UNA ENCRUCIJADA Y SU CRUZ. CÁCERES

Los que siguen con cierta frecuencia el blog saben que uno de mis temas preferidos es el de LAS CRUCES, ya sean grabadas en piedra en la parte antigua, en mitad del campo, de cal o monumentales.

Recientemente mi admirados José Antonio Ramos Rubio y Óscar de San Macario, han publicado la obra “Cruceros y cruces de término en la provincia de Cáceres. Historia, arte y tradiciones”. Una magnífica obra que recientemente “he devorado”.

Foto tomada de Grada

Debo reconocer que, en lugar de seguir el orden lógico en la lectura de un libro, y el orden alfabético que proponen los autores en su recorrido, me fui directamente a descubrir las cruces de Cáceres y la sorpresa llegó cuando encontré una que desconocía completamente. Me permito reproducir parte de la información que dan sobre ella:

“CRUZ VADO DEL GUIJO. La cruz del vado del Guijo se localiza […] A 18 Km del casco urbano de Cáceres. Sobre una peña a la que le han tallado los escalones, se alza una cruz de forja moderna”.

Como podéis imaginar, inmediatamente me puse a buscar más información hasta que di con el lugar aproximado en el que debería de encontrarse esta cruz. Tras comprobar que los caminos eran públicos, preparé la ruta y al día siguiente me monté en la bicicleta hasta que di con ella.

En aquel momento entendí la razón por la que, a pesar de estar en caminos públicos, nunca había pasado por ahí, y es que los caminos que confluyen en ese punto “no tienen salida” porque acaban en cortijos o casas de campo particulares. Para encontrar esta cruz es tan sencillo como llegar hasta la planta de tratamiento de residuos de Cáceres y dejarla a la izquierda hasta llegar a atravesar el río Ayuela por un pequeño y moderno puente que no tiene ningún interés, la verdad.

Justo al cruzar el río hay una bifurcación; si seguimos de frente llegaríamos al Cortijo del Mortero, aunque el paso está cerrado a los pocos metros. Si giramos a la derecha tomamos el sendero que lleva a las Casas del Guijo, que también está cerrado, aunque se puede transitar por él varios cientos de metros.

En este cruce de caminos encontramos esta curiosa cruz (bastante moderna) de hierro forjado y colocada sobre una roca de granito que ha sido claramente tallada y manipulada artificialmente. Con mucha probabilidad la actual cruz debe de sustituir a alguna anterior que se perdería por la razón que fuera. En su base podemos distinguir una zona alisada y manipulada para usarla a modo de cartela, aunque desgraciadamente me ha resultado imposible descifrar lo que había escrito en ella porque solo quedan algunos rayones ilegibles. Lo único que parece distinguirse es una D mayúscula inicial.

Pero ¿Qué pinta esta cruz aquí en “medio del campo”? Vamos a analizar algunos tipos de cruces y su valor, desde lo más pragmático a lo más supersticioso, y que cada uno saque sus propias conclusiones.

Si nos olvidamos de las Cruces grabadas y atendemos a cruceros o cruces monumentales, existe una variada tipología que va desde las móviles, guionas y parroquiales, o las fijas que conforman los viacrucis, las que marcan las salidas y entradas de las poblaciones, las de los atrios de las iglesias y los camposantos, o las que podrían encajar más con la cruz que estamos tratando hoy: las de fin de término o la de las encrucijadas.

Al fijarnos en los límites actuales de los términos municipales de Cáceres y Malpartida, esta cruz no se sitúa en los límites entre ambas, al menos en la actualidad, por lo que deberíamos, en principio, descartar esta función. Por lo tanto, nos queda únicamente la tipología de cruces de dirección o cruces de caminos que se usaban para la correcta señalización de peregrinaciones o por motivos comerciales por la trashumancia o para los arrieros si atendemos únicamente a su función práctica. Pero inmediatamente se nos viene a la cabeza preguntarnos la razón por la que colocar una cruz y no otro símbolo, o simplemente un mojón, u otra sencilla indicación. Para explicarlo tenemos que recurrir al mundo de las creencias y las supersticiones.

Sobre estas costumbres en Extremadura no hay tanto escrito como en comunidades como Galicia. Precisamente sobre ellas existe un interesantísimo trabajo realizado por Taboada Chivite[1] que nos servirá para aproximarnos, con una base clara, a algunas hipótesis relacionadas con las creencias que justifiquen la presencia de esta cruz en este lugar.

Taboada hace una división de las supersticiones de las cruces de camino entre aspectos o vertientes: el funerario, el demoníaco y el mágico o brujeril. Respecto a los ritos de muerte destaca el uso de estas zonas para enterrar a niños que no habían llegado a ser bautizados, y, por lo tanto, se les negaba la capacidad de descansar en camposanto. También eran lugares "propicios" para encontrarse con la Santa Compaña o algún otro augurio de muerte del que te librabas tocando una cruz.

Es curioso cómo también se vinculan las cruces de caminos al demonio y encuentros de personas con él o el alma errante de un malhechor. Y no muy alejado de los aspectos tradicionales relacionados con la magia o con la brujería, la consideración de las encrucijadas como un lugar idóneo para la curación si se rezaban los ensalmos adecuados.

Un aspecto que me ha llamado la atención es la costumbre en ciertos lugares de hacer en encrucijadas cercanas a ríos o charcas, bautizos prenatales para evitar abortos, o incluso, como se recoge en la propia Celestina, que ciertas mujeres tomasen tierra de los cruces de camino para su uso en hechizos y conjuros.

En este lugar confluyen dos elementos tradicionalmente mágicos: un curso de agua (el río Ayuela) y un cruce de caminos. La ubicación de esta Cruz, justo en ese lugar, no es algo casual y responde a una tradición olvidada pero que atiende a creencias ancestrales y paganas que se marcaron con uno de los símbolos más potentes de la humanidad: la cruz y que terminaron por olvidarse en favor de las creencias cristianas. Desconocemos qué supersticiones llevaron a “nuestros mayores” a poner en este lugar esta cruz o si fue, además, testigo de ritos mágicos o no; aunque por suerte nos queda el eco palpable de estos sentires antiguos en forma de una cruz clavada en granito que hoy os he querido mostrar, Al Detalle.

[1] Taboada Chivite, J. “La encrucijada en el folklore de Galicia”, Boletín Auriense. Arqueología, Historia, Etnografía. Homenaje al Doctor Ferro Couselo, tomo V: 101-112. Ourense.