Es curioso cómo a veces limitamos nuestra visión del campo, la naturaleza, y casi de la vida, a lo que alcanza nuestra vista desde las carreteras que transitamos. Si hiciéramos el sencillo ejercicio de abandonar, aunque sea por unos minutos, las vías asfaltadas para explorar los caminos de tierra, pisando directamente el suelo, nos daríamos cuenta de que nos proporciona mucha más felicidad, satisfacción y bienestar que el allanado asfalto. La visión del mundo se nos ampliaría, y con ella la de nosotros mismos. Muchas veces piso la tierra de esos caminos, pero otras veces lo hago montado en mi bicicleta. Hace poco decidí salir a explorar un nuevo camino, sin mayor pretensión que el de ampliar las rutas que vamos consolidando los que salimos mucho con la bici de montaña. Al atravesar Aldea del Cano, me encontré con el amigo Fernando, un gran senderista que conoce perfectamente aquellos campos y me indicó una ruta nueva que partía del camino nuevo que iba buscando y que m...
Un recorrido por la Ciudad de Cáceres y sus alrededores, mirando los detalles que nos rodean y que pasan desapercibidos. Algunos de estos lugares serán conocidos por todos, otros sólo por algunos pocos, pero en definitiva, la idea es mostrar la riqueza monumental, cultural y natural de la ciudad y sus alrededores.