A muchos de nosotros, cuando hemos caminado por el Portanchito, nos ha llamado la atención una construcción circular en una ladera al otro lado del arroyo Valhondo. Pues no es otra cosa que otro de los elementos más curiosos de la arquitectura vernácula extremeña: un cortino (o cortín) fortificado, también conocido como colmenero fortificado o amurallado. Su función es la de albergar colmenas para protegerlas del frío, el viento o de animales que podrían atacarlas. Mucho más habituales en el noroeste de España para salvaguardar las colmenas del ataque de los osos, en Extremadura encontramos algunos conservados en el norte de la región y pocos más en la propia ciudad de Cáceres, o pueblos como Brozas, aunque lo esencial del diseño es común en todos estos lugares. Muro circular con una pequeña puerta de acceso que no suele medir más de un metro de ancho y alto. En el interior, construido normalmente en cuesta, se disponen las colmenas en hileras, que se depositan
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.