Este
verano, paseando por las calles de mi pueblo de adopción: Aldea del Cano,
reparé en una casa que estaba en obras en la Calle Real. Habían picado la
fachada y habían liberado la cantería de la puerta de un lucido de esos que se
pusieron de moda hace unas décadas, y que tanto daño estético siguen haciendo
en los pueblos. Gracias a la luz incidente del fin de la tarde, reparé
en que al lado izquierdo del dintel de la puerta había algo grabado: era una cruz
tumularia. Las cruces tumulares o tumularias (cruces sobre pie triangular), denominadas
así en virtud de la semejanza de la silueta del pie con los túmulos funerarios
que se grababan en determinados lugares, como los exteriores de las iglesias,
como señal de la muerte de los caballeros batidos en duelo y por tanto excomulgados,
según los cánones dictados en el Concilio de Trento181. Claro está que estas
cruces, de las que se han dado a conocer un buen número de ellas en fecha reciente
en la ciudad de Toledo, se encuentran dispersas por los lugares más recónditos,
en espacios que se han interpretado, tal vez un tanto a la ligera, como los puntos
donde el difunto se había retado en duelo. Independientemente de la finalidad
que tuvieran estas cruces, parece que se encontraban generalizadas en todos los
rincones del ámbito urbano, unas veces por devoción y otras para evitar que en
las inmediaciones de las mismas se tiraran inmundicias o se hicieran
necesidades fisiológicas.
Hace tiempo
os enseñé dos cruces parecidas, aunque no iguales, en el palacio de los
Golfines de Arriba, curiosamente también situadas a la izquierda de la puerta.
En verdad están a la derecha según sales de casa. Era común, y en algunas
personas de cierta edad aún lo sigue siendo, santiguarse al salir de casa. Esta
cruz, en ocasiones, servía para tocarla antes de persignarse, como
ocurría en muchas iglesias, como os conté en el artículo dedicado a las cruces de
la Iglesia de San Juan. En ocasiones se colocaban tras alguna curación
milagrosa o alguna intervención divina, como símbolo de haber sido esa casa “tocada”
por la gracia de Dios.
No
sabremos nunca por qué en esta casa de la Calle Real de Aldea del Cano grabaron
esta cruz, lo que si sabemos, es que por suerte, y unas obras, podemos
disfrutar de este precioso DETALLE que forma parte de la cultura de nuestra
tierra.
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