Son muchos los esgrafiados que aparecen y que se conservan en la ciudad, no olvidemos que la moda de la piedra vista es relativamente reciente, y que en la ciudad antigua los palacios se encontraban enfoscados y en los que aparecían con frecuencia preciosos trabajos de esgrafiado. De este tema y de la policromía en las fachadas de la ciudad hablaré pronto en el blog. Los esgrafiados que nos ocupan hoy son de factura más reciente, no puedo concretar la fecha, pero con casi toda seguridad estas figuras sólo tendrán algunas decenas de años.
Llama la atención en las traseras del obispado una prueba de enfoscado donde el operario de turno utilizó la propia pared para anotar las mezclas realizadas. Podríamos pensar que en el traslado de la puerta del seminario de Galarza a su ubicación actual se realizó algún intento de cambiar la estética de dicha fachada, y actualmente, en esta calle podemos ver lo siguiente bajo unos recuadros donde se ha lucido la piedra:
En la calle ancha, frente a la entrada del parador, en ese rincón que se forma, en uno de los laterales vemos la obra de un artista enamorado.
En las traseras del la Enfermería de San Antonio, el convento de las Jerónimas, en la esquina con el adarve del Padre Rosalío pueden verse unos esgrafiados en los que se representan a unos pequeños animales, y lo curioso es que a la vaca que puede verse se le ha añadido un pequeño cartel donde puede leerse una curiosa inscripción.
Qué suerte tenemos de poder conocer la fecha de su realización, porque el "artista" que los realizó nos dejó además la siguiente inscripción:
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