¡Sal de este camino! ¿Y si te diriges por esa vereda por la
que nunca fuiste? Eso es lo que parece escuchar uno algunos días cuando sale de
ruta. Yo que me jacto de conocer los caminos y la mayoría de los rincones de
los alrededores de Cáceres, a veces recibo un baño de humildad y el propio
terreno me sorprende y me regala estampas que querría haber encontrado hace
años.
Hace unos días, ya regresando a casa, muy cerca de la Quinta
de la Enjarada, decidí cambiar la ruta habitual y tomar un camino por el que ya
había transitado alguna vez pero en sentido contrario. Y ahí, delante de mí,
tenía un catálogo completo de arquitectura vernácula en unos pocos metros: un
gigantesco pozo de brocal con sus pilas, dos zahúrdas espléndidas y los restos
de un bujío. De una tacada una representación excepcional de los tipos
constructivos populares más frecuentes de nuestros campos.
Todo este despliegue de riqueza popular se encuentra junto
al ya abandonado vertedero de basuras a unos cientos de metros de la carretera
de Badajoz, concretamente en la finca El Millar de los Licenciados.
El pozo sorprende por sus aproximadamente siete metros y
medio de diámetro y su profundidad. Debido a las pocas lluvias de los últimos
años, su nivel está bajo, aunque conserva bastante agua, y nos permite apreciar
sus desproporcionadas dimensiones. A su alrededor varias pilas, unas al
descubierto y otras semienterradas. El conjunto sorprende por el tamaño, aunque
no muy lejos de allí hay otro de ladrillo muy interesante, que pronto os enseñaré
Al Detalle, y que también es muy, muy grande.
Se dice que no se le pueden poner puertas al campo, pero al
final de este camino encontramos tres muy grandes que separan distintas
parcelas, y, además, dividen el resto de construcciones en dos. En una de estas
parcelas una enorme zahúrda en un estado de conservación excepcional. Al otro
lado del cercado otra de menor tamaño y los restos de un viejo bujío.
Todas estas construcciones son testigos cansados de un
pasado agrícola que resiste de forma residual y con unos usos y costumbres
totalmente distintos. Al menos tenemos estos recordatorios de piedra de este
pasado no tan lejano que parece que queremos borrar de nuestra memoria, aunque
él luche humildemente por no desaparecer.
Hoy solo os quería enseñar estos ejemplos de la arquitectura
vernácula de nuestras tierras, a muy poca distancia de Cáceres, Al Detalle.
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