Grafito es un término que proviene del italiano graffiti,
plural de graffito, que significa ‘marca o inscripción hecha rascando o rayando
un muro’ y del mismo modo arqueólogos y epigrafistas llaman de esta manera a
las inscripciones espontáneas que han quedado en las paredes desde tiempos del
Imperio romano. El arqueólogo Raffaele Garrucci divulgó el término en medios
académicos internacionales a mediados del siglo XIX. El neologismo se
popularizó y pasó al inglés coloquial al usarse en periódicos neoyorquinos en
los años setenta.
Por influencia de la cultura estadounidense, el término se
popularizó en otros idiomas, entre ellos el castellano. Curiosamente, aunque el
término grafiti ha pasado a muchas lenguas, en italiano se emplea el término de
origen inglés writing para referirse a los grafitos de estilo Hip-Hop, ya que
usan el término grafiti para su uso en el sentido original.
Entre los hispanohablantes es habitual oír grafitis en
plural aunque en la lengua de origen el término ya esté en plural. El
Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española recomienda el
uso de la palabra grafito. Admite como válido el uso de grafiti en singular, y
de grafitis en plural, aunque recomienda usar la palabra «grafito» y «grafitos»
para su plural, que son las versiones castellanizadas de graffito y graffiti,
respectivamente. Recomienda también que, cuando se trate de un texto o dibujo
pintado y no rascado ni inciso, se utilice el término «pintada».
Entre los romanos estaba acentuada la costumbre de la
escritura ocasional sobre muros y columnas, esgrafiada y pintada, y se han
encontrado múltiples inscripciones en latín vulgar: consignas políticas,
insultos, declaraciones de amor, etc; junto a un amplio repertorio de
caricaturas y dibujos en lugares menos afectados por la erosión, como en
cuevas-santuario, en muros enterrados, en las catacumbas de Roma o en las
ruinas de Pompeya y Herculano, donde quedaron protegidos por la ceniza
volcánica.
Y como en nuestro Cáceres no vamos a ser menos, también
encontramos numerosos grafitos y pintadas históricas sobre nuestros muros, por
eso me he decidido a hacer una pequeña serie de entradas enseñando estas
curiosidades antes de que desaparezcan.
Voy a comenzar por la Charcha del Rey o Charca del Marco,
más concretamente en el muro que la circunda. Esta surgencia de agua es
consecuencia de la geología del Calerizo de la ciudad y que pronto os contaré,
Al Detalle, en otra entrada dedicada a la Ribera del Marco. Sus 95 litros por
segundo la convirtieron en la verdadera razón para el asentamiento de humanos
desde los Neandertales hasta nuestros días. Existen actuales teorías de la
existencia de una presa de época romana en la zona de Fuente Concejo, pero con
documentación la primera gran obra que se acomete en este cauce se produce cuando el 28 de agosto de 1501 los Reyes Católicos ordenan el encauzamiento de
la Ribera en previsión de posibles avenidas. A lo largo de los años la
prioridad fue la de cercar el manantial y limpiar la fuente, así, en 1571 se
ordenó construir una pared alrededor del sumidero de esta. En 1607 el Ayuntamiento acordó aderezar la
pared para que cercara el manantial. El paso del tiempo y el deterioro
progresivo llevó a realizar numerosos arreglos en estas humildes instalaciones.
En 1701 el Corregidor de la Villa da a conocer el mal estado
en el que se encontraba este cercado, ya parcialmente caído, lo que permitía la
entrada del ganado a beber y bañarse en la charca, poniendo en peligro la salud
de la población que bebía de ella, por lo que se procede, de nuevo, a su
arreglo. Así en 1702 el consistorio manda a D. Juan y D. Joaquín de Ovando
elaborar un informe sobre su estado para evaluar los costes del arreglo. Y como
las cosas parece que no han cambiado, vuelve a pasar el tiempo, y es en 1706
cuando el Ayuntamiento dio comisión a Pedro Alonso de Golfín Ulloa y Pedro
Golfín Carvajal para que hicieran lo más conveniente y finalmente el costo de
la obra, que es donde recaían las principales trabas, se reparte entre los
dueños de las huertas, molinos, tintes y batanes.
En el Diccionario de Pascual Madoz, realizado entre 1845 y
1850, podemos leer sobre las fuentes de la ciudad:
“…Merecen particular atención las fuentes del Rey y Concejo,
la primera llamada vulgarmente el Marco, está en un pequeño valle al S. de la
pobl., c e r c a d a de un muro de mampostería que forma un triángulo de 5 0
varas en cada uno de sus lados; su nacimiento está entre una porción de juncos
y yerbas sobre un terreno fangoso, que despejado al E. presenta un raudal de
agua admirable; sale de aquel muro por unos pequeños arcos practicados en la
pared de este lado, y corre al NE. formando desde luego una inagotable ribera ,
que baña las inmediaciones de la pobl. , da movimiento á 2 5 molinos harineros
, sirve á varios tintes, bátanos, tenerías y otras fáb., y riega 1 leg. De
huertas: este manantial toma sus aguas principalmente del mineral calizo que
termina en él, á cuyo estremo se encuentra el cerro de Sta. Ana…”
Justo de esa época son los grafitos que hoy os quiero
enseñar. Concretamente uno está fechado en “Avril” de 1841. Debemos suponer que
en aquel año se realizó alguna obra de mantenimiento en el muro que circunda la
fuente y de la que no he podido encontrar documentación alguna en la
bibliografía, pero que afortunadamente ha quedado reflejada por la ocurrencia
de alguien al marcar el mes y la fecha sobre uno de sus contrafuertes. No
sabemos si fue el “Pezuño”, que firma muy cerca de allí, el que grabó la fecha
que aún se conserva con muy buena calidad.
Sé que no son especialmente significativos estos grabados,
pero a mi me emociona saber que llevan ahí 177 años, en los que han visto pasar
epidemias, guerras, hambrunas, bombardeos, romerías, comilonas y fiestas, y que
ahí, casi escondidas entre la maleza, nos quieren recordar que la Ribera del
Marco es el origen del arte universal, la verdadera razón de la ubicación de la
ciudad de Cáceres en esta zona y que, a pesar de su abandono, de las peleas por
a quién corresponde su limpieza, es consciente de que es más importante que
cualquier alcalde, alcaldesa o
presidente de confederaciones hidrográficas que solo miran lo material, el
cortoplacismo y lo más pragmático, olvidando que El Marco les sobrevivirá y les
sobrepasará en importancia y trascendencia porque permanecerá a pesar de ellos,
a pesar de nosotros.
Hoy solo os he querido mostrar estos pequeños grafitos en
una de las zonas más descuidadas pero importantes de nuestra ciudad, porque un
día el “Pezuño” quiso dejar marca de su presencia, de su existencia, y además,
informarnos de alguna obra de mejora en el muro que cierra la surgencia de agua
más importante del Calerizo de Cáceres, y que hoy os he querido enseñar Al
Detalle.
P.D. I. Hay partes de las pintadas que no logro descifrar,
si alguien descubre algo más por favor que me lo comunique para ampliar la
entrada.
P.D. II. Gracias al gran Patxidifuso que me ayudó a
descubrirlas y localizarlas.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Wikipedia
La Cacereña Ribera del Marco. Juan Carlos Martín. Fernando Jiménez Berrocal. Agustín Pedro Flores.
Cómo siempre, un articulo interesantísimo, que ha despertado mi curiosidad, enhorabuena, por esta presentación de la Ribera del Marco.
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