CONVENTO DE
SAN PABLO
El segundo
conjunto conventual intramuros en el que nos vamos a fijar, es el de san Pablo,
perteneciente a Franciscas Terceras o Isabeles que, al igual que el de Santa
María de Jesús, ocupó una amplia manzana. Según la
documentación conservada en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres, el
germen de este convento ya existía en 1448, fecha a la que responde un escrito del
obispo de Coria, don Alfonso Enríquez de Mendoza, por el que se concede que la
casa de San Pablo, “en la que moran
buenas personas honestas y de buena vida”, pasase a ser propiedad de las
mujeres que moraban en ella, indica además que no tenían medios para mantenerse
y que vivían de la limosna. El obispo concede a través de este escrito
indulgencias a aquellas personas que contribuyesen económicamente para: “el reparo y obra de la dicha casa como para
mantenimiento de las buenas personas que en ella viven”.
El convento
intentó ampliar su solar por el lado sur según se deduce de una Real Provisión
de los Reyes Católicos. Pretendió hacerse con un solar que finalmente pasaría a
la propiedad de Diego Gómez de Torres, quien hará su casa sobre el aljibe. La
provisión recuerda que Diego Gómez se había comprometido a construir su casa sin
elementos defensivos y parece que estaba incumpliendo el compromiso haciendo un
balcón con canes de cantería y otros elementos de defensa, el mismo documento nos
comunica que desde este balcón se veía la vivienda y el corral de las monjas, motivo
por el que se produjo un pleito entre la comunidad de San Pablo y Diego Gómez
de Torres, resuelto finalmente en 1488 al comprometerse el propietario de la
casa del aljibe a cerrar los balcones.
La
entrada actual no parece que fuese la portería primitiva, según deducimos de un
documento, fechado en 1566, en el que Lorenzo de Ulloa informa de que las casas
principales de su mayorazgo están sobre el aljibe y muy cerca del monasterio de
san Pablo: “muy cerca porque entre mis casas y el dicho monasterio no ay mas
distangia que la calleja que baxa a dar a la porteria del dicho monesterio”,
parece que se refiere a la portada tapiada localizada en las traseras y que dan
al palacio de las Veletas por la fachada de poniente y en la que hoy nos
fijamos AL DETALLE, en lo que hoy se conoce como el Callejón del Gallo.
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