En enero de 2020 os enseñaba, Al Detalle, los Sellos Socram, un medicamento que había conseguido para mi colección de objetos relacionados con farmacias de Cáceres de la primera mitad del siglo XX. Os mostraba unos pequeños sellos (anunciados en plural) y que se se presentaban como “el mejor de los antineurálgicos hasta el día conocido”. Son de pequeño tamaño, vienen en una pequeña cajita de cartón y en ellos encontramos en una cápsula el medicamento. Lo curioso es que hace poco he podido adquirir un SELLO (en singular) Socram, de mucho mayor tamaño y con una caja metálica que parece de aluminio. Lo primero que me pregunté fue sobre el momento del cambio del nombre, y cuándo pasan de ser SELLOS a SELLO o al contrario, o si esto era una simple curiosidad sin importancia.
Antes de hablar de este cambio recordemos algo sobre esta marca y el laboratorio que fabricaba estos medicamentos. La marca de Fábrica SOCRAM fue solicitada el 17/06/1918 y concedida el 30/12/1918 por Pablo A. Escribano, que además de una pequeña fábrica, regentaba la Farmacia situada en los números 16 y 18 de la Plaza Mayor de Cáceres, que anteriormente pertenecería a su padre Marcos Escribano. Entre los años 1922 y 31 registró un total de 17 medicamentos.
Clínica extremeña : revista mensual de medicina y cirugía. Órgano oficial del Colegio de Médicos de la provincia de Cáceres: Año I Número 4 - 1919 Abril |
Si hacemos una sencilla búsqueda en la prensa de la época vemos que el primer anuncio de este producto aparece en Clínica extremeña: revista mensual de medicina y cirugía del Órgano oficial del Colegio de Médicos de la provincia de Cáceres: Año I Número 4, en abril de 1919, anunciando las píldoras y el SELLO (en singular) Socram. Durante varios meses continúan las apariciones en prensa pero, ese mismo año desaparecen hasta enero del año 1922, donde se anuncian LOS SELLOS Socram en plural, concretamente en Hispania : revista mensual. Letras, Artes, Ciencias: Año I Número 3, 1 de julio de 1922. Es decir, esta cajita debemos fecharla entre 1919 y finales de 1921; por lo tanto tiene 100 años de antigüedad. Los Sellos siguen anunciándose hasta abril de 1933 donde les perdemos la pista.
¿Qué es lo que pudo pasar? Es curioso que la aparición de las Píldoras y el Sello sea poco después de la concesión de la marca, aunque en la caja se recoge el número de registro, en la bibliografía consultada aparecen la inmensa mayoría de éstos a partir de 1922. Posiblemente, y debido al cambio de formato, se produjo una reformulación y un lanzamiento posterior de los pequeños sellos, que además eran muchos más baratos que este gran sello. Aquellos solo costaban 0,60 pesetas frente a las 3,65 pesetas de este gran formato. En realidad no sabemos bien qué pasó, aunque el cambio sí lo podemos encuadrar entre finales del año 19 y finales del 21.
La cajita que hoy os muestro, que como os decía, tiene 100 años aproximadamente, mide 5,5 cm de diámetro y en su cara frontal podemos leer:
SELLO SOCRAM.
EL MEJOR DE LOS ANTINEURÁLGICOS
PRECIO 3,65 PESETAS
En su cara posterior aparece:
CON EL SELLO SOCRAM SE CALMAN INSTANTÁNEAMENTE LOS DOLORES DE CABEZA, MUELAS, OÍDOS, REUMÁTICOS Y MENSTRUALES.
REGISTRADO EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE SANIDAD CON EL NÚMERO 10252
Hoy solo os he querido enseñar este pequeño superviviente de la industria farmacéutica cacereña de la década de 1920, Al Detalle.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Laboratorios farmacéuticos cacereños activos durante el Franquismo. Antonio González Bueno. Revista de Estudios Extremeños, 2018, Tomo LXXIV, Número I, pp. 647-684
Interesantísima continuación del post de los Sellos Socram.
ResponderEliminarY me ha hecho ilusión encontrarme con la foto del anuncio, bajo el de Sellos Socram, del Procurador de los Tribunales Tomás Pulido y Pulido, autor del libro "Datos para la historia artística cacereña, repertorio de artistas", que casualmente he consultado hace un par de semanas y del que estoy intentando hacerme de un original.
Hola Juanma. Gracias por comentar. En pocos días una tercera parte porque en mi colección tengo muchos más objetos de Socram y de su laboratorio. Un saludo
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