Al doblar el recodo del camino que une Aldea del Cano y Torreorgaz, mis pedaleos se detuvieron ante la silueta rota de un bujío. No fue la casualidad quien me trajo aquí, sino esa llamada secreta de la tierra que invita a deambular por sus sendas antiguas, donde las piedras aún cuentan secretos al oído de quienes saben escuchar. El bujío, levantado con manos endurecidas por el sol y la cal de generaciones, emerge como un vestigio resistente en la finca de Capellanías, dentro de la zona conocida como Las Campanas, en el polígono 3, parcela 3153 del Término Municipal de mi querido Aldea del Cano. Con sus casi 4 metros de diámetro y unos generosos 14 metros cuadrados de planta, este chozo desafiaba cualquier idea preconcebida: no es el refugio humilde y compacto del pastor que solemos encontrar por nuestros campos, sino una construcción que se erige como un pequeño bastión, rematado por una chimenea que recuerda la boca de un gigante petrificado por el tiempo. La bóveda, hoy lacerada por...
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.