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SIGNOS LAPIDARIOS EN LA “PUERTA DEL PEREGRINO” DE LA IGLESIA DE SANTIAGO.

Hoy nos vamos a fijar en la “puerta del peregrino”, la “puerta del sol” o la también llamada “puerta del mediodía” de la Iglesia de Santiago el Mayor de Cáceres… es decir, la puerta del lado de la epístola. Si miramos con detenimiento los sillares que forman sus arquivoltas, encontraremos repetido en más de diez ocasiones un símbolo, algo que parece una A y que pronto descubriremos qué es y qué significa.

Si os dais cuenta no he utilizado en ningún momento los términos MARCA DE CANTERO, ni incluso el de MARCA DE CANTERÍA, sino el de SIGNO LAPIDARIO, que es un concepto más general y que englobaría, entre otras cosas, a los dos primeros, como veremos más adelante.
 
Actualmente está cada vez más descartada la idea de que las marcas de cantero son únicamente signos que los artesanos de la piedra grababan en ellas para facilitar el cobro de las piezas que habían vendido y así identificarlas. Ahora sabemos que son algo más por varias razones; una de ellas es que la mayoría de las veces el cobro se realizaba por jornada y no por unidad. Además, resulta curioso que en muchas construcciones aparecen marcas solitarias, lo que hubiera conllevado vender una única piedra. Algo que resulta muy llamativo es que muchas de los sillares no presentan ninguna marca, ni en la zona visible ni en la oculta cuando se examinan al ser removidas. También apoya esta teoría el que las marcas de cantero suelen aparecer en lugares muy determinados, y muchas ocasiones agrupadas en zonas concretas de los templos y no en otras. Y por último, en recientes estudios morfológicos que se están haciendo en España, se ha determinado que todas las marcas encontradas y fechadas en siglos distintos, corresponden realmente a solo 60 tipos básicos, resultando un número muy bajo para todos los artesanos que en todos los tiempos han trabajado esto noble oficio.
 
Por todo ello, la teoría de la marca únicamente para cobrar las piezas, empieza a ponerse en entredicho, considerándose una idea muy reduccionista y simplista a un fenómeno global y diverso y que podría solo explicar una parte de los signos encontrados. Hay autores como Álvaro Rendón que sostienen que en las marcas puede intuirse un código esotérico. Aunque esto fuera cierto, sería un código perdido y del que no disponemos la “piedra de Rosseta” que nos permitiría descifrarlo o entenderlo, por lo que solo nos quedaría el marco de la especulación en ese aspecto. Otra manera de verlo es mediante la investigación exhaustiva, sistemática y científica, y así poder extraer conclusiones acerca del significado de unas marcas tan comunes como enigmáticas.
 
Hay muchas clasificaciones para los signos lapidarios, pero la que me parece más concreta, acertada y completa es la que realizó Jean-Louis Van Belle y que resumo en la siguiente imagen:

¿Por qué me inclino a pensar que las marcas de las arquivoltas de la “puerta del peregrino” de la Iglesia de Santiago son mucho más que una “simple” marca de cantero? Para responder a la pregunta vamos a ir paso a paso intentando responder otras cuestiones previas.
 
¿QUÉ CLASE DE SÍMBOLO ES EL QUE APARECE? ¿DE QUÉ ÉPOCA ES ESTA PUERTA? La primera pregunta es bastante sencilla; se trata de la letra ALFA, marca muy común en una época muy concreta, el románico, algo que coincide con lo que tradicionalmente se ha creído del origen de esta zona de la iglesia, que evidentemente no es de ese estilo actualmente, pero que se reedificó sobre un templo anterior. Vemos lo que dicen al respecto algunos autores destacados:
 
FLORIANO CUMBREÑO en su obra monográfica sobre la Iglesia de Santiago (1915): “No es este bello templo el primero que, en Cáceres, existió dedicado al Apóstol Santiago. Hubo con anterioridad otro, que no sería menos bello, pero sí más humilde. El actual elevase sobre aquel y aún quedan en la fábrica de éste, restos del antiguo […]. Desde luego era de estilo románico […] y lo corroboran la serie de canecillos que corren a lo largo de la fachada oriental, así como el escudo, gracioso en su ingenuidad, que representando a Santiago peregrino, se encuentra sobre la clave en el mismo lienzo de pared”.
 
ORTÍ BELMONTE en su artículo “Las reconquistas de Cáceres”, publicado en la Revista de Estudios Extremeños en 1945 dice sobre los Fratres de Cáceres: “la tradición entre los escritores cacereños hace a la iglesia de Santiago de los Caballeros de Cáceres cuna de la Orden. En su planta y en sus muros, hasta el tejaroz y el alfiz que encuadra sus puestas, es una iglesia románica; pero habiéndose arruinado fue reconstruida en el siglo XVI […]. La puerta del mediodía arcos apuntados, y abocinada, tienen los canecillos con las conchas de peregrino, simbólicas de Santiago, y sobre la clave del arco un bajo relieve que representa al Santo Apóstol con su báculo y la calabaza, iconografía románica, la más antigua del arte cristiano en Cáceres”.



