ENTRE VÍAS ROMANAS, DEHESAS, CERROS Y LLANOS. Un recorrido por el paisaje, la historia y la vida de los alrededores de Cáceres.
Publico la segundo artículo con el que participé en el libro "Rutas para descubrir Extremadura" que se publicó en el marco del VI Encuentro de Blogueros de Extremadura y con la colaboración de la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura.
ENTRE VÍAS ROMANAS, DEHESAS, CERROS Y LLANOS
Un recorrido por el paisaje, la historia y la vida de los alrededores de Cáceres.
La ruta que les propongo para realizar con bicicleta de
montaña, tiene una dificultad media y una longitud de unos 50Km; de recorrido
circular desde la ciudad de Cáceres, nos permitirá recorrer parte de la Vía de
la Plata, conocer el pueblo de colonización de Valdesalor, ver restos
prehistóricos, saber más sobre la cultura popular y las tradiciones de Aldea
del Cano. Atravesaremos dehesas, pantanos, nos cruzaremos con viejas y nuevas
ermitas, recorreremos la Z.I.R (Zona de Interés Regional) de los Llanos de
Cáceres y Sierra de Fuentes, pueblo que atravesaremos y desde donde coronaremos
el Cerro del Risco, pasando por el centro de conservación de la Naturaleza “Los
Hornos” disfrutando de las ruinas de los hornos de cal que le dan nombre, para
regresar a Cáceres por un camino que nos sumerge en la más auténtica dehesa
sembrada de arquitectura vernácula de gran belleza, hasta alcanzar, de nuevo,
la vía de la Plata y completar, así, el recorrido. Aproximadamente unas tres
horas de camino entre la historia, la naturaleza, la tradición y el encuentro
con nosotros mismos a través de lo que fuimos.
Partimos de la Fuente del Marco, o del Rey, en pleno
Calerizo de Cáceres. Los primeros kilómetros nos alejan de la ciudad con la
ventaja de aprovechar la perfecta señalización que existe de la Vía de la Plata
en todo su recorrido. Llegaremos a las inmediaciones del recinto ferial,
atravesaremos en varias ocasiones la vieja N-630, pudiendo disfrutar por el
camino de antiguas casa solariegas como la de “El Trasquilón”, mientras
descendemos poco a poco hasta la localidad de Valdesalor. Se construyó en 1963
de acuerdo a la colonización de los Planes de Desarrollo de la época de la
dictadura franquista. Su fin fue eminentemente agrícola, sirviéndose del
aprovechamiento de los regadíos derivados del embalse del Salor, ubicado a 6´5
km del pueblo. A él llegaron 60 colonos procedentes de localidades situadas en
un radio entre 30 y 40 km, que recibieron en cada caso 6 hectáreas de cultivo.
Por lo tanto, el pueblo como tal tiene el interés que aporta un tipo de
arquitectura de colonización, referencia de aquél “desarrollismo” del campo
español en la segunda mitad del s. XX. Si seguimos la señalización, sobre el
río Salor y a menos de un kilómetro, nos toparemos con el Puente Viejo o Puente
Mocha.
Se trata de un puente que combina la sillería y la mampostería, de planta recta y perfil ligeramente alomado por las rampas de acceso que posee. Tiene cinco bóvedas apuntadas de estilo gótico (otras cuatro formando desagües). Todo parece indicar que su origen es romano al situarse sobre la vía XXIV del Itinerario Antonino, pero que ha sido transformado en época medieval, conservando, posiblemente, de su origen únicamente los sillares de las bóvedas centrales. Al atravesarlo nos encontramos un cruce de caminos perfectamente señalizado, a la derecha el “Corredor Natural Cáceres-Badajoz”, con cartelería roja, y a la izquierda continúa la Ruta de la Plata con la señalización que vamos siguiendo desde hace unos 10 Km.
Se trata de un puente que combina la sillería y la mampostería, de planta recta y perfil ligeramente alomado por las rampas de acceso que posee. Tiene cinco bóvedas apuntadas de estilo gótico (otras cuatro formando desagües). Todo parece indicar que su origen es romano al situarse sobre la vía XXIV del Itinerario Antonino, pero que ha sido transformado en época medieval, conservando, posiblemente, de su origen únicamente los sillares de las bóvedas centrales. Al atravesarlo nos encontramos un cruce de caminos perfectamente señalizado, a la derecha el “Corredor Natural Cáceres-Badajoz”, con cartelería roja, y a la izquierda continúa la Ruta de la Plata con la señalización que vamos siguiendo desde hace unos 10 Km.
