En las rocas compuestas por minerales de grano grueso, como
el granito, la meteorización ataca primero el mineral más débil, y rompe
primero los enlaces entre los minerales perdiendo su unión. Al final la roca se
descompone en un conjunto de granos sueltos, es decir, en arenas. Al oeste de
la ciudad de Cáceres comienza el gran Batolito de Araya, una enorme extensión
granítica, que al verse expuesta a los procesos geológicos externos nos da como
resultado un sustrato de arenas sueltas, que aquí conocemos con el nombre de
Los Arenales o Las Arenas. Los ciclistas sabemos que esta zona es buena para
rodar en invierno porque filtra muy bien el agua al ser muy permeable y que, en
verano, al secarse y soltarse el grano, provoca que la bici patine mucho, por
lo que hace el paseo más dificultoso.
Hoy os invito a pasear, a escasos tres kilómetros de la
ciudad, por la zona más cercana de Los Arenales donde encontraremos restos de
la actividad agropecuaria de la zona y una interesante necrópolis, posiblemente
tardorromana.
Comenzamos el paseo tomando el camino que nos lleva al Hotel
Palacio de Arenales y continuamos por la pista de tierra. Justo al cruzar un
paso canadiense, a la derecha nos encontramos la primera parada de nuestro
paseo de hoy. Podemos ver las ruinas de una casa y de varias zahúrdas, alguna
de ellas en muy mal estado. Nos encontramos en la finca El Cintado, según el
registro catastral.
Justo en las traseras de estas ruinas vemos unos “canchos”
de granito que sobresalen en la falsa llanura; es justo ahí donde encontramos
la necrópolis de los Arenales de la que ya os hablé en otra entrada y que
consta de un total de unas 11 tumbas de adultos, orientadas, más o menos en el
eje este-oeste y con factura bastante tosca, la verdad. Posiblemente se trata
de una necrópolis tardorromana con influencia cristiana por esta misma
orientación de las tumbas. Encontramos 4 tumbas unidas dos a dos, lo que nos
puede dar idea de que se trataban de la sepultura de matrimonios.
Desgraciadamente ninguna conserva la tapa.
Y nos vamos ahora más cerca de la ciudad, a lo que en la
cartografía antigua se conoce como el Arenal de García Golfín y que ahora se ha
quedado con el nombre del Arenal. Aquí vemos una típica edificación de tipo
agropecuario en bastante mal estado y que termina en remate semicircular en uno
de los extremos, lo que nos podía indicar que comenzó como un bujío que se fue
“agrandando”. Reina la calma y la paz en esta zona, que está muy cerca de un
camino que parte de Aldea Moret y nos lleva, como todos, a los Barruecos y
donde encontramos más ruinas que ya os enseñaré otro día.
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