Cuando vas a hacer fotografías y grabar vídeos a una propiedad privada te expones a que aparezca el dueño (o dueña) y, con modales más o menos exquisitos, te invite a abandonar la finca. Pero lo que me pasó el otro día no tiene nada que ver con esto, por el contrario, me vi ayudando al encargado del lugar con las vacas y rellenando papeles de su registro... os lo voy a explicar, Al Detalle. Pero primero os muestro el lugar desde el aire.
Aunque hace tiempo que ya os enseñé las casas de la Pizarra, en la Carretera de Miajadas, quería tomar unas fotos nuevas y grabarla con el drone y hacer algunos vídeos. Cuando estaba en esta faena aparece por el estrecho camino un coche todoterreno que se me aproxima con bastante lentitud. En ese momento siempre entran nervios y no sabes cómo la otra persona va a reaccionar. En esta ocasión baja del coche un señor mayor, nos saludamos, le explico que estoy haciendo unas fotos y me mira con cara de no saber dónde está la belleza de lo fotografiado, pero se muestra muy simpático, amable y educado, y me dice que puedo hacer las fotos que quiera sin ningún problema. Me pregunta si sé por qué parte de la finca está el ganado en ese momento y se lo indico porque lo tenía localizado con el drone.
Sigo grabando algunas imágenes y veo de nuevo el coche que se acerca y este señor, cuyo nombre prefiero omitir, me dice que tiene un problema, no es capaz de verle el número del crotal a una "vaca paría" que además es un poco agresiva y no es posible acercarse a ella, y me dice además que si tengo algún "catalejo" para poder identificarla. Catalejos no llevaba pero sí cámaras con zoom, así es que sin darme cuenta me veo a mí mismo montado en el todoterreno aproximándome, cámara en mano, a la hostil "vaca paría". Nuestra amiga de cuatro patas tenía una cara de desconfianza que no me gustaba nada, y lo que es peor, unos grandes pelos en las orejas que me impedían, a pesar de usar el zoom, determinar su número de crotal. A mi amigo no se le ocurre otra cosa que decir que mejor se lo vemos por detrás, así es que nos vamos colocando en las traseras de una vaca recién parida y agresiva. Como os podéis hacer una idea, la cosa no era fácil, la vaca no se dejaba y nosotros, cautelosos, desde el coche intentábamos fotografiar su oreja. Entre lo que se movía el coche y la feliz mamá con su ternero, la cosa era más complicada de lo que parecía. Yo tiraba fotos, mientras que el encargado de la finca me gritaba "ahora", "ahora no"... y por fin pudimos tomar el momento adecuado e identificar a la vaca con el 8301.
Yo pensaba que mi aventura habría acabado, pero no fue así, mi amigo me dice que hay un ternero que nació el día antes, de otra vaca con mejor humor y que está en el suelo tirado, que le acompañe a ver qué le pasa. Y allí estaba yo, ayudando a levantarse a aquel animalito que aún tenía el cordón umbilical colgando y al que afortunadamente no le pasaba nada, solo descansaba un poco. Después de todo esto me pongo a ayudar al encargado de la finca con los papeles para registrar el parto de nuestra amiga 8301 porque él no veía muy bien. Una vez acabado el trámite termino de tomar las imágenes y me despido de mi amigo entre sonrisas y agradecimientos.
Lo que iba a ser una jornada de toma de imágenes se convirtió en una curiosa mañana plagada de anécdotas y de risas y en una experiencia muy divertida que pude tener gracias a querer enseñaros imágenes de esta preciosa casa en ruinas, Al Detalle.
Destacan, algo alejados de la casa principal, una fuente y una pequeña construcción cuya finalidad desconozco.
Para acabar, os dejo otro vídeo que grabé ese día.
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