Desde que era adolescente y algún
amigo de los mayores nos llevaba en coche, los Barruecos ha sido uno de mis
destinos favoritos para hacer fotos, para pasear, para observar las aves o
descubrir nuestro pasado. Detrás de la peña del tesoro hay un gran bolo
granítico con una forma curiosa por todos reconocida: un gran trasero. Los
chistes y las mofas eran contantes cuando la edad nos permitía expresar ese
tipo de humor. Años más tarde descubrí que guardaba un secreto: PINTURAS Y GRABADOS RUPESTRES.
Hay que escalar y adentrarse en
la roca, donde un incesante viento te acompaña hasta en los días más calurosos del verano. Desde lo alto la visión cambia, uno tiene ángulos y percepciones distintas y si pone atención, además de las pinturas encuentras, allí arriba, cinco
cazoletas perfectamente alineadas. Es entonces cuando, tomando aliento después
de la dificultosa escalada, te planteas
cuestiones como por qué allí arriba, por qué cinco cazoletas en línea, qué
significaban, para qué las hacían. Inútilmente quieres meterte en la cabeza de
los pobladores de los Barruecos de hace 4500 años, pero no es posible. La mente
racional, funcional y digitalizada actual no nos permite transcender, mirar más
allá del símbolo, mirarnos a nosotros mismos observando al pasado. Con la
prepotencia del que cree saberlo todo, juzgas los símbolos como rallajos sin
sentido, como mero entretenimiento de unos salvajes; pero hay mucho más, hay
una respuesta dentro de ellos que no logro descifrar, pero que me habla de lo
que soy a través de lo que fui. Dan respuestas futuras a problemas pasados,
silencio al ruido interior, y nos gritan su existencia en este silencio de
preguntas en el que vivimos. Las fotografío, y lleno de admiración y respeto,
bajo por la roca por la que trepé, y la forma ya no me causa risa, ya no es un
trasero. Algo ha cambiado, algo que me hace pensar que si allí pintaron y
dejaron su marca fue por algo que no logro entender.
La roca bordea por el NE la zona del yacimiento calcolítico, corresponde a una de las defensas naturales del poblado que se completa con amurallamiento artificial, que únicamente se conserva en esta zona del asentamiento. Los restos pictóricos lo forman cinco elementos orientados E-W, el más oriental (hacia nuestra derecha) es un petrogliforme con tendencia elíptica en cuya zona inferior cruza una línea. En el centro un antropomorfo ancoriforme (sin cabeza) y otros tres en la parte más oriental. A nuestros pies cinco cazoletas con orientación E-W.
Ahora os invito a acercaros a buscar estas pinturas con
respeto y admiración a quienes las hicieron, y aunque nunca lo descifremos,
intentad descubrir su mensaje oculto. Esta roca es la nombrada como P10 en el
mapa adjunto.
FUENTE BIBLIOGRÁFICA:
Pinturas y grabados rupestres esquemáticos del Monumento Natural de Los Barruecos, de Mª Isabel Sauceda
Por si fuera interesante o de utilidad para ti, para tus compañeros de rutas o para los lectores de tu estupenda web, tengo publicado el blog http://plantararboles.blogspot.com
ResponderEliminarUn manual sencillo para que los amantes de la naturaleza podamos reforestar, casi sobre la marcha, sembrando las semillas que producen los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
Salud, José Luis Sáez Sáez.
Encantado de seguir descubriendo detalles de Cáceres y sus alrededores en tu blog! Esta entrada me ha recordado las pinturas y goterones de "Las Marradas" que están cerquita de Cáceres, detrás del Polígono de Las Capellanías. Si no las conoces puedes encontrar más información aquí: http://www.dip-badajoz.es/cultura/ceex/reex_digital/reex_LXVIII/2012/T.%20LXVIII%20n.%202%202012%20mayo-ag/59174.pdf
ResponderEliminarSaludos!