Me van a permitir que use para esta entrada el mismo título
que utilizó en su día D. Fernando García Morales en un artículo publicado en el
Diario Hoy el 22 de octubre de 1982. En
él nos contaba cómo en Cáceres el primer sistema automatizado para la
dispensación de algún servicio no fue la cabina telefónica, sino que fue para
la venta de agua.
Gracias a mi buena amiga Maite y su hermano Berna, he podido conseguir
una pequeña ficha metálica, posiblemente de aluminio, de tamaño no mayor a la
de una moneda de 5 céntimos actual, en la que se puede leer en una de sus caras (junto
al escudo de la ciudad):
AYUNTAMIENTO DE CÁCERES. SERVICIO DE AGUAS
En la otra aparece:
UN CÁNTARO. QUINCE LITROS
A finales de 1935 o comienzos de 1936 se probó en la ciudad
un sistema automatizado para la dispensación de agua en tres fuentes de la
ciudad, curiosamente desaparecidas ya las tres. Estas fuentes se situaban en las escalinatas que suben al Arco de la
Estrella (Fuente de Claudio), en la propia Plaza Mayor; la Fuente de la
Audiencia estaba en la Calle Peña, y en la Plaza del Potro de Santa Clara, la tercera de ellas. Se buscaba
no depender de un empleado que se encargara de “racionar” y vender el agua. El
Servicio de Aguas se estableció en la ciudad en 1920 (ES.10037.AHMCC 20/155
EXPEDIENTE 35, archivo municipal).
Desde ese momento el uso de las fuentes públicas se comenzó a regular, contratándose a tal efecto a unos encargados y encargadas de su "explotación". Debemos de suponer que, buscando el ahorro o la posibilidad de poder dispensarla a cualquier hora, se implantó un sistema que constaba de un cajetín donde se depositaba la ficha anteriormente comprada y que debería servirte para llenar un cántaro con exactamente 15 litros. Las fichas eran bastante baratas, se vendían en grupos de 5 por 5 céntimos, es decir, por ese precio pagabas por 75 litros de agua.
Desde ese momento el uso de las fuentes públicas se comenzó a regular, contratándose a tal efecto a unos encargados y encargadas de su "explotación". Debemos de suponer que, buscando el ahorro o la posibilidad de poder dispensarla a cualquier hora, se implantó un sistema que constaba de un cajetín donde se depositaba la ficha anteriormente comprada y que debería servirte para llenar un cántaro con exactamente 15 litros. Las fichas eran bastante baratas, se vendían en grupos de 5 por 5 céntimos, es decir, por ese precio pagabas por 75 litros de agua.
No sabemos si por el inicio de la Guerra Civil, o como me
cuenta un familiar cercano, porque no funcionaban nunca, dando menos agua o
porque no deja de dar agua sin parar, es decir, casi nunca funcionaban
correctamente, este sistema se eliminó y se optó por unos tiques de papel y el
control de un empleado. En este caso la técnica no pudo sustituir a la
intervención humana en algo tan vital para el ser humano como el agua, que,
desde la década de los años 20 del pasado siglo, empezó a ser capitalizado por
nuestro ayuntamiento.
Hoy solo quería enseñaros esta pequeña pieza y esta, también
pequeña, historia de nuestra ciudad, Al Detalle.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Ventanas a la Ciudad. Fernando García Morales
Fotografía históricas obtenidas en CÁCERES EN EL PASADO
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