Poco a poco los pastizales se van poblando de arboleda y
sin darnos demasiada cuenta estamos recorriendo preciosas dehesas, atravesando
viejas fincas que fueron repobladas en la reconquista para la defensa de la
frontera sur de la ciudad, junto a los últimos suspiros de la Sierra de San
Pedro. Si vamos en el momento oportuno, podremos disfrutar del espectáculo de
ver a cientos de grullas (Grus grus)
con su característico canto. Tras una ligera cuesta nos vemos atravesando la
pista de aterrizaje del aeródromo de la Cervera, por la transitaremos sin
problema, siempre con el suficiente cuidado.
Continuamos camino con la sensación de estar recorriendo
parte de nuestro pasado, de pisar el sonido de la historia, de estar en un
lugar cargado de momentos olvidados. Si nos fijamos a la izquierda, al otro
lado de la carretera a la que vamos paralelos gran parte del camino, vemos un
ruinoso castillo, el Castillo de Garabato, construido por la familia Blázquez a
mediados del siglo XIV. Su silueta desafiando al paso del tiempo nos
impresiona, y mientras lo admiramos llegamos al fin de la finca de Garabato,
donde encontramos un paso canadiense. Es hora de bajarse de la bicicleta, a esa
altura, a unos metros a la izquierda, frente al castillo, y muy cerca de donde
estamos, resisten unos ortostatos de un viejo dolmen. Esa estampa me sobrecoge,
dos momentos de nuestra historia cara a cara, resistiendo, siendo cómplices del
deterioro del otro, enseñándonos una gran lección de fortaleza, de humildad y
de perseverancia.
Continuamos camino sintiéndonos parte de un pequeño
engranaje temporal y efímero, tan insignificante como fundamental en el paso de
los años, y que nos acerca a la tierra y a nosotros mismos en cada pedalada que
damos. Sin darnos cuenta hemos llegado a la carreta que lleva a Aldea del Cano,
hacia donde nos dirigiremos, abandonando el camino romano para atravesar esta
pequeña y encantadora localidad. Llegaremos a su plaza en la que encontraremos
(si vamos del 15 de agosto al 24 de diciembre) un gran tocón de encina muerto,
tumbado frente al atrio de la iglesia y el ayuntamiento, al que allí conocen
como “Tuero”. Es llevado por los quintos del año en la fiesta de la Virgen de
Agosto y permanece allí hasta que es quemando la tarde de Nochebuena y junto al
que se reúne todo el pueblo a felicitarse las fiesta y cantar villancicos, en
una de las celebraciones más entrañables de las que se realizan en los
alrededores de Cáceres por esas fechas. Dejamos el tuero atrás, y a la derecha parte una calle que tomaremos
para salir del pueblo por la zona que ellos conocen como “El Callejón de
Sagüillo” del que parten dos caminos, uno de frente (sin salida) y otro a la
izquierda, por el que continuaremos después de una pequeña parada.
En los primeros metros de este camino, junto a una cochera de cemento, podremos observar una vieja prensa olearia romana, o tardorromana, que fue publicada como tal por primera vez en mi blog y que gracias a eso ha podido ser catalogada oficialmente y tomada en consideración en el pueblo, ya que desconocían su origen y utilidad. Continuamos recto y nos topamos con un gran bolo de granito fracturado y que se sostiene en pie por un pequeño pedúnculo que parece insuficiente para sostenerlo, pero que lo hace desde hace milenios, sobre él nidos de cigüeñas y por eso allí la conocen como “La peña del Nido”.
En los primeros metros de este camino, junto a una cochera de cemento, podremos observar una vieja prensa olearia romana, o tardorromana, que fue publicada como tal por primera vez en mi blog y que gracias a eso ha podido ser catalogada oficialmente y tomada en consideración en el pueblo, ya que desconocían su origen y utilidad. Continuamos recto y nos topamos con un gran bolo de granito fracturado y que se sostiene en pie por un pequeño pedúnculo que parece insuficiente para sostenerlo, pero que lo hace desde hace milenios, sobre él nidos de cigüeñas y por eso allí la conocen como “La peña del Nido”.
