Cuando uno viaja se encuentra lugares y rincones misteriosos, con leyendas truculentas, fantasmas del pasado, apariciones nocturnas o viejos cementerios que desatan historias muy atractivas para el turismo. Pues aquí en nuestro Cáceres, aunque casi nadie lo conoce, tenemos un callejón cuyos muros están plagados de huesos posiblemente humanos y que pasan inadvertidos a los visitantes. Es cierto que existen por el mundo capillas construidas con huesos, como ocurre con la "Capela dos Ossos" de Évora, no muy lejos de aquí. Hay otras en Austria, en Italia, la República Checa, o en el mismo Cáceres, donde hay una sacristía cuyo suelo está formado por huesos de cordero que ya os enseñaré otro día. Pero en este caso no hablamos de una construcción con huesos, sino que entre los materiales usados para la construcción de un muro aparecen numerosos fragmentos de huesos.
Desde la cuesta de la Compañía, que une la plaza de San Jorge con la de San Mateo, parte un pequeño callejón, el Callejón de Don Álvaro. Estrecho, con unos muros que han perdido la verticalidad y un pequeño arco que los sujeta, esconde uno de los secretos más curiosos de la ciudad: huesos que sirvieron para levantar esta pared que pertenece a las traseras del Gobierno Militar.
Son numerosos los fragmentos de hueso, más o menos grandes, que se encuentran formando parte de la construcción, que un principio estaría diseñada para estar lucida, disimulando así este macabro misterio, pero que al desaparecer el enfoscado, ha dejado al descubierto el oscuro secreto que guarda.
Posiblemente, el origen de estos restos no se debe a un truculento asesinato, a un ajusticiamiento o una venganza. Lo más probable es, que al desaparecer los cementerios existentes en la ciudad alrededor de las parroquias, se reutilizaran la tierra y sus materiales para nuevas construcciones, y que en este reciclaje se incluyeran los huesos sin ningún tipo de rubor.
Mi abuelo, que fue quien me inició en esto de los paseos por la ciudad antigua, me explicaba que en ese callejón siempre hacía viento, y ahora me pregunto si no será que los dueños de estos huesos, si es que son humanos, aún no descansan en paz y quieran llamar nuestra atención, para que al menos no se les olvide produciendo esta incesante corriente de aire. Sé que esto es sólo una fábula, pero ¿por qué Cáceres no va a tener leyendas de fantasmas en su ciudad monumental? No en todas las ciudades tienen "el callejón de los huesos".
Y cuando ya me marchaba, en lo alto, casi tapados por la yedra, encontré estos pequeños huesos, junto a los que puede verse esa rudimentaria cruz. Y me dio por imaginar que alguien descubrió hace años estos restos y quiso sacralizar este callejón e intentar que las almas de estos difuntos descansasen en paz para siempre. aunque eso nunca lo sabremos.
P.D. 1 Quisiera agradecer al amigo Patxidifuso, gran pintor y actor, que a través del blog se pusiera en contacto conmigo y me mostrara la ubicación de los huesos y de otros muchos DETALLES que ya os enseñaré. MUCHAS GRACIAS PATXI
P.D. 2. Claramente los huesos no son humanos, incluso se puede ver algún molar de rumiante. He querido contar la historia tal cuál me la relataba mi abuelo y aportar así algo de leyenda y misterio al callejón.
Conocía estos huesos, sí. Pero no la cruz. ¿No será más bien restos del encintado que decoraba el enfoscado?
ResponderEliminarSí, estoy seguro que es eso, nada más, pero he querido darle matiz de misterio al tema. La cruz es una curiosa casualidad, que nos ayuda a crear un poco de leyenda.
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