Hay ocasiones que alguien nos dice aquella frase de: "que los árboles no te impidan ver el bosque", pero en un blog donde nos fijamos en el detalle podríamos darle una vuelta a la frase para que el bosque no nos impida ver el árbol. Si uno mira a las piedras que componen los muros de la ciudad pude llevarse la sorpresa de encontrarse fantásticos fósiles. Hoy os muestro sólo tres ejemplos:
En el adarve del Padre Rosalío podemos ver unos espectaculares ejemplares de crucianas, icnofósiles dejados por trilobiles u otros seres que al arrastrarse por una zona arenosa dejan una marca de la marcha, esta marca al fosilizar puede darnos formas tan curiosas como estas:
En la calle Tiendas más ejemplares, aunque totalmente distintos, de crucianas:
Y en la calle Arco de la Estrella, en el muro lateral del Palacio Episcopal, bajo una ventana podemos ver esta preciosidad de fósil de Braquiópodos, muy parecidos a los que se pueden observar en la zona del Portanchito.
Todos ellos son ejemplares del Paleozoico. Ahora espero que vayáis a buscarlos en persona, merece la pena.
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