A raíz de la reciente publicación de la entrada dedicada a
las escuelas de Vicente Marrón, me propuse hacer una revisión del nombre de
algunas calles para buscar su origen, o descubrir por qué algunas siguen manteniendo una segunda denominación no oficial,
pero que aún cala, sobre todo, en los más mayores de nuestra ciudad. Comencemos
con calles que reciben el nombre de la persona que promovió su construcción:
CALLES, BARRIOS QUE NO LO SON Y SUS PROMOTORES
PLAZA
MARRÓN. Vicente Marrón fue a finales del siglo XVIII y principio del XIX, lo
que ahora se llama emprendedor. De origen cántabro, hizo una gran fortuna en
Cáceres gracias a negocios de ganado, de construcción, así como de la
administración de bienes ajenos. Fue el
promotor del barrio que se articula alrededor de la plaza que lleva su nombre.
Si nos fijamos en el plano del Servicio Geográfico del Ejército del año 1813 ya
aparece la anotación “Varrio de Marrón”, en el lugar que aún conserva esta
denominación.
LA
BERROCALA: Teresa Berrocal, “La Berrocala”, era dueña de uno de los grandes
prostíbulos de la ciudad en la primera mitad del siglo XIX, también regentaba una taberna y poseía una vacada cerca de la ermita de Santa Ana. Era tan aficionada a los
toros que en numerosas ocasiones se atrevía a torearlos, por eso en Cáceres han
pervivido las siguientes coplas: "A la Berrocala la ha cogido el toro y
metido el cuerno por el as de oro. A la Berrocala la ha vuelto a coger y metido
el cuerno por allí otra vez." Con la fortuna que amasó fue la promotora de
un conjunto de viviendas que ahora forman la calle que lleva su nombre.
BARRIO DE
LUNA. Es curioso cómo en Cáceres tenemos barrios que no van más allá de una
calle, como es este caso. Para encontrar el origen de su nombre nos tenemos que
remontar al 1751 cuando el Presbítero Don Francisco José de Luna y Berrocal, de
familia muy acaudalada, pide permiso al Ayuntamiento para edificar junto a la Peña
Redonda, una casa que fue la primera de muchas que se instalaron en la zona y
que ahora reciben el nombre de quien edificó la primera de ellas.
BARRIO
BUSQUET. El origen de este “barrio” es parecido al caso anterior, pero en esta
ocasión responde al nombre de un comerciante cacereño llamado Juan Busquet.
DE MOROS, CRISTIANOS Y JUDÍOS
CALLE MOROS.
A muchos no les sonará esta calle porque ya no existe, en 1893 recibe el nombre
actual: Calle General Margallo. Fue conocida como Calle de Moros porque en ella
se instalaron no solo los sarracenos cacereños, sino los desterrados de otros
lugares porque aquí nunca hubo problemas de convivencia. Aún muchos de nuestros
mayores se refieren a esta zona con esa terminología que oficialmente desapareció
hace más de 120 años y que ahora resultaría, incluso, políticamente incorrecta.
¿Y quién fue Margallo? Don Juan García Margallo fue un general nacido en
Montánchez en 1839 y que murió en 1893. Luchó contra los carlistas y murió en
la guerra que lleva su nombre: «Guerra de Margallo» o Primera Guerra del Rif,
una campaña de las guerras de España en Marruecos que tuvo lugar entre 1893 y
1894. En este caso, la lucha no fue contra el sultanato de Marruecos, como
había sucedido 34 años antes en la llamada Guerra de África de 1859 a 1860,
sino contra las tribus o cabilas que rodeaban Melilla, lugar donde podemos
encontrar la tumba de este importante General. Como curiosidad decir que es el
bisabuelo del exministro José Manuel García Margallo.
CALLE
GALLEGOS. Ocurre el caso contrario, en épocas de dominación musulmana a los
cristianos se les confinó en esta zona, y los cristianos eran conocidos por
aquellos tiempos como gallegos por ser una de las procedencias más comunes de
quienes iban reconquistando estas tierras, no debemos olvidar que al propio
Alfonso IX se le conocía como “el gallego”
CALLE DE LA
CRUZ. En Cáceres tuvimos dos juderías, la última en abandonarse fue lo que
ahora llamamos judería nueva donde, además se situaba una sinagoga donde ahora
tenemos el salón de actos del Palacio de la Isla. Tras la expulsión de los
judíos los cristianos que ocuparon las zonas que se habían despoblado, se
afanaron para demostrar que eran cristianos viejos, de misa y rosario diario, y
una forma muy efectiva que encontró nuestro consistorio fue llamar a aquella
calle donde se situó la sinagoga LA CALLE DE LA CRUZ.
CALLES
GREMIALES: no podemos olvidar destacar calles como la Calle Pintores, ya
denominada así en el siglo XVI, aunque a lo largo de su historia ha recibido
otros nombres como Alfonso XIII, Pablo Iglesias, Alcázar de Toledo,
Generalísimo Franco y de nuevo calle de Pintores en 1990. También podemos
destacar la calle Tiendas, Carniceros, Tenerías, Plaza de Caldereros… y una
plaza cuyo nombre oficioso era la Plaza de los Pucheros, que corresponde a la
Plaza Marrón.
OTRAS CURIOSIDADES
Otras de esos lugares con nombre no oficial pero que se
mantiene en la memoria de parte de la ciudadanía es la Calle Cortes, cuyo
verdadero nombre actualmente es Calle Moret. Hay quienes afirman que el
verdadero origen del nombre es Calle Corte por su trazado corto y angosto,
mientras que otros autores sostienen que era CORTES, por las Cortes de Cádiz y
que se denominó así desde la época de la guerra de la independencia. El actual
nombre hace alusión a Segismundo Moret, que entre otras muchas cosas, fue el
impulsor de las minas de fosfatos en el lugar que ahora también lleva su
nombre, Aldea Moret, y del que ya os he hablado, Al Detalle, en otras
ocasiones.
El entorno también ha dado nombre a zonas como la Calle de
Parras, por ser común el cultivo de la uva en la zona donde posteriormente se
fueron añadiendo construcciones. La plaza de las Piñuelas en realidad es una
deformación de Peñuelas, por esas peñas que aún persistes y sustentas las
torres este precioso rincón. La forma retorcida sin mucho sentido llevó a los
cacereños a conocer la Calle Clavellinas como Calle de Rabo de Gato durante
décadas, aunque este nombre nunca fue el oficial aunque sí se llamó así la
Calle Roso de Luna en el siglo XVIII.
Para finalizar, aunque sea por el momento, nos acercaremos a
las traseras del centro de Salud Plaza de Argel, junto a la Plaza de Toros,
encontramos una calle denominada Reñidero de Gallos, ni que decir tiene que su
origen está en la existencia en la zona de una cancha donde se llevaba a cabo
esta práctica, ahora prohibida afortunadamente.
El callejero de nuestra ciudad esconde muchos secretos,
muchas vidas de personajes poco conocidos y olvidados, y la historia de esta
pequeña ciudad que vamos descubriendo, poco a poco y Al Detalle.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Ventanas a la ciudad. Fernando García Morales
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