Seguimos por cómodos y amplios senderos arenosos, hasta un
cruce de caminos junto a un minúsculo puente que es tan pequeño como bello, y
ahí podemos hacer otra parada, porque aunque de los tres caminos, tomaremos el
de enfrente, el que parte a la diestra del puente, vamos a acercarnos a unas
casas que se ven a nuestra derecha. Es el poblado de “La Escalera”, un viejo poblado
de gañanes ya abandonado y arruinado que nos muestra la forma de vivir de las
gentes del campo de hace décadas y nos enseña una lección de vida a poco que
tengamos la sensibilidad suficiente de ponernos en la piel de aquellos que
habitaron estas pequeñas viviendas.
Y volvemos al camino que salía de frente, a la derecha del
pequeño puente, no lo abandonaremos ya hasta llegar a la moderna ermita de San
Isidro en la cola del pantano de Valdesalor, para ello habremos disfrutado de
un precioso camino entre encinas, jaras y cantuesos. Junto a la ermita un viejo
puente, el puente de Torreorgaz. De factura medieval sobre restos romanos, consta
de tres arcos principales y dos desagües en el lado izquierdo, y otro en el
lado derecho. Tiene un perfil ligeramente alomado. Los aliviaderos izquierdos
son, uno de arco de medio punto y otro de arco rebajado, mientras que el
derecho es irregular. Las pilas y estribos del puente están realizadas con
sillería granítica, mientras que el resto es de mampostería. La plataforma es
muy estrecha, siendo de media de 2,2 metros, algo inferior que la anchura
habitual del resto de puentes medievales de la zona, que ronda los 3 metros. La
superficie es de rollos unidos con mortero añadidos en una reforma reciente. No
posee petriles, pero sí una barandilla de hierro de factura actual, colocada
para dar seguridad a los peatones que aún lo transitan (y algunos ciclistas
como yo que lo preferimos al moderno situado a unos metros). Está cimentado sobre afloramientos de los
esquistos típicos de la zona.
Lo cruzamos y llegamos a la carretera del pantano de
Valdesalor, vamos unos metros a la izquierda hasta un cartel que nos indica que
tomemos un camino a la derecha para seguir una ruta señalizada que nos llevará
directamente a Torreorgaz. Antes de entrar en la localidad, a nuestra izquierda
observamos una antigua torre, se trata del “Castillo del Cachorro” en honor a
Don Gonzalo de Ulloa y Carvajal, IV Señor de Torreorgaz, más conocido con este
sobrenombre, denominándose con tal apodo tanto al castillo como a la dehesa sobre
la que se asienta, y como se sigue conociendo hoy día. El castillo y la dehesa
fueron dejados en arriendo a finales del siglo XVIII, hasta caer finalmente el
inmueble en ruina, utilizado actualmente como cuadra y lugar de refugio de
ganadería.
Atravesamos Torreorgaz por sus vía principales hasta
alcanzar la EX 206 que cruzaremos hasta llegar al cementerio y a la ermita del
Humilladero, de pequeñísimas dimensiones, data del siglo XVIII de estilo
popular, realizada de sillería y mampostería, alberga al Cristo, del siglo
XVII, de mismo nombre. Desde ahí tomamos el camino de la izquierda que nos
llevará directamente a Sierra de Fuentes por un paisaje que en principio no
parece demasiado atractivo por lo despoblado y llano, pero de gran importancia,
sobre todo ornitológica, por la abundancia en aves esteparias. Es sencillo
cruzarse con asustadizas avutardas (Otis
tarda), o ver con cierta facilidad ejemplares de Sisón (Otis tetrax), Ortega (Pterocles orientales), Ganga (Pterocles alchata), Canastera (Grareola pratincola), Perdíz (Alectoris rufa), preciosos ejemplares de
Aguilucho cenizo (Circus pygargus),
Cernícalo primilla (Falco naumanni),
Alcaraván (Burhinus oedicnemus),
Avefría (Vanellus vanellus), Alcaudón
real (Lanius excubitor), Milano real
(Milvus milvus), Milano negro (Mivus migrans) o la común Cogujada (Galerida cristata). La zona ZIR de los
Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes impresiona por su serena y desconcertante
belleza, pero sobre todo, por su riqueza faunística.
Sin darnos cuenta hemos llegado a Sierra de Fuentes por la
carretera de Cáceres a la que nos hemos incorporado, bordeamos la localidad por
ella y nos toparemos con cartelería que nos anuncia un tramo de subida hasta “El
Risco” y el Centro de Conservación de la Naturaleza “Los Hornos”. Tomamos
aliento y comenzamos a subir, si nos lo tomamos con paciencia la subida es
asequible a cualquiera y podemos optar por coronar el cerro o quedarnos en el
centro de la naturaleza, al que iremos siguiendo las indicaciones existentes.