 
Por lo tanto, la idea de que esta puerta pudiera pertenecer al templo primitivo de estilo románico no es desdeñable, ni nueva ni descabellada. Solo nos queda buscar en otros templos y en la bibliografía este mismo signo, esta letra ALFA, para ver dónde y cuándo se usó. Lo curioso es que cuando consultamos la mayor “colección” y clasificación de SIGNOS LAPIDARIOS , en la primera página aparece una imagen con signos clasificados por épocas, y concretamente el ALFA del que buscábamos información aparece como característico del románico (siglos XI y XII). Pero aún así hago una búsqueda siguiendo la clasificación de esta magnífica web que la organiza de la siguiente forma: Categoría SÍGNICA, Subcategoría 21 (GRAFÍAS/CIFRAS), Clase 211 (ALFABÉTICAS), tipo ROMANA, subtipo A.

Imagen tomada de la web http://www.signoslapidarios.org

Idénticas a las de Santiago de Cáceres encontramos en la propia Catedral de Santiago de Compostela, el Monasterio del Poblet, la Iglesia de Santiago de Agüero de Huesca, la Iglesia de Nuestra Señora de los Mártires de Estremoz o en el Monasterio de Santa María la Real de la Oliva en Carcastillo en Navarra. Todas estas construcciones (al menos en origen) de estilo románico, y en la web podéis encontrar muchos más ejemplos.
 
Así es que podemos sostener el origen románico de la puerta y podemos apoyar la teoría de que pertenecía al templo original erigido en honor a Santiago Apóstol sobre el 1170 tras la reconquista de Cáceres por Fernando II, cuando intenta fortalecer la protección de la ciudad “fundando” la orden de los Fratres de Cáceres que tendría como sede principal esta primitiva iglesia, aunque esto no duró mucho, porque Cáceres se volvió a perder en favor de los almohades en 1174.


Ahora que las tenemos fechadas basándonos en indicios más o menos sólidos, debemos preguntarnos ¿Qué son estos signos? ¿Para qué servían? Por la cantidad, ubicación y colocación, me resisto a creer que son “simples” marcas de cantero. Creo que pertenecían, dentro de la clasificación de signos lapidarios que os mostré hace un momento, a la categoría A de signos mágicos, religiosos o conmemorativos y más concretamente a un subtipo descrito como de reconocimiento del peregrino. En el apocalipsis de San Juan podemos leer: “yo soy el Alfa y la omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era, el que viene, el Todopoderoso”. El Alfa es el comienzo, el nacimiento, la luz, la esperanza… y ningún mejor signo para la puerta oriental de una iglesia del Camino, conocida también como “la puerta del mediodía” o “la puerta del sol”. Se encuentra más o menos orientada al este y es la zona por la que llegarían los peregrinos por el camino que venía por la zona del Puente de San Francisco y que recorría la actual Calle de Caleros. Por tanto, podemos indicar que se tratan de un símbolo religioso para el reconocimiento del peregrino como las conchas, el cordón o el propio relieve de Santiago. Es la entrada a la luz espiritual, al inicio, al viaje que es encontrarse con Dios en su templo, en su casa. Entrar en la iglesia sería el comienzo para encontrar la fe y la esperanza, el inicio de un camino vital. Pero después de esto alguien me podría decir que por qué no aparece un OMEGA en la puerta “de salida”. Pues podrían ser por varias razones o la combinación de algunas de ellas. Lo primero que podemos pensar es que la puerta del lado del Evangelio no es original, que fue tocada o reconstruida. También podemos pensar en que nunca se colocó el omega, porque el viaje vital y espiritual del caminante no acababa al salir del templo cacereño y además podría ser que el ALFA tuviera también relación con una simbología propia de la Orden de los Fratres de Cáceres.


Desgraciadamente, hasta donde yo sé, la letra ALFA no pertenece a los símbolos usados por estos caballeros de Cáceres, pero también es verdad es que sabemos que el Crismón y todos sus elementos, tomó mucha fuerza en la iconografía medieval, y algunas órdenes usaban sus símbolos de forma aislada en sus templos. Bien es conocido el uso de la OMEGA por la Orden del Temple y que predomina rotundamente sobre el ALFA en sus templos y oratorios. Pudiera ocurrir que los Fratres optaran por el uso del signo que aún conservamos y lo que tenemos delante sea parte de la simbología de la orden cacereña y su visión cosmológica-teológica, aunque esto no sea más que una mera especulación.


Otro detalle que me lleva a pensar que se trata de un símbolo religioso y no una marca de cantero, es que algunos de estos signos aparecen “coloreados”, están remarcados con un pigmento oscuro que los hace resaltar sobre el tono natural de la piedra. No sabemos si esta pigmentación es la original (que no lo creo) o se ha ido remarcando a lo largo de los años siguiendo el modelo original. Porque además hay una cosa clara, el restos de marcas de esta y el resto de las iglesias de la ciudad, no aparecen con ningún tipo de pigmentación.
 
Después de todo lo expuesto, podemos especular con un fundamento bastante sólido, que la puerta del lado de la epístola de la Iglesia de Santiago formaría parte del templo original construido en el siglo XII, de estilo románico y las marcas que aparecen en la cantería de sus arquivoltas son un signo lapidario religioso con uno de los elementos del Crismón, el ALFA y que posiblemente sería para el reconocimiento de los peregrinos junto a los otros que aparecen en dicha puerta, teniendo, además, una función espiritual siendo mucho más que la marca de un cantero que quería cobrar una pieza.

Hoy solo os quería mostrar estos curiosos signos y “la puerta del mediodía” de la Iglesia de Santiago el Mayor, Al Detalle.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
http://www.signoslapidarios.org/inicio/
Heráldica, simbolismo y usos tradicionales de las corporaciones de oficio: las marcas de cantero. Javier Alvarado Planas.
Los signos de cantero en la iglesias románicas de España. José Luis Bozal González

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