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EL LIMOSNERO DE ALDEA DEL CANO


Hoy os quiero mostrar este curioso DETALLE de la Iglesia Parroquial de la cercana población de Aldea del Cano, con la que me unen numerosos lazos afectivos y profesionales, y que desde hace años es mi pueblo de adopción. El templo tiene la advocación a San Martín de Tours, patrón del pueblo y cuya festividad se ha celebrado recientemente con sus famosos tres días de fiesta: San Martín, San Martinino y el “chiquinino”. Esta es una forma de justificar el que los fastos se alarguen tres días y no dejarlos circunscritos al 11 de noviembre.



La Iglesia Parroquial es de una única nave dividida en tres tramos, edificada, posiblemente, a finales del siglo XV, aunque no podemos descartar que lo hicieran sobre un templo anterior y que ha sufrido posteriormente varios añadidos, como la sacristía o un recrecido de la torre. Justo aquí, en la base de la torre, junto a la preciosa portada con arco carpanel adovelada y enmarcada con un imponente alfiz, vemos este Detalle que hoy os quería enseñar: UN LIMOSNERO.
Pasa desapercibido por todo el mundo porque, entre otras cosas, se encuentra parcialmente cegado. Es de forma cuadrangular y la oquedad es un estrecho óvalo, o usando una terminología más de mi gremio, fusiforme. Este hueco era usado para introducir las limosnas al templo, que no necesariamente eran siempre dinero, sino que se ofrecían con mucha frecuencia velas de sebo de cerdo, alimentos…Pero claro, para ser verdaderamente un limosnero y no la reutilización de un sillar, debería tener una continuidad al otro lado del muro, en el interior de la iglesia. Así es que entramos a lo que se utiliza como baptisterio y vemos una viejísima puertecita con unos preciosos antiguos herrajes, justo a la altura en la que se encuentra el limosnero. Desgraciadamente el conjunto fue cegado y no se ve el punto de unión y se ha convertido en un pequeño armarito que, según me cuentan en el pueblo, se ha venido utilizando para guardar los Santos Óleos para el Sacramento del Bautismo. Actualmente tiene aún peor fin y se ha convertido en un minitrastero bastante descuidado.



Durante siglos, estos limosneros fueron más o menos comunes, y más aún en los caminos de Santiago donde actualmente se conservan algunos. Por desgracia, y por el cambio de los tiempos y los comportamientos humanos, la mayoría de estos limosneros desaparecieron, o por completo, o fueron cegados como este.



Lo curioso, y no sé si existe alguna relación, también se denomina limosnero a la persona que da o que gestiona las limosnas en las comunidades o congregaciones. Debemos recordar que San Martín de Tours es considerado uno de los santos limosneros más importantes. Su iconografía más común nos cuenta aquel episodio en el que rasga su capa para darle una parte a un necesitado. No sabemos si por esta particularidad del patrón, o por simple necesidad de la comunidad, este limosnero durante siglos recogió los que los menos necesitados daban para el mantenimiento de la iglesia y los más necesitados del pueblo.






Hoy sólo os quería enseñar este curioso Detalle e invitaros a conocer el pueblo de Aldea del Cano, rico en historia y tradiciones y que nos regala retazos de una humilde historia, como la de este limosnero, y que en esta ocasión quise mostraros Al Detalle.

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