En los días pasados, con motivo del Día de Difuntos, os contaba algunas curiosidades de los cementerios extramuros de la ciudad, el del Espíritu Santo, y el actual. Hoy termino, por el momento, estas entradas contando la historia de la primera tumba del actual camposanto.
Según entramos por la puerta que da acceso a la zona vieja del cementerio, el primer enterramiento a mano derecha nos sorprende, no posee una lápida corriente, cuenta con dos grandes escudos de piedra colocados de una manera inusual.
En este nicho se encuentran los restos de Don Juan Durán de Figueroa y Doña Isabel Baca, fundadores
del convento de la Concepción, que al ser desamortizado cayó en ruinas y cuando fue demolido los restos de sus benefactores fueron los primeros trasladados en 1844 al actual cementerio.
Otros elementos del abandonado y desmantelado convento, del que os hablaré dentro de poco, se usaron en la capilla que os enseñé en el post dedicado a la Virgen de la Estrella. Con esta entrada no pretendo faltar el respeto a nadie, sólo contaros un pequeño episodio de nuestra historia local.
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