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Mostrando las entradas etiquetadas como museo Cáceres

LÁPIDA ROMANA DEL MUSEO DE OFICIOS Y TRADICIONES "EMILIO MARIÑO" DE ALDEA DEL CANO

Hace unas semanas os enseñaba parte de un artículo del que tuve la suerte de ser coautor junto con Joaquín Gómez Pantoja e Ignacio Triguero, ambos de la Universidad de Alcalá, y que fue publicado en la Universidad de Coimbra. En dicho artículo se mostraban dos inscripciones latinas, la primera de ellas, una inédita en la parte antigua de Cáceres, y de la segunda se hace una nueva interpretación y se reubica en Aldea del Cano. A continuación os transcribo la parte del artículo dedicada a este último epígrafe: El segundo epígrafe se grabó en un bloque de granito labrado por todas sus caras y que parece íntegro. Mientras que el lado inscrito y los costados son superficies planas con aristas vivas, la parte de atrás se talló con un perfil albardillado. En extremo superior hay una escotadura que recorre los costados y la trasera. El monumento mide 60 x 35 x 18 cm y el letrero ocupa toda la cara frontal (33,5 x 35 cm), lo que ha provocado la perdida de la letra inicial de la pri

MAYO 2019. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Caja de cafés José Gómez Tejedor Latón impreso.  1915 La marca «La Estrella» es todavía hoy una referencia en el mercado del café en España; su historia se remonta a los finales del siglo XIX, cuando un empresario instalado en Badajoz patentó el método para la torrefacción del café. José Gómez Tejedor (Frades de la Sierra, Salamanca, 1854 – Badajoz, 1932) fue un ganadero trashumante que quedó huérfano siendo niño. Sus reses pasaban el invierno en Extremadura y el verano en la sierra de Cameros (La Rioja), donde conoció a la que fue su esposa, Tomasa Ruiz Reinares. De espíritu inquieto y mente emprendedora, José se asentó en Badajoz para trabajar en un ultramarinos quedando encargado del tueste del café; en pocos años, logró abrir un establecimiento propio que bautizó en 1887 como «Café La Estrella». En sus viajes a América para proveerse de materia prima, observó que los mineros mexicanos tostaban los granos de café mezclándolos con azúcar, de formas que lograban una bue

ABRIL 2019. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

BRAZAL DE ARQUERO III-II milenio a. de C. Casas del Monte ( Pizarra) Los «brazales de arquero» son placas de piedra recortadas, pulidas y perforadas en los extremos, que aparecen en yacimientos de la Península Ibérica en los momentos finales de la Edad del Cobre e inicios del la Edad del Bronce. Suelen ser alargados, entre 10 y 15 cm de longitud, y realizados en arenisca, pizarra o esquisto, y es probable que también se realizasen en otros materiales orgánicos como madera, piel, hueso… que no se han conservado. En los extremos menores suelen tener dos perforaciones, una a cada lado, para introducir una cuerda y sujetarlos. El principal debate en torno a estas piezas es sobre su verdadera utilidad. En su gran mayoría aparecen asociados a ajuares funerarios con puntas de flecha de piedra o metálicas, como puntas Palmela, e incluso en posición junto al antebrazo de los individuos enterrados lo que podría indicar su utilidad. En la actualidad los arqueros deportivos t

FEBRERO 2019. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

CUBIERTOS DE PLATA .   Gabriel Larriva.  Córdoba, 1889. Aunque el uso de cubiertos para el servicio de mesa se remonta a tiempos prehistóricos, pues se conocen cuchillos de sílex y cucharas de madera o hueso desde el Paleolítico, en realidad el conjunto de cubiertos de mesa como hoy lo conocemos no es tan antiguo como cabría pensar, ya que la generalización del uso del tenedor no se remonta más allá del siglo XVIII. La propia palabra «cubierto» ha ido cambiando en su significado, pues si en el siglo XVIII se refería a todo lo necesario para el servicio de mesa, incluyendo el plato, el pan y la servilleta, desde principios del siglo XIX se utiliza también para designar solamente la cuchara, el tenedor y el cuchillo, y posteriormente se entiende también que cada una de estas piezas se denomina «cubierto». Al parecer, el uso del tenedor en Europa se remonta a Bizancio en el siglo XI, cuando la princesa Teodora, hija del emperador Constantino X Ducas, mandó fabr

ENERO 2019. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Moneda de Tamusia.  Bronce.  Siglo I a. de C La llegada a la Península Ibérica de griegos, cartagineses y sobre todo de los romanos, generalizó el uso de la moneda como medio de intercambio comercial. La introducción del denario, la moneda de plata romana de la que procede la palabra dinero, la convirtió en modelo a imitar por los pueblos indígenas que acuñaron monedas de pesos y valores similares con el fin de poder comerciar con ellas. Los pueblos celtíberos del Valle del Ebro acuñaron denarios y monedas de bronce, con iconografía y alfabetos propios, en cuyo anverso presentan una cabeza masculina y en el reverso, un jinete sobre el nombre de la ciudad que emite y acuña la moneda. En yacimientos de Extremadura aparecen con frecuencia monedas con la leyenda "tamusia". Presentan en el anverso, entre dos delfines, una cabeza masculina con una torques al cuello. En el reverso, un jinete lancero a derecha y debajo la leyenda escrita en alfabeto ibérico.
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