No todos los días podemos celebrar el 350 aniversario de la
consagración de un templo, pero son exactamente esos años los que ha cumplido
este mes de diciembre de 2018 la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe del
Vaquero. Además, gracias al trabajo incansable de la asociación del mismo
nombre, se han programado una serie de actos para que, desde el aspecto
religioso, el cultural, o simplemente desde la curiosidad, nos podamos acercar
a disfrutar de uno de los templos más desconocidos de nuestro Cáceres y conocer,
Al Detalle, su riqueza y su historia.
La ermita se levantó en la Calle de Caleros, en lo que en su
día fue la casa del Vaquero Gil Cordero, a quien por el año 1326 se le apareció
la Virgen de Guadalupe. A comienzos del siglo XVII se había convertido el
edificio en un prostíbulo y al consistorio cacereño no le pareció apropiado
mantener este lujurioso uso, y comenzó los trámites para adquirir el inmueble y
edificar en él una ermita. Según el libro de actas municipales, en 1622 el
concejo muestra interés en su compra, como se recoge en el apunte “concesión de
la casa para la ermita en la calle Caleros”, aunque según otros documentos, a
los que no he podido acceder, este interés comenzó en 1612. En este mismo libro
de actas en 1628 se puede leer “comisión al señor Diego García de Galarza para
que se haga la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe”. Por unas cosas u otras, sobre todo por
problemas de financiación, la capilla no se realiza hasta que se hiciera cargo
de ello Juan de Carvajal y Sande, caballero de la Orden de Alcántara y miembro
del Real Consejo de Hacienda. En 1660, el 15 de noviembre, concierta la
realización de la obra a los arquitectos de Trujillo, Antonio González, Juan
Jiménez Casares y Sebastián Acosta, concluyéndose en 1665.
El 22 de septiembre de 1665, el licenciado Alonso Gómez de
Berrocal concertó el retablo con el maestro de escultura y entallador Juan
Bravo Cantero, natural de Brozas. El 4 de agosto de 1667, ya completamente
terminado y montado, se concierta con Francisco Mendo Montejo el dorarlo, así
como las pinturas que lo decoran. En el banco podemos ver una rica serie
iconográfica con dos tipos de imágenes: las referentes a la propia Virgen y sus
cualidades, y una serie de Santos.
La talla que vemos es una Virgen sentada, y realmente no es
una copia de la imagen románica del Monasterio de Guadalupe, ni fue mandada
hacer con tal fin, sino que fue adquirida en un taller de Madrid por Juan de
Carvajal y mandada pintar de negro para favorecer el parecido. Además, gracias
a los ropajes y adornos, se ha conseguido que a primera vista nos recuerde
bastante a la Virgen de Guadalupe original. Fue llevada por primera vez a su
ermita en procesión desde la Iglesia de Santiago el día 8 de setiembre de 1668
y bendecida por el párroco Don Jerónimo Rubio.
Para celebrar este aniversario se han programado los
siguientes actos:
No dudéis en acercaros a conocer este templo de nuestra
ciudad, cuya titular tuvo grandísima devoción entre los cacereños, y que de
forma ingrata, terminamos casi olvidando, por lo que es de casi obligado cumplimiento, que redescubramos esta talla y esta ermita, Al Detalle.
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