Recibe el nombre de unos antiguos hornos de cal que aún se conservan (12 en
total), también conocidos como los
"Hornos del Tío Pascual", cuyo origen es incierto pero que, según
distintas fuentes, pueden corresponderse al siglo XVI cuando la localidad
alcanzó una entidad suficiente como para construir su iglesia parroquial, como
reflejo de una población notable y con un relativo esplendor económico, aunque
los primeros datos sobre el origen del pueblo se remonten al siglo XIV. Estos
antiguos hornos de cal están asentados en terrenos de la dehesa Boyal de Sierra
de Fuentes, en uno de los collados de la Sierra de la Mosca formado por el
cerro del Risco y el cerro del Milano y sobre el camino viejo que une Cáceres
con Sierra de fuentes y por el que llevaban el material desde el calerizo
cacereño. Si visitamos la zona en primavera podremos toparnos con bellos
ejemplares de orquídeas, destacando las "orquídeas abejas" (Ophrys
tenthredifinera).
Seguimos por el camino que nos trajo hasta aquí, el que se
conoce como “El camino Viejo de Sierra de Fuentes” que nos lleva a través de
una preciosa dehesa en actual uso por una gran explotación ganadera bovina que
no supone ningún peligro. Nos ofrece preciosas estampas que no difieren
demasiado de las que tenían los caleros que llevaban la cal desde la ciudad a
los hornos, y nos permite viajar en el tiempo montados en una bicicleta, por un
paisaje que nos da paz, y nos habla de la armonía del hombre con el medio natural.
Es un estado de respeto mutuo con un ecosistema con influencia antrópica pero sostenible,
y en equilibrio dinámico perfectamente coreografiado. Al fondo las antenas del
“Portanchito”, a la derecha el “Cerro del Milano” y a los pies del camino casas
de campo abandonadas, zahúrdas, bujíos o pozos que nos hablan de un pasado de
esplendor perdido; de la historia de trabajadores que mantuvieron estas tierras
y que nos han legado un paisaje de extraordinaria belleza.
Seguimos camino hasta alcanzar la cantera de Olleta, desde
donde tomamos el camino de la derecha entre imponentes montañas de grabas y
arenas de distintos tamaños y colores hasta alcanzar un pequeño camino que sale
hacia abajo a nuestra izquierda y que nos lleva por la falda de “La Montaña”
por un precioso Olivar, y que nos conduce directamente al punto de partida de
nuestra ruta, a la Fuente del Marco o del Rey. Algo cansados terminamos el
recorrido asimilando todo lo que hemos visto en apenas 50 Km, restos
prehistóricos, romanos, medievales, restos de nuestro pasado agrícola e
industrial más reciente, atravesando llanos, dehesas, cerros, y con la
sensación de haber viajado en el tiempo, de haber estado en comunión con la
naturaleza y con ganas de iniciar otra nueva ruta por los alrededores de una
ciudad con tanta historia y con tantos DETALLES por descubrir como es Cáceres.
Debido a la gran demanda del libro, los organizadores, la fundación Xavier de Salas y la Dirección General de Turismo de la Junta, han decidido hacer una versión en pdf que puede descargarse de forma gratuita en el siguiente enlace:
Debido a la gran demanda del libro, los organizadores, la fundación Xavier de Salas y la Dirección General de Turismo de la Junta, han decidido hacer una versión en pdf que puede descargarse de forma gratuita en el siguiente enlace:
Esta ruta forma parte del libro "Rutas para descubrir Extremadura" presentado en el VI encuentro de blogueros de Extremadura, con el patrocinio de la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura.
Buenas
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo y por el libro. Pude conseguir un ejemplar en papel y estoy saboreándolo despacito.
Solo una cosa, el enlace que has colgado no funciona (o no me funciona). El bueno es el siguiente:
http://www.fundacionxavierdesalas.com/ARCHIVO/actividades/Rutas_para_descubrir_Extremadura_0.pdf?utm_source=hootsuite
Saludos
Buenos días Domingo¡¡¡¡ Muchas gracias por entrar y comentar¡ La verdad es que la ruta es preciosa y muy distinta dependiendo de la época del año en la que se haga. Hay otros puntos de interés por el camino que no pude añadir por no extenderme demasiado, pero los incluiré en otro post. El enlace ya está rectificado, muchas gracias.
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