Yo creo que estaba tardando demasiado en enseñaros uno de los enclaves más interesantes de los alrededores de Cáceres: El despoblado de Zamarrillas. El origen de este caserío hay que buscarlo en las décadas siguientes a la conquista leonesa (1229) cuando comenzaron a formarse los adehesamientos reales que tenían por finalidad la defensa de las cabañas ganaderas pertenecientes al Concejo y sus pastos para salvaguardarlas de las incursiones de los rebaños mesteños que bajaban del reino de León. Esta facultad de acotamiento recogida en los Fueros fue posibilitando la creación de cortijos o incipientes caseríos cuando el aprovechamiento agro-ganadero creciente por las repoblaciones permitió el asentamiento en estos pequeños núcleos que corrieron suerte diversa, muchas veces efímera. El término de Cáceres era muy extenso, y se hacía necesaria la creación de estos poblados, seguramente aprovechando en ocasiones antiguos asentamientos romanos y árabes.
Y como este despoblado es enorme, voy a hacer una serie de
entradas con sus distintos puntos de interés. En la cumbre se alza la
llamada casa fuerte de los Duranes, un edificio imponente en avanzado estado de
ruina construido entre los siglos XIV y XVI y ya abandonado en el siglo XVIII.
Este inmueble es el verdadero germen del caserío
circundante, el elemento defensivo matriz que, curiosamente, fue el primero en
ser olvidado. Numerosas dependencias se disponen en tres plantas, algunas de
ellas todavía ofrecen restos decorativos capaces de transportarnos muchos
siglos atrás: frisos con decoración vegetal, zócalos pintados con rojos
intensos, esgrafiados, etc.
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