Uno de los lugares donde más me gusta parar en mis rutas en bici es el despoblado de "La Escalera", entre Aldea del Cano y la cola del pantano de Valdesalor. No conozco bien los detalles del lugar, sólo lo que me ha comentado la gente del pueblo, que me cuentan que era un poblado de gañanes, es decir, de gente que trabajaba la tierra y que se encargaba del ganado, de un arrendatario de tierras. Eran, por lo tanto, uno de los escalafones sociales más bajos posibles.
El poblado cuenta con una única calle en la que se sitúan las casas; muy humildes, donde destaca la cocina con su gran chimenea y las alacenas, y las habitaciones. Las viviendas estaban unidas y comunicadas con los establos donde se guardaba el ganado.
Actualmente se encuentra abandonado, aunque desde hace un par de años, allí reside una familia de piconeros, que poseen un par de perros que molestan y dificultan algo la visita, pero que realmente no hacen nada, sólo molestan. Es más peligroso el enorme pavo que anda suelto, pero que supongo que en un par de días ya no estará, porque seguramente sea la cena de la navidad. Este sí que se lanza y hay que temerle más que a los perros.
En las inmediaciones hay un precioso y pequeño puente y una fuente que ya os mostraré. Hoy me quiero centrar en las casas y en imaginar lo duro que sería vivir en un lugar así, en los trabajadores que durante décadas dieron vida a esa calle y las historias que se han perdido con su abandono. Os dejos unas imágenes y os invito a acercaros a visitar este lugar. Desde Aldea del Cano es un agradable paseo.
Precioso y desconocido lugar que me recuerda bastante a Los Caserones, no lejos de Villanueva de la Serena, el pueblo de mi padre. En cuanto pueda, me acerco a conocerlo de primera mano.
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