El Arco del Socorro era una de las cuatro
puertas supuestamente originales de la muralla romana; se situaría en la actual
Plaza del Socorro y tendría unas características muy similares a la del Arco
del Cristo, con sus dovelas almohadilladas, su arco de medio punto y su
hornacina, donde los romanos situaban a su Dios de dos caras llamado Jano, con
una de ellas te veía llegar y con la otra marcharte. El nombre de este dios origina la
denominación del primer mes del calendario, el mes que ve terminar un año y
comenzar otro. Esta costumbre se cristianizó y en las puertas de entrada a las
ciudades proliferaron Vírgenes, Cristos y Santos. En la hornacina de esta puerta debieron de
poner varias imágenes hasta llegar a la definitiva talla del siglo XVII de unos
30 cm y policromada de la Virgen del Socorro.
Aunque ya hubo intentos previos de librarse de esta antigua puerta, no fue hasta 1879 cuando consiguió su demolición el influyente Joaquín Muñoz Chaves, que entre otras cosas fue senador, diputado, y Decano del Colegio de Abogados de Cáceres.
Amparándose en la suciedad que generaba y
su supuesto poco interés artístico, don Joaquín pidió al alcalde de turno, don José
López-Montenegro, acabar con ella y gracias al visto bueno de don Emilio María
Rodríguez (arquitecto municipal), don Joaquín recibió el permiso para acabar
con este vestigio de la fortificación romana, pero con la condición de que los
gastos correrían de su cuenta, pero con el derecho de quedarse todo el material
del derribo.
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Este arco se añadió en el siglo XVIII y comunica la casa de los Condes de Trespalacios y la casa de los Márquez de Plata |
¿Y ninguna autoridad competente actuó? Pues quiso intervenir la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que mandó un oficio al Ayuntamiento para evitar este despropósito, pero cuando la “carta” quiso llegar no quedaba ni una piedra del malogrado arco.
¿Pero qué pasó con la talla de la Virgen? Se cuenta que volvió de alguna manera a su lugar en los años 40 cuando se ubicó en una ventana con reja del palacio del Conde de Trespalacios.
Pero ya anunciábamos al comienzo que esto iba de una doble desaparición, porque la talla que ahora vemos no es la original por mucho que algunos nos cuenten que sí. Cuando el inmueble se vendió en 2004, el nuevo propietario denunció que la imagen de la Virgen, que el Ayuntamiento reclama como de titularidad municipal, no estaba, a lo que los anteriores propietarios alegaron que no tenían conocimiento de su ubicación. Lo curioso del caso es que no se iniciaron las investigaciones del Consistorio hasta el 2006 y que se sepa, a día de hoy, la talla no ha vuelto aparecer y ahora vemos otra en esa ventanita pero que no es la que presidiría el arco romano que perdimos en el siglo XIX.
Hoy solo os he querido contar esta doble desaparición al comprobar que en algunas webs y otras publicaciones siguen diciendo que la talla, a la que yo no le veo la policromía, que ahora preside la Plaza del Socorro es aquella talla policromada de unos 30 cm que coronaba la puerta de Coria.
Interesante el artículo, como siempre. Solo dos precisiones. El dios romano de dos caras no era Juno, diosa integrante de la Triada Capitolina junto a Júpiter y Minerva, sino Jano, llamado a veces Jano Bifronte. Por otra parte, el Arco del Socorro no es la Puerta de Mérida, sino la Puerta de Coria. La Puerta de Mérida era la que daba entrada a la ciudad por la actual Plaza de Santa Clara, y que estaba situado en el extremo opuesto a la citada Puerca de Coria.
ResponderEliminarMuchas gracias¡ Rectificado, no sé por qué me empeño en llamarla de Mérida... un lapsus.
ResponderEliminarLo de la desaparición de la talla fue todo un despropósito. Y si no llega a ser por la interpelación del concejal Santiago Pavón (IU) en la Comisión de Urbanismo sobre el particular, en el año 2006, el Ayuntamiento no hubiera movido un dedo. Y aún sin noticias, parece. Todo muy triste.
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