Ir al contenido principal

AGOSTO 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES


En las décadas iniciales del siglo XX, el parto los cuidados del recién nacido estaba acompañados en Extremadura, como el resto de España, por unas arraigadas costumbres que poco a poco han ido cambiando merced a los avances experimentados en materia de higiene y conocimientos médicos. Generalmente, el alumbramiento era asistido por comadronas o parteras sin titulación, pero con mucha práctica y uno de los principales temores por la salud del neonato radicaba en el mal de ojo, que se intentaba prevenir y curar con tratamientos supersticiosos y el uso de amuletos.



Después de lavar bien el cuerpo del recién nacido, a menudo con aguardiente, se le vestía con pañales y en algunos lugares aún se envolvía todo su cuerpo con una faja apretada para que se le enderezasen los huesos cómo consta que se hacía desde siglos atrás. En poblaciones como Madroñera el cordón umbilical era eliminado siguiendo un estricto ritual, primero se cortaba con unas pinzas muy limpias para después anudarlo y enrollarlo en ventas de tela para que se secara y no sé infectase y todo ello se tapaba con unas fajas especialmente confeccionadas llamada ombliguera u ombliguero o también ombriguera o lumbriguera. Esta estrecha faja se decoraba con un bordado muy fino que no podía irritar la delicada piel del bebé y en ocasiones se le cosía una crucecita de madera de nogal, como amuleto para protegerlo contra el mal de ojo o cualquier otra amenaza.




Además de resguardar el área umbilical hasta el completo secado, cicatrización y la caída del resto del cordón, la ombliguera tenía la función principal de prevenir un posible prolapso del ombligo. Sobre todo, si el bebé lloraba mucho, el esfuerzo podía causar que “se saliera” el ombligo por lo que la ombliguera lo protegía de este riesgo, siendo complementada a menudo está solución colocando una moneda sobre el ombligo en la segunda vuelta de la fajita de forma que su peso impidiera el prolapso sin que el metal tocase la piel del niño.

Los ombligueros que exponemos pertenecieron a Doña Santiaga Molano Jiménez, vecina de Arroyo de la Luz y están confeccionados sobre bandas textiles de algodón y de piqué en colores blanco y violeta, con bello bordado mecánico en hilo blanco que reproduce motivos geométricos y florales. Fueron donados al Museo de Cáceres en febrero de 2018 por la hija de la propietaria, Doña Carmen Borrego Molano.



Comentarios

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares de este blog

EL CALLEJÓN DE LOS HUESOS

Cuando uno viaja se encuentra lugares y rincones misteriosos, con leyendas truculentas, fantasmas del pasado, apariciones nocturnas o viejos cementerios que desatan historias muy atractivas para el turismo. Pues aquí en nuestro Cáceres, aunque casi nadie lo conoce, tenemos un callejón cuyos muros están plagados de huesos posiblemente humanos y que pasan inadvertidos a los visitantes. Es cierto que existen por el mundo capillas construidas con huesos, como ocurre con la " Capela dos Ossos " de Évora, no muy lejos de aquí. Hay otras en Austria, en Italia, la República Checa, o en el mismo Cáceres, donde hay una sacristía cuyo suelo está formado por huesos de cordero que ya os enseñaré otro día. Pero en este caso no hablamos de una construcción con huesos, sino que entre los materiales usados para la construcción de un muro aparecen numerosos fragmentos de huesos.  Desde la cuesta de la Compañía, que une la plaza de San Jorge con la de San Mateo, parte un pequeño calle...

UN AMULETO ISLÁMICO POR LAS CALLES DE CÁCERES: LA MANO DE FÁTIMA

A todos nos es familiar la imagen de un llamador con forma de mano en casas más o menos antiguas, e incluso en las modernas, pero quizá no seamos consciente del origen y evolución de este símbolo y todo el significado que encierra. Hoy os quiero enseñar, Al Detalle, este curioso elemento que salpica toda nuestra ciudad y que encierra un gran significado profundo y simbólico. Esas aldabas con forma de mano son una evolución de otro símbolo que aún pervive, y que por estas cosas de la globalización, es cada vez más común: La Mano de Fátima. Este icono es la representación de una mano abierta con los dedos juntos y colocada de forma plana. Y aunque a nosotros nos llega como herencia islámica, la imagen y simbolismo de la mano puede encontrarse en el propio origen de la humanidad, no olvidemos las pinturas de manos con dedos “amputados” que en nuestra cueva de Maltravieso representan las pinturas rupestres más antiguas del mundo con una edad de, al menos, 66700 años. Pero también ...

LANEANA. LA DIOSA DE LA FUENTE DE TORREORGAZ

Los alrededores de esta ciudad parece que no dejan nunca de sorprender. Hace un tiempo, encontré en la web de Hispania Epigráfica la referencia de unas inscripciones en la "Fuente de la Higuera" en Torreorgaz. Estamos acostumbrados a estelas o lápidas que aparecen en cercas, fachadas o muros de iglesias, pero no a inscripciones en una piedra en medio del campo, y que además hagan referencia a una deidad hispánica. Así es que no me pude resistir y me subí a la bici a preguntarle a los paisanos por la fuente. Después de un par de intentos infructuosos decidí llamar a mi amiga Olga, de allí de Torreorgaz, y en unos minutos y algunas consultas, pudo explicarme cómo llegar. Aunque no me quedó muy claro, y no las tenía todas conmigo, volví a subirme a las dos ruedas y me encaminé hacia "un pequeño valle" a unos 700 metros de la ermita de San Isidro, en la cola del pantano de Valdesalor. Por fin encontré una de las dos inscripciones, la otra estaba bajo las zarzas...