Todos los que sigan el blog con más o menos asiduidad,
sabrán de mi afición por coleccionar objetos de farmacias cacereñas de la
primera mitad del siglo XX. En esta ocasión os hablaré del Tónico BIOFER
fabricado por el laboratorio de Juan Núñez Boaciña, que se situaba en lo que
ahora es la Calle de Pintores y que en el tiempo en el que esta farmacia se
mantuvo en activo, también se denominó Calle Alfonso XIII y del General Franco,
aunque yo me referiré a ella como la Calle Pintores.
Boaciña abrió su farmacia en el lugar donde había estado
siempre la de José Daza (sucesor del Dr. Salas, como rezaba en el cartel del
establecimiento) que falleció en 1919. En mi modesta colección también atesoro
un frasco de este farmacéutico con un compuesto químico indeterminado por el
mal estado de la etiqueta, y que os muestro en las fotos.
Sigamos con Boaciña. A comienzos de la década de 1920 D.
Juan Núñez abre su farmacia con un laboratorio contiguo, donde elaborará
“recetas” propias como Biofer y Neumol.
Neumol era un “anticatarral infalible” que según se indicaba
en la publicidad de la época era un “poderoso remedio contra la Tos, Bronquitis
Crónicas, Catarros descuidados, Tuberculosis, Asma, etc” y además se señalaba
que “cicatriza lesiones y separa tejidos”. Este medicamento se registró el 4 de
marzo de 1927 y la propia marca Neumol se solicita el 1 de septiembre de 1929 y
se concede el 18 de enero de 1930 con una validez hasta febrero de 1950.
En ese mismo marzo de 1927 se registra el Elixir Biofer, que
según la publicidad es el “tónico reconstituyente ideal”, elaborado a base de
“Arsénico orgánico, hierro, fosfato, cal, formiatos y amargos”. Se vendía como
el “único remedio completo capaz de devolver al organismo enfermo los elementos
necesarios para su reconstrucción”. Lo curioso es que el registro de la marca
BIOFER también se realiza el 1 de septiembre de 1929 pero no se tiene
conocimiento de su concesión.
Aunque ambos medicamentos se registran solo encontramos en
la prensa local anuncios de Neumol del 7 al 12 de ese mismo marzo y luego se
hace una campaña feroz anunciando BIOFER con publicidad en 135 números del
Diario Nuevo Día entre los años 1927 y 1929, aunque de eso hablaremos más
adelante. El primer anuncio de BIOFER se realiza el 17 de marzo de 1927 (13
días después de su registro) donde se señala que está “indicado en todas las
anemias, fatigas física e intelectual, debilidad, convalecencias, lactancia y
enfermedades consuFivas”.
Primer anuncio de Neumol en el diario Nuevo Día. 7/3/1927
Primer anuncio de Biofer en el diario Nuevo Día. 17/3/1927
Anuncio en el que aparece por primera vez la S de Arsénico:
24/3/1927
Me resulta muy curioso comprobar las erratas que incluye el
anuncio como la S de arsénico que no se empieza a ver hasta el publicado el 24
de marzo, aunque poco después vuelve a desaparecer. También aparece la
expresión “enfermedades consunfivas” cuando en realidad se refiere a
consuntivas y a la hora de indicar que puede comprarse Biofer en la farmacia de
SU autor, lo que realmente pone es “SN AUTOR”. En todos las 135 veces que
aparece este anuncio en el Diario Nuevo Día de Cáceres, se incurre en esta
errata, porque curiosamente en el 1929 deja de aparecer referencia de este
medicamento, aunque durante unos meses se anuncia un total de 15 veces en una revista
de Toledo tras dejar de hacerlo en Cáceres. No he podido averiguar las razones,
pero coinciden las fechas con la solicitud de registro de la marca que
finalmente no llegó a concederse.
Y hay que reconocer que en un principio ambos productos
gozaron de buena fama y éxito, incluso en el verano de 1927 reciben sendos
galardones en la “Exposición del Progreso” de París, concretamente BIOFER la
medalla de oro y NEUMOL una cruz insignia. Por este éxito internacional el
colegio de farmacéuticos de la provincia de Cáceres le organiza una comida al
señor Boaciña en el Hotel Nieto (en el número 2 de Pintores, donde ahora está
el Hotel Iberia) a comienzos de agosto de ese 1927. No sabemos la razón por la que en 1929 desaparece cualquier
referencia a BIOFER, aunque debemos suponer que está directamente relacionado
con los motivos por los que nunca se registró la marca finalmente, aunque, a
decir verdad, no hay tampoco registro alguno de haber sido rechazada.
La farmacia de Boaciña permaneció abierta hasta finales de
los años 50, aunque ya no preparaba sus famosos medicamentos. En el archivo
municipal se conserva un curioso documento sobre la licencia de remodelación de
la fachada de la farmacia en 1949. Actualmente en esos locales ya
no se dispensan elixires ni tónicos y hay un estanco en su lugar.
Así es que podemos deducir que la botella que hoy os muestro
puede fecharse entre marzo de 1927 y finales de 1929, y prometo seguir
indagando sobre las razones de la desaparición de BIOFER del mercado. Hoy solo
quería recordar uno de los medicamentos creados en nuestra ciudad y compartir
con vosotros las imágenes de esta preciosa botella azul de mi colección
personal y hablar un poco sobre su historia, AL Detalle.
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