Ir al contenido principal

ENTRE ZAHÚRDAS Y TUMBAS EN LOS BARRUECOS

Cada vez que escribo sobre los Barruecos comienzo diciendo lo mismo: que no deja de asombrarme. En cuanto te desvías un poco de las rutas habituales te sorprendes, y aunque pienses que conoces cada una de sus rocas, de sus cigüeñas o de sus tumbas, te topas con novedades a cada paso al mínimo descuido. Cuando hacía las rutas en bici por allí veía en una zona cercana a la charca de arriba un tejado a lo lejos que me llamaba la atención,  y el otro día me decidí a acercarme. El paisaje se ha convertido en desolador en un par de semanas, el campo amarillo y seco se ha apoderado de la llanura malpartideña, haciendo de esta zona un arisco compañero de viaje.










Según me acerco "al tejado" me sorprendo al encontrar innumerables tumbas de gran porte, muy trabajadas, y muchas de ellas, en perfecto estado de conservación. Además pueden verse otras interesantes rocas talladas, así como lo que parecen dos ortostatos delimitando la entrada a una pequeña parcela. 










Justo a la pequeña casa, que seguramente sea un bujío reaprovechado, unas zahúrdas en muy buen estado, con su gran "patio central" y sus pequeñas "habitaciones" con dintel de cantería. A pocas decenas de metros otra en estado ruinoso. El conjunto nos da idea del esplendor ganadero de otra época y nos sugiere la importancia que este lugar ha tenido durante siglos. 












Los amarillos del paisaje, el prematuro viento cálido, el implacable sol y la ruina, hicieron que esta visita acabara con una extraña sensación de rechazo, pero no mío por el entorno, sino de aquel lugar hacia mí, como si me invitara amablemente a marcharme, a no descubrir sus secretos, como queriendo seguir siendo durante mucho tiempo un simple tejado que se ve a lo lejos y que nadie se acerca a conocer, aunque seguramente mi segunda visita no tardará en llegar. 



Comentarios

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares de este blog

EL CALLEJÓN DE LOS HUESOS

Cuando uno viaja se encuentra lugares y rincones misteriosos, con leyendas truculentas, fantasmas del pasado, apariciones nocturnas o viejos cementerios que desatan historias muy atractivas para el turismo. Pues aquí en nuestro Cáceres, aunque casi nadie lo conoce, tenemos un callejón cuyos muros están plagados de huesos posiblemente humanos y que pasan inadvertidos a los visitantes. Es cierto que existen por el mundo capillas construidas con huesos, como ocurre con la " Capela dos Ossos " de Évora, no muy lejos de aquí. Hay otras en Austria, en Italia, la República Checa, o en el mismo Cáceres, donde hay una sacristía cuyo suelo está formado por huesos de cordero que ya os enseñaré otro día. Pero en este caso no hablamos de una construcción con huesos, sino que entre los materiales usados para la construcción de un muro aparecen numerosos fragmentos de huesos.  Desde la cuesta de la Compañía, que une la plaza de San Jorge con la de San Mateo, parte un pequeño calle...

UN AMULETO ISLÁMICO POR LAS CALLES DE CÁCERES: LA MANO DE FÁTIMA

A todos nos es familiar la imagen de un llamador con forma de mano en casas más o menos antiguas, e incluso en las modernas, pero quizá no seamos consciente del origen y evolución de este símbolo y todo el significado que encierra. Hoy os quiero enseñar, Al Detalle, este curioso elemento que salpica toda nuestra ciudad y que encierra un gran significado profundo y simbólico. Esas aldabas con forma de mano son una evolución de otro símbolo que aún pervive, y que por estas cosas de la globalización, es cada vez más común: La Mano de Fátima. Este icono es la representación de una mano abierta con los dedos juntos y colocada de forma plana. Y aunque a nosotros nos llega como herencia islámica, la imagen y simbolismo de la mano puede encontrarse en el propio origen de la humanidad, no olvidemos las pinturas de manos con dedos “amputados” que en nuestra cueva de Maltravieso representan las pinturas rupestres más antiguas del mundo con una edad de, al menos, 66700 años. Pero también ...

LANEANA. LA DIOSA DE LA FUENTE DE TORREORGAZ

Los alrededores de esta ciudad parece que no dejan nunca de sorprender. Hace un tiempo, encontré en la web de Hispania Epigráfica la referencia de unas inscripciones en la "Fuente de la Higuera" en Torreorgaz. Estamos acostumbrados a estelas o lápidas que aparecen en cercas, fachadas o muros de iglesias, pero no a inscripciones en una piedra en medio del campo, y que además hagan referencia a una deidad hispánica. Así es que no me pude resistir y me subí a la bici a preguntarle a los paisanos por la fuente. Después de un par de intentos infructuosos decidí llamar a mi amiga Olga, de allí de Torreorgaz, y en unos minutos y algunas consultas, pudo explicarme cómo llegar. Aunque no me quedó muy claro, y no las tenía todas conmigo, volví a subirme a las dos ruedas y me encaminé hacia "un pequeño valle" a unos 700 metros de la ermita de San Isidro, en la cola del pantano de Valdesalor. Por fin encontré una de las dos inscripciones, la otra estaba bajo las zarzas...