Cada vez que voy a Casar de Cáceres por lo que muchos conocemos por tradición como su “carretera vieja”, me quedo mirando a uno de los pocos “detalles” que su desolado paisaje nos regala: una pequeña fuente encalada acompañada por una plaquita que es imposible leer desde la carretera y menos a la velocidad a la que se va en coche.
Siempre me decía a mí mismo que tenía que acercarme a verla y descubrir lo que pone en esa placa y ver la pequeña surgencia de agua con más calma, pero eso día, por unas cosas o por otras se ha ido retrasando hasta hace muy poco, cuando por fin desvié mi ruta habitual para conocer este lugar tan cercano a la carretera.
Por desgracia, un terreno que debería estar encharcado por la salida de agua, estaba solo húmedo y pude acercarme sin dificultad a la fuente construida por mampostería de pizarra y grauvaca y encalada. La construcción tiene el encanto de la sencillez y de la tosquedad, aunque por descontado, cumplía con la importante función de aliviar la sed en el cordel de personas y animales. Y por fin pude leer la inscripción que la acompaña. Ya había mirado el nombre de la fuente y sabía que se llama “Fuente de la escudilla”, nombre que me encanta porque esa palabra, escudilla, ha sido usada en mi casa toda la vida. Pero en realidad no aparecía nada de eso en la placa y en ella en realidad podemos leer: “Aquí perdió “El Patu” la fiambrera”. No pude evitar el esbozar una sonrisa con cierto arrepentimiento inmediato al imaginar, sin ningún tipo de evidencia, que podría tratarse del homenaje, con cierto toque de humor, a una persona desaparecida.
Y es ahora cuando os pido ayuda. He buscado y preguntado a gente del pueblo y nadie me sabe explicar el origen de la placa y la razón por la que la persona que la firma, un tal Pedro, se tomó tantas molestias en hacerla y colocarla. Por privado o en público me encantaría recibir noticias que aclaren todas estas dudas, mientras tanto, hoy solo os quería enseñar esta humilde fuente, Al Detalle.
ACTUALIZACIÓN 4 DE MARZO DE 2022
Ya tenemos respuestas a las preguntas que lanzábamos en la publicación sobre la identidad de "El Patu" y las verdaderas razones por la que está esa placa ahí. Se ha puesto en contacto conmigo muy amablemente, Alfonso Barrantes, sobrino de "El Patu", que en contra de lo que yo pensaba, y afortunadamente, sigue vivo. El nombre de "El Patu" es en realidad D. Rufino Barrantes Godino y de joven iba con su hermano (padre de Alfonso) a trillar por aquellas tierras cercanas al cordel y siempre paraban por la fuente a refrescarse y tomarse la merienda que portaban en su fiambrera. Un día "El Patu" perdió su fiambrera en aquel lugar y aquello sirvió de risas y burlas típicas de la juventud entre los amigos y la familia. Don Rufino migró, como tantos otros, y desde hace muchos años no reside en Casar de Cáceres donde regresa cada verano. Para que no olvide sus raíces y sepa el hondo recuerdo que dejó aquí, los amigos decidieron hacer esta curiosa placa y colocarla junto a la fuente, recordando de esta manera a su amigo a través de aquella curiosa anécdota. Alfonso, además, me manda una foto de su tío cuidando de su huerto, para que así conozcamos por fin a "El Patu" y este minúsculo misterio quede resuelto. De nuevo mi agradecimiento a su sobrino por proporcionarme esta información de manera tan amable y un saludo cariñoso a D. Rufino, protagonista verdadero de esta historia.
D. Rufino Barrantes, "El Patu" cuidando del huerto. |
Pues sí, fue un pequeño homenaje a la fiambrera, merendera que el Patu olvidó en ese lugar y que nunca recupero¡¡¡
ResponderEliminarGracias por comentar... pero me quedo igual jajja
ResponderEliminarQue bonita historia y que grandes amigos con tan simpática ocurrencia... buscaré la fuente y la placa en mi próximo paso con la bici.
ResponderEliminarGracias Andrea. Es muy curiosa la historia y ahora, por fin, la hemos descubierto.
EliminarTodas las dudas e inquietudes del lugar acontecían en mi cabeza, y hoy por fin, después de visitar el lugar y sacarnos unas fotografías, también esbozando una sonrisa pícara al leer la inscripción; mi compañero de pedales me ha enviado a este blog para así saciar mi sed de curiosidad.
ResponderEliminarGracias.
Muchas gracias Juan Gabriel, para eso estamos, para descubrir esas pequeñas historias y "detalles" que esconden los caminos, los palacios... Un saludo
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