Hay ocasiones en las que, cuando sales de ruta con la bici, te topas con elementos como pueden ser fuentes, pozos o zahúrdas, que fotografías con la intención de hacer con ellos una publicación en el futuro. Pero pasa muchas más veces de lo que cabría esperar en un principio, que por falta de documentación o por lo simple del elemento, ésta nunca termina por escribirse o llega tarde como en este caso.
Cuando voy por la Dehesa de Conejeros, me gusta siempre desviarme unos metros, antes de cruzar el paso bajo la vía, para disfrutar de un pequeño pozo circular de ladrillo, con un cuidado "techado" de teja y cuatro sencillos arcos que resistía entre las zarzas y la maleza que plagan la zona. Estas fotos que ahora os muestro son del 23 de junio de 2020.
Hace unos días pasé por allí con la bici y de lejos me pareció que algo estaba distinto, pero como iba con algo de prisa no me detuve a verla. Ayer mismo decidí acercarme para comprobar qué había ocurrido, y en efecto, el pozo había sido cegado, seguramente por las autoridades para evitar peligros (a pesar de que hay decenas de pozos abiertos en los alrededores de la ciudad) o por algún otro motivo que se me escapa. La pena es que se han llevado por delante toda la parte más estética y que hacían de este pozo un elemento de arquitectura vernácula distintivo y significativo y cuyos restos siguen esparcidos alrededor, como siniestro testigo de su demolición, aunque he de confesar que desconozco, por completo, las circunstancias por las que se ha decidido destrozar y no sellarlo simplemente y por qué se ha hecho así. Seguro que alguno de vosotros sabe bien lo que ha pasado y nos lo puede explicar.
Hoy solo quería enseñaros, Al Detalle, aunque sea tarde, las fotos de esta precioso pozo, que por desgracia, hemos perdido para siempre.
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