Todas las cosas en la vida tienen un principio y un final,
por eso este año más que nunca, quiero contaros la tradición del Tuero de Aldea
del Cano desde que éste llega a la plaza del pueblo el 15 de agosto, hasta que
le prenden fuego la tarde del 24 de diciembre. Muchos dirán que el principio no
es ese, que el inicio real es el momento el que se arranca el tocón de encina,
y realmente nos le falta razón, pero por carecer de material audiovisual propio
el relato comenzará el día de la Asunción de la Virgen.
La traída del Tuero a la localidad no es otra cosa que lo
que queda de un ritual de iniciación de paso a la edad adulta y de dominio de
la naturaleza, que seguramente provenga de ritos de los pueblos prerromanos que
sobrevivieron a las orillas del Salor y el Ayuela. Demostrar que dominas la
naturaleza y que has dejado de ser un niño se vinculó tiempo después al
servicio militar, quedando ya para siempre esta expresión de fuerza unida
irremediablemente a los quintos, y en estos tiempos, también a las quintas.
Este ejemplo de dominación se ve reflejado en otras muchas localidades como el
macho cabrío de Valdastillas. En otros lugares se “corren los gallos”, en
Ahigal, por ejemplo, se ofrecen los Ramos al Cristo de los Remedios, o en zonas
como Descargamaría, al igual que en Madrigal de la Vera, los mozos cargan desde
el monte un gran pino que plantan para exhibición frente a los miembros del
pueblo. En todos estos casos existe la reminiscencia de estos ritos de paso a
la edad adulta en distintas versiones, que en el caso de Aldea del Cano se
materializa en un gran tocón de encina: el Tuero.
Y para todos los que estén pensando que esto es una salvajada, hay que recordar que se trata de una ENCINA MUERTA y que se selecciona baja la supervisión de los técnicos de la Junta de Extremadura, que son los que conceden el permiso pertinente para que el tocón seleccionado pueda ser arrancado. Además, en su lugar se planta una encina joven.
Y para todos los que estén pensando que esto es una salvajada, hay que recordar que se trata de una ENCINA MUERTA y que se selecciona baja la supervisión de los técnicos de la Junta de Extremadura, que son los que conceden el permiso pertinente para que el tocón seleccionado pueda ser arrancado. Además, en su lugar se planta una encina joven.
Y en la plaza de Aldea del Cano permanece el Tuero hasta la
navidad. Todos saben que es quien manda realmente en la localidad, todos lo
admiran y respetan hasta que en la mañana del 24 de diciembre los quintos lo
empiezan a cubrir con lo que aquí llaman TARAMA, que no es otra cosa que
escobas secas que sirven como combustible para ayudar al enorme tronco a arder.
Y que la quema sea en el día previo a la Navidad no es casual, este rito probablemente
es una reminiscencia de los ritos a Mitra de origen romano de culto al Sol.
Así, las fiestas dedicadas al sol, y que tenían como centro de la celebración
el fuego para ensalzar la victoria de la luz sobre las tinieblas, fueron
asimiladas por el cristianismo y se ubicaron en el entorno de fiestas
religiosas como la navidad y en otras ocasiones la Purificación de la Virgen.
Para concluir que la quema del Tuero de Aldea del Cano es una “adaptación” del
culto de Mitra no poseo ninguna prueba directa y palpable, pero no olvidemos
que este pueblo se sitúa en plena Vía de la Plata y que Emérita Augusta
conserva pruebas arqueológicas de los ritos a Mitra (como mejor ejemplo la Casa
de Mitreo y los mosaicos que se conservan en la ciudad), por lo que no resulta
descabellado pensar que este mismo culto estaba extendido en toda su zona de
influencia.
Así es que no pensemos que este tipo de manifestación de la
riqueza cultural popular son un sinsentido o un bestialismo. Busquemos razones
más profundas y el origen primigenio de las motivaciones espirituales y
rituales de un pueblo. Solo entonces disfrutaremos de este tipo de fiesta si no
hemos tenido la suerte de disfrutarlas desde pequeño en el pueblo, porque ahí
ya las motivaciones son más sentimentales. Yo he de confesar que con los años que
llevo vinculado a Aldea del Cano, ambas visiones, la emocional y la racional se
mezclan cada vez más. Como cada año he querido mostraros esta fiesta, Al
Detalle, porque, aunque se celebra a pocos kilómetros de Cáceres, sigue siendo
muy desconocida.
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