Había un tiempo en el que cuando encontraba alguna leyenda o historia interesante sobre nuestra parte antigua, mi cerebro la memorizaba sin ni siquiera proponérselo, creyendo a pies juntillas cada una de aquellas palabras, sin cuestionar, en ningún momento, la verosimilitud del relato, por muy increíble que sonara. De esa forma aprendí la leyenda sobre el escudo de la familia Aldana, en uno de mis primeros libros sobre la historia de la ciudad que leí en mi adolescencia: “Cáceres, guía turística” de Antonio Bueno Flores. Según se recoge en este libro, el origen del escudo se remonta al siglo XI, cuando Hernán Pérez de Aldana, capitán general de la flota real de Alfonso VII de León, tras una grave enfermedad decide buscar milagrosa curación en el Monasterio de Montserrat (fundado en 1025 y con abad propio en el 1082). Postrado en una camilla intentaba hacerse paso para acercarse a la moreneta, cuando un joven desvergonzado se subió a ella para poder ver por encima de las cabezas de
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.