Hace unos 90 millones de años un mamífero llamado Mesonix
comenzó a frecuentar cada vez más el agua para alimentarse. Poco a poco (nada
más y nada menos que en unos 30 millones de años) la adaptación le llevó a una
dependencia casi total del agua, donde se alimentan, reproducen… aunque
mantienen la necesidad de respirar el oxígeno del aire. Así es como surgen esos
inteligentes animales que conocemos como delfines, aunque esta denominación
engloba un total de 41 especies distintas.
Y aunque a Cáceres se la etiqueta como a la ciudad sin río
(algo que no es del todo cierto ni del todo mentira) y es evidentemente una
ciudad sin mar. Pero como por imaginación y creatividad no será, en nuestra Calle de
Caleros se esconden dos simpáticos delfines y una gigante araña.
Frente a mi querida ermita del Vaquero, al otro
lado del muro, juegan estos dos pequeños animales escondidos de las miradas de
unos incrédulos ciudadanos de secano. Junto a ellos y custodiándolos con sus
enormes ocho patas, una gigante araña reposa junto a esa mítica calle cacereña.
Por su ubicación se ven con bastante facilidad desde el
mirador de San Marquino, desde donde se han tomado estas fotos. No son nada más que otra Curiosidad Urbana que os he querido enseñar Al Detalle.
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