Hace unos días estuve en un pueblo cercano, del que ya os
hablaré, y que hasta ahora no había visitado nunca. En una de sus plazas,
frente a un precioso palacio semiabandonado, me llamó inmediatamente la
atención lo que parecía una estela romana. En cuanto llegué a casa entré en
Hispania Epigráfica para localizarla, y no la encontré. El azar hizo que en esa
búsqueda me topara con la descripción de una lápida sepulcral en el lavadero de
lanas de San Miguel, en Arroyo de la Luz, junto a la Estación Arroyo-Malpartida,
y que ya os enseñé hace tiempo. En la descripción señalaba que la piedra estaba
en LA ZONA de la fachada.
En cuanto tuve algo de tiempo me subí a la bici y me fui a
buscarla. Por cosas de la emoción y de no apuntar la literalidad de la cita, me
puse a buscar EN la fachada… y claro, no aparecía. Ésta se encuentra lucida
prácticamente en toda su superficie, así es que pensé que estaría oculta
porque, además, en la web no aparece ninguna imagen de ella. Empezaba a perder
casi todas las esperanzas...
Cansado por el insistente sol de este octubre, me senté en
una zona escalonada, a modo de porche, a tomar la merienda y un poco de agua,
no me di cuenta de que estaba apoyado sobre ella. Al levantarme, y por las
sombras que hacía la luz a esas horas, reparé en las letras y me acordé de la
descripción de la web que decía "la ZONA" de la fachada, y no en la
fachada. La había tenido delante todo el tiempo, pero esa es la diferencia
entre mirar y ver.
La estela, partida y colocada exenta en posición vertical, se
encuentra casi tapada por unos juncos churreros (Scirpus holoschoenus), que me
indican la presencia de agua subterránea en ese punto. Mientras hacía las fotos
aparece un trabajador de la zona que me mira de forma desconfiada. Charlamos
brevemente y relaja el tono y me atrevo a preguntarle por la estela, de la que
no sabía nada, como yo me temía. Me hice el remolón un rato para marcar las
letras con tiza, pero aquel señor no tenía intención de dejarme por allí solo,
así es que opté por marcharme dejando atrás a aquél epitafio sin revelar parte
de su secreto.
Analizando las fotos sí que se ven algunas letras enmarcadas
en un rectángulo rebajado, y debajo de él un símbolo que no logro identificar y
que me parece tan interesante o más que lo que queda de inscripción. Según me
alejaba del lavadero crecían más mis ganas de volver a él e intentar revelar
parte del secreto que este trozo de granito guarda.
En la web dan dos posibles interpretaciones de su
inscripción, que no se parecen casi nada la una a la otra, así es que no
tardaré en volver, tiza en mano, para aclarar algo el tema.
INTERPRETACIÓN:
- - - - - - / F(ilius) / [---]+A / f(aciendum) c(uravit)
La verdad es que no tengo excesivos elementos que me hagan
decantarme por una u otra, pero por lo poco publicado que hay sobre ella me
inclinaré (además de por sus dimensiones, forma y características), por la
teoría que dice que es un epitafio a Surus.
Seguramente no será una pieza digna de un museo, ni será una
joya ni el descubrimiento del año, pero creo que tiene el valor suficiente para
que la recordemos Al Detalle.
Estimado Sr. Núñez,
ResponderEliminarHace un par de dia le escribí solicitando permiso para reproducir la foto del epígrafe del lavadero de San Miguel en Hispania Epigraphica Online.
Al releer su artículo descubro que hay otra inscripción que no ha podido localizar en la base de datos. Si me da más detalles, estaré encantado (y muy interesado) en ayudarle a hacerlo.
Muchísimas gracias por usar HEpOl y por detallar la riqueza epigráfica de su tierra.
J.G.-P.