
y pizarra.
Sabemos, a través del documento público fechado en 1.790 “Instrucción
para la visita que deben hacer el Regente y Ministros de la nueva Real
Audiencia" se especifica que: “Los que componen el ayuntamiento se congregan en
la ermita llamada del Christo del Egido y nombran doce electores, que son
juramentados y estos eligen los jueces y demás personas de gobierno para el año
siguiente”
Posteriormente, con las medidas desamortizadoras del siglo
XIX el edificio pasó a manos del ayuntamiento, que decidió usar las
dependencias situadas junto al presbiterio de la capilla como cementerio
municipal. Esta necrópolis se mantuvo operativa hasta la inauguración del
actual camposanto en 1.928, quedando desde entonces en completo desuso,
abandono y ruina.
DESCRIPCIÓN DEL TEMPLO Y SU “PARTICULAR” DECORACIÓN
Siguiendo las directrices del barroco, su fabricación fue
bastante humilde y de manera muy tradicional. Se diseñó de una sola nave con
cubierta a dos aguas, a la que se uniría un presbiterio de planta hexagonal
irregular. El ábside está comunicado con una sacristía, probablemente añadida
años después y presenta dos únicos vanos a los pies del templo que serían los
que permitirían dar entrada a la luz. En el lado de la epístola se conservan
varias hileras de nichos, así como alguno más a los pies del templo.
La propia humildad de la construcción fue la que le dio su
gran riqueza, porque al querer ocultar los materiales con los que estaba
construida se añadió un lucido decorado con esgrafiados. Técnica en la que se
añade una capa inferior arenosa y con color y se tapa con una blanca.
Selectivamente la capa blanca se va eliminando recreando formas, líneas y
dibujos, dejando al descubierto la de color y creando así el aspecto que
presenta la decoración. Y aunque queda algo en los arcos de la nave, lo mejor
de esta técnica se conserva en la cúpula, formada por 21 gajos que rematan en
un gran florón central. En el anillo que forma la base vemos también una serie
de elementos decorativos muy interesantes con guirnaldas vegetales y en los
espacios delimitados por estas guirnaldas es donde aparecen los famosos
“ángeles malos”. Cabezas de ¿ángeles? cubiertas con un capirote triangulas y
con una sonrisa creada con pintura roja que deja ver dientes triangulares. Los
tocados también presentan esa coloración roja, algo que será muy importante para
averiguar su origen, como veremos más adelante.
En la base de la cúpula puede verse la siguiente
inscripción:
OBLATUS EST QVIA IPSE VOLVIT, ET PECCATA NOSTRA IPSE
PORTAVIT. ESAIAE 53. MARZO. 15 DE 1628 AÑOS.
“Fue ofrecido porque él lo quiso. Y él cargó con nuestros
pecados. Isaías 53. 15 de marzo de 1628.”
Destacan en la decoración los elementos iconográficos de la
pasión de Cristo.
En los arcos diafragma de la nave aparecen dos figuras que
han creado mucha controversia: Un hombre con rasgos felinos y lo que algunos
han descrito como un “bombín” y una figura femenina que también presentan
rasgos simiescos. No vamos aquí a profundizar en fabulaciones poco
fundamentadas y fantasiosas y vamos a apelar al buen juicio de mi buen amigo
Samuel Rodríguez que, ya hace años, en su blog Extremadura: Caminos de cultura,
apuntaba a que la figura masculina se trata de un legionario romano de los que
participaron en el prendimiento de Jesús y que se representó, como se hacía en
el siglo XVII, no con la indumentaria romana, sino con la propia de la época.
Sobre la figura femenina Samuel determina que el tocado que lleva «se asemeja a
un rebocillo alrededor del rostro (tal vez un manto) y sobre la cabeza», y que
debe representar a una de las mujeres que acompañaron a Jesús al Calvario.
INTERPRETACIONES SOBRE LOS “ÁNGELES MALOS”
Es en este punto en el que el fantástico artículo “Un caso
de transformación iconográfica y reorientación significativa: la decoración de
la ermita del Santo Cristo de Talaván (Cáceres, España)” de García Arranz, hace
para mi gusto, el mejor trabajo que se ha hecho hasta el momento sobre la
ermita. En él hace un recorrido por las diferentes teorías propuestas para
explicar la aparición de estos demonios en el ábside de una iglesia para
terminar exponiendo su propia explicación. Vamos a hacer un pequeño recorrido
por estas teorías:
- Antonio Piñero, uno de los mayores expertos mundiales sobre paleocristianismo, en el programa que hizo popular esta construcción de Iker Jiménez, atribuía un carácter demoniaco a estas figuras y lo sustentaba con la presencia del versículo de Isaías que, según él, pone de manifiesto la necesidad de la constante lucha con el maligno.
- Sebastián Vázquez los relaciona con las almas del purgatorio.
- Gabriel Cusac cree que son réprobos del Santo Oficio de la Inquisición, incluso comienzan a conocerse como los “réprobos de Talaván”. Esto estaría apoyado por la presencia del “capirote” que se les colocaba a estos réprobos y la aparición de las alas simboliza el viaje que emprenden.
García Arranz argumenta en este artículo que el esgrafiado y
la decoración de éstos se produjo en momentos distintos, que las figuras
inicialmente eran ángeles alados, con aspecto “angelical” como cabría esperar
en el ábside de una iglesia y que en un momento posterior fueron alteradas.
Esta teoría viene avalada por el hecho de ser muy, muy poco frecuente que los
esgrafiados fueran completados con pintura, y si aparecía algún pigmento se
incluía en el propio proceso de esgrafiar.
García Arranz supone que los elementos demoniacos fueron
añadidos muy probablemente cuando lo que quedaba de la ermita se convirtió en
la capilla del camposanto y seguramente fue la iniciativa de algún particular
que decidió dar algo de vistosidad a unos elementos decorativos que deberían
estar ya muy deteriorados. Este artista tampoco era muy diestro en el arte de
la pintura y vemos que los elementos añadidos son irregulares y poco
artísticos, pero, a decir verdad, bastante efectistas. La alusión a elementos
relacionados con la Inquisición nos permite enmarcar esta modificación en el
primer cuarto del XIX con la clara intención de transformar unos ángeles en
unos condenados, alegoría de lo que les ocurre a las personas que no se rigen
por los mandatos de la iglesia.
Sea como sea, el espectáculo único que suponen estos
esgrafiados es digno de ser destacado y contemplado y, por supuesto, conservado
y ahora, por fin, podemos decir que esta enigmática ermita va a ser recuperada
como se merecía hace décadas. Disfrutemos de estas escasas buenas noticias.
Bravo a todos por estas buenas acciónes. Un buen resultado, seguramente merecido en este capilla con sus esgrafiados muy ricos.
ResponderEliminarAtentamente.