El Guadiloba es un pequeño río, nada que ver con los grandes cauces de otras ciudades, pero refleja, en parte, al cacereño: humilde, sin excesivas pretensiones, al que se prefiere no mimar para traer el agua de fuera desde decenas de kilómetros; capaz de mostrar rincones sin interés y guardar para sí tesoros ocultos a la vista del gran público. Es el río cacereño por excelencia y del que mi amiga y compañera Maite me mandó unas fotos hace unas semanas. En las imágenes un muro, unas edificaciones, un pequeño molino y el Gadiloba. El rincón merecía echar un vistazo a través de imágenes de satélite primero, y después hacer una visita en persona. La verdad es que me ha sorprendido encontrar estas edificaciones y un precioso puente de pizarra que no se apreciaba en las fotos aéreas. Una zona de pizarras muy interesantes y donde se usó esta piedra para edificar este conjunto. En Cáceres ciudad estamos acostumbrados a otro tipo de rocas: cuarcitas, granito... pero no tanto a
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.