LA RIBERA DEL MARCO: UNA JOYA HISTÓRICA Y NATURAL EN PELIGRO POR “SAN FRANCISCO 06”

 

Aunque muchos lo desconozcan, es el corazón de Cáceres, la verdadera razón por la que la ciudad se sitúa donde lo hace y su motor económico y cultural durante siglos. Este acuífero se sitúa en el Calerizo, en el corazón de una estructura geológica que se conoce como “El Sinclinal de Cáceres” y que forma una pequeña cubeta en dirección NO-SE. En su parte central se acumularon en el Carbonífero materiales carbonatados que afloran como calizas y dolomías o formando un característico suelo rojizo cuando se sitúan en posición subhorizontal. La carstificación de este material produjo las oquedades que dieron lugar a la famosa Cueva de Maltravieso (que alberga la manifestación artística más antigua de la historia, de unos 70.000 años y realizada por Neandertales), la Cueva de Santa Ana o la Cueva del Conejar. Pero este Calerizo posee una peculiaridad que le permite almacenar en el subsuelo unos 3 Hm3/año en los 14km2 en los que se extiende, y es que se encuentra sellada por materiales poco porosos y prácticamente impermeables como pizarras y cuarcitas. Esto le permite, además, recoger por infiltración directa el agua de zonas circundantes, por lo tanto, nuestro humilde Calerizo es capaz de recoger el agua de un total de 30km2.

A su alrededor se articulan 33 hectáreas de huertas. A escasos metros del centro urbano es un ejemplo de que la prosperidad y la modernidad pueden ir de la mano del contacto con la tierra y los frutos que nos regala. Hace años estas huertas no se limitaban a la propia Ribera, sino que se extendía en una red de ejidos, baldíos, olivares, dehesillas, haceras, viñas o tierras de “pan llevar” que rodeaban a este pequeño lecho de agua.

Y además de un importante papel medioambiental, la Ribera del Marco ha sido el motor económico de la ciudad durante muchos siglos. Para hacernos una idea nos fijaremos en el Catastro del Marqués de la Ensenada, encargado por Fernando VI y realizado entre los años 1749 y 1756. En aquel momento en la ciudad estaban censadas 1712 personas y asociados a nuestro “pequeño río” se catalogan 25 molinos harineros, 3 batanes, 14 hornos de cal, 7 hornos de teja y ladrillo, 3 hornos de pan, 3 tintes, 3 lavaderos de ropa,1 de lanas y 23 tenerías… La industrialización fue llevando poco a poco estos negocios a la ruina, abandonándose los edificios, así como el mantenimiento de partidores, pesqueras o acequias que prácticamente han desaparecido, quedando exclusivamente en uso aquellas canalizaciones usadas por las huertas.

Podemos asegurar que la Ribera del Marco es el verdadero origen de una de las ciudades Patrimonio de la Humanidad que mejor ha sabido conservar su riqueza patrimonial, que es, además, la cuna del origen del arte como atestigua la Cueva de Maltravieso, y que ha sido el motor económico de Cáceres durante siglos. Y podemos asegurar también que está infrautilizada e infravalorada; que hemos aprendido a crecer dándole la espalda en un acto de profunda ingratitud e inconsciencia, en un ejercicio de empoderamiento urbanita que no lleva a ninguna parte. Sin embargo, hoy enfrenta una amenaza que podría alterar su esencia para siempre. Hemos hablado con Pedro Moreno, de la Asociación Amigos de la Ribera y nos cuenta qué es San Francisco 06, lo que supone y nos explica la postura de la asociación.

El proyecto San Francisco 06, una iniciativa urbana que pretende transformar la Ribera del Marco en un gran parque, amenaza con demoler más de 30 infraestructuras rurales históricas. La intención de crear espacios verdes recreativos es loable, pero a qué costo. Destruir estos vestigios históricos sería borrar parte de la identidad de Cáceres, una identidad construida con sudor, esfuerzo y una profunda conexión con la tierra. Los defensores de la Ribera argumentan que es posible combinar lo mejor de ambos mundos. Un parque que integre los elementos tradicionales rurales con usos modernos ofrecería un espacio recreativo sin sacrificar la rica herencia cultural. La propuesta es conservar las acequias, los molinos y las áreas de cultivo, permitiendo a los visitantes no solo disfrutar de la naturaleza, sino también aprender y conectarse con el pasado.

Preservar la Ribera del Marco no es solo una cuestión de nostalgia; es una necesidad urgente para garantizar un futuro sostenible para Cáceres. La creación de huertos comunitarios podría revitalizar la agricultura local, fomentando una conexión directa entre los ciudadanos y su tierra. Además, la conservación de la población local de burros, símbolo de la vida rural tradicional, es esencial para mantener viva la cultura y las prácticas ancestrales. La Ribera del Marco tiene el potencial de convertirse en un modelo de turismo sostenible y participación comunitaria, donde la historia, la naturaleza y la modernidad coexisten armoniosamente. Este enfoque no solo beneficiaría a la comunidad local, sino que también atraería a visitantes interesados en experiencias auténticas y significativas.

La Ribera del Marco es más que un área de tierra; es el alma de Cáceres, una conexión palpable con el pasado y una promesa de futuro. La amenaza que enfrenta hoy debe ser un llamado a la acción para todos aquellos que valoran la historia, la cultura y la naturaleza. Es imperativo encontrar un equilibrio que permita el desarrollo sin sacrificar lo que nos hace únicos. En tiempos donde el progreso parece sinónimo de destrucción, la Ribera del Marco nos recuerda que la verdadera evolución radica en la armonía entre lo antiguo y lo nuevo. Preservarla es honrar nuestras raíces y garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar y aprender de esta invaluable joya histórica y natural y por eso hoy he querido mostraros sus peligros, Al Detalle.

P.D. El autor de este blog no se responsabiliza de las opiniones vertidas por el entrevistado en el vídeo que acompaña la entrada y no tienen que corresponder, necesariamente, con la línea editorial de esta publicación.