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Mostrando las entradas etiquetadas como museo Cáceres

NOVIEMBRE 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Trampa para perdices Jola (Valencia de Alcántara).  Siglo XX  Madera y cordel de nylon. Como es bien sabido, la caza menor sin armas de fuego ha sido practicada desde muy antiguo en el medio rural extremeño, principalmente como fuente de aporte de proteínas a la dieta alimenticia de las familias, pero también como un recurso económico complementario a través de la venta de las piezas que se cazaban. El elevado coste de un arma de fuego y de los cartuchos que era preciso preparar, ha hecho que muchos de estos cazadores hayan ingeniado trampas de muy diferentes tipos destinadas a atrapar animales que van desde el conejo, liebre o perdiz hasta las alimañas consideradas una amenaza para el ganado o las aves de corral. Por otro lado, la legislación que regula la actividad cinegética ha limitado o prohibido el uso de la mayor parte de los ingenios de caza tradicionales, como  cepos, lazos, trampas, redes, etc., utilizándose minoritariamente aún algunos de estos sistemas de ma

OCTUBRE 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Cajita celtibérica Siglo I a.C.- I d.C. Cáparra, Oliva de Plasencia-Guijo de Granadilla.  Cerámica La fundación de la ciudad de Cáparra sigue la tradición romana de crear un asentamiento nuevo en un territorio ya conquistado, para agrupar a las poblaciones indígenas del entorno en un nuevo núcleo urbano que agrupase a las distintas poblaciones y sirviera de centro administrativo. No sabemos si el espacio donde se fundó la ciudad era territorio de lusitanos o vetones, ni los castros que los ocupaban; es posible que el nombre Kapara sí pudiera ser prerromano. Con el tiempo la ciudad cayó en el olvido, pero ya desde el siglo XVI viajeros y curiosos conocían el lugar como Ventas de Cáparra. Aprovechando los restos de la termas de la ciudad se construyó  la ermita de la Bella Flor, hoy desaparecida. Las primeras excavaciones en Cáparra tuvieron lugar en el otoño de 1929 y en la primavera de 1930. Se fijaron los límites de la ciudad, las murallas, los templos y se enco

SEPTIEMBRE 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Corsé.  Siglo XIX. Donación de D. Fabriciano Valiente Blas (1983) Los humanos somos seres sociales, esto significa que nos relacionamos con nuestros semejantes, estas relaciones se organizan conforme a unas reglas y restricciones. Por ello la indumentaria nunca será neutra, estará inscrita en un sistema social que determina su forma y el uso. El traje comunica una información sobre la persona que lo lleva, indica que ella está inserta en una sociedad determinada, amoldándose a su conducta, en este sentido es portador de una clara expectativa. El traje afirma y engaña, esconde y revela, protege y descubre. Esta ambigüedad de funciones, esa diferencia entre ser y parecer, abre un espacio en el cual el Arte va a poder intervenir, siendo un referente para la inspiración. Ya desde los transparentes vestidos del Antiguo Egipto, hasta los modernos jeans, la humanidad no ha usado solo la ropa para cubrir su cuerpo, sino para destacarlo, e incluso para insinuar el desnudo; en

AGOSTO 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

En las décadas iniciales del siglo XX, el parto los cuidados del recién nacido estaba acompañados en Extremadura, como el resto de España, por unas arraigadas costumbres que poco a poco han ido cambiando merced a los avances experimentados en materia de higiene y conocimientos médicos. Generalmente, el alumbramiento era asistido por comadronas o parteras sin titulación, pero con mucha práctica y uno de los principales temores por la salud del neonato radicaba en el mal de ojo, que se intentaba prevenir y curar con tratamientos supersticiosos y el uso de amuletos. Después de lavar bien el cuerpo del recién nacido, a menudo con aguardiente, se le vestía con pañales y en algunos lugares aún se envolvía todo su cuerpo con una faja apretada para que se le enderezasen los huesos cómo consta que se hacía desde siglos atrás. En poblaciones como Madroñera el cordón umbilical era eliminado siguiendo un estricto ritual, primero se cortaba con unas pinzas muy limpias para después

ABRIL 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Broche de cinturón «tartésico».  Bronce.  Siglo VII a. C. Provincia de Cáceres Los broches de cinturón son uno de los objetos de adorno personal más característicos de la Prehistoria de la Península Ibérica. Su uso está documentado en el Bronce Final, cuando aparecen representados en algunas estelas decoradas, pero será en la Edad del Hierro cuando se generalice su uso y aparezcan diferentes modelos. Realizados en metal sirven de enganche de correas y cinturones de piel o de tejido. Constan de dos partes, la pieza macho que a través de uno o varios garfios se inserta en la placa hembra que cuenta con una o varias perforaciones para los garfios. Ambas placas se unen a las correas mediante remaches metálicos. Son tres los tipos de broches de cinturón que se desarrollan en la Edad del Hierro. El broche de tipo ibérico formado por dos placas metálicas con un solo garfio que se decoran con damasquinados de plata y grabados geométricos, vegetales o figurativos; el broche